Plantea la pervivencia, en el ámbito de la Gallaecia, de aspectos de la religión protohistórica. Se contextualiza la cuestión de los conflictos y asimilaciones entre sistemas religiosos (castreño, romano y cristiano) entre la prehistoria y la historia. Se sigue un ejemplo de perduración de valores entre la divinidad Bandua y San Trocado, y se documentan los vínculos que ponen en relación la tradición de los Siete Varones Apostólicos, con Trocado a la cabeza, y la tradición jacobea, bastante más tardía.