Carlos Maria Antunes nos plantea el reto profético de una «mística de los ojos abiertos», un itinerario espiritual accesible a todos y adecuado a los tiempos que corren. Pero también se revela como un gran escritor, con una voz original y propia, lo que constituirá una grata sorpresa para los lectores. Escuchémoslo: «Tienen que venirse abajo las murallas de la autosuficiencia para que podamos descubrir que somos don y gracia, que somos pan [...]. Solo el corazón puede reconocer, agradecido, el don que somos y este es el alimento que nos sacia de verdad, que rompe con la voraz espiral de las necesidades [...]. Hay un estilo de vida en común que nos enseña el pan compartido. Es un estilo frágil, delicado, un arte en el que todos somos principiantes».