Nuestra sociedad actual, sin haber dejado de preocuparse por cuándo morimos, ha empezado a plantearse cómo morimos. La mayoría de los indicadores señalan que morimos mal, que estamos aún lejos de una buena muerte, que es un problema complejo, que no se reduce al aumento de recursos asistenciales o de inversiones económicas si no se acompaña de un cambio de mentalidad. La muerte propia aún no nos pertenece. Es cierto, la muerte no pregunta cuándo llega, y aunque sabemos que llega, hacemos como si no estuviera. No deberíamos permitir que la muerte de las personas sea una muerte con sufrimiento, y esto implica tanto el desarrollo de los cuidados paliativos para todos, como la capacidad de acoger y atender la voluntad del enfermo. Es entonces cuando podremos hablar de muerte digna. Esta obra pretende ser de utilidad para aquellos que van a estar, están o acompañan a alguien en situación terminal, para aquellos que recientemente han perdido a alguien, o para aquellos que tienen mucho miedo a la muerte y se dan cuenta de que no quieren saber nada, pero ahí está. El objetivo es que algunas de las palabras escritas, la información recopilada y los testimonios expuestos ayuden al lector a afrontar o simplemente a sentirse acompañado en el proceso por el que está pasando. Es necesario poder hablar con normalidad de la muerte, ganarle terreno al miedo, poner palabras en su lugar, ampliar nuestro espacio de libertad personal y encontrar algún modo de incluir el proceso de morir en el de vivir.