Los dos textos compendiados en este libro son los artículos más extensos de Luhmann sobre religión hasta antes de la aparición póstuma de su monografía temática La religión de la sociedad. A pesar de encontrarse a más de diez años de distancia uno del otro, ambos reflejan la extraordinaria solidez del trabajo académico desarrollado por este sociólogo alemán, además de mostrar cuán importante resultó ser el estudio de la religión para formular su magna teoría social. Luhmann fundamentó su teoría de la sociedad en el concepto de comunicación y en las tres improbabilidades que se asocian con ella: la improbabilidad de que la comunicación se dé a entender, la improbabilidad de que la comunicación vaya más allá de quienes están presentes y, finalmente, la improbabilidad de quien la comprenda la acepte. Esta última improbabilidad, la de la aceptación de la comunicación, es el problema que fue resuelto primero por la religión (ayudada por la retórica) y, más recientemente en la sociedad moderna, mediante los medios de comunición simbólicamente generalizados -o medios simbólicos sin más, cuyos ejemplos prototípicos son el poder, el dinero, el amor y la verdad. En un principio, la socialidad se constituyó religiosamente. Así la religión es una especie de proto-medio simbólico. Antes del advenimiento de la sociedad moderna, la religión era el dispositivo comunicativo por excelencia para el aseguramiento de la comunicación exitosa. Los reyes gobernaban por la gracia divina y prácticamente no había problema social relevante que no se ayudase de la religión para generar acuerdos. Se educaba y se sanaba con un sentido religioso de por medio, de la misma forma que el arte no podría prescindir de él. La religión está en la base de los procesos de dotación social de sentido: las comunicaciones religiosas son, estrictamente hablando, una forma de sentido.