¿Y si las palabras tuvieran color? Normalmente, vemos los colores, olemos los olores, oímos los sonidos, saboreamos los sabores y el tacto sólo lo sentimos con las cosas que tocamos. Pero esto no siempre es así, los bebés recién nacidos experimentan las sensaciones provenientes de los diferentes sentidos mezcladas entre sí, tal y como les ocurre a las personas ya adultas que experimentan el fenómeno de la percepción sinestésica. Cuando una persona sinestésica percibe un estímulo sensorial, por ejemplo escucha una nota musical, la nota no sólo se escucha más o menos aguda sino que además tiene sabor o color. Le puede saber a fresca, a sandía, o puede verla de color verde limón. Otras personas sinestésicas ven cada letra de un color particular aunque estén escritas en negro, o perciben cada numero, o los días de la semana, o los meses del año, ordenados frente a ellos en un lugar concreto del espacio. ¿Por qué se experimentan estas sensaciones?¿Se pueden evitar?¿Afectan a otras facetas de la vida? ¿Somos todos un poco sinestésicos? La investigación científica está descubriendo los secretos de la sinestesia para responder a estas preguntas, y al mismo tiempo llevar a un replanteamiento radical sobre cómo están organizados nuestros sentidos y cómo el cerebro nos permite interpretar el complejo mundo en que vivimos y desenvolvernos en él.