Hubo un tiempo en que la imaginación, la ilusión y el deseo formaban parte del núcleo duro del ocio y el entretenimiento. Era un tiempo primigenio para el desarrollo de la era de los videojuegos modernos, y en él los ilustradores y diseñadores de cubiertas tenían la llave de entrada al fantástico mundo de las primeras aventuras digitales. Y de entre todos esos gigantes, un nombre ha brillado siempre con luz propia: bienvenidos al arte para videojuegos de Alfonso Azpiri.