Un autor de edad avanzada, extranjero, se instala en un diminuto y muy pintoresco pueblo de Mallorca, famoso por su tranquilidad y su silencio. La vida se le presenta feliz e idílica, pero pronto la realidad resulta ser algo distinta. Por la estrecha calle de su csas pasan diariamente enormes y ruidosos autocares llenos de turistas, que miran con impertinente curiosidad por las ventanas de su estudio, invadiendo su intimidad; los fines de semana se producen monumentales atascos de tráfico; el agua de las fuentes naturales se contaminan, surgen violentos conflictos y los pocos habitantes del pacífico pueblecito se dividen en fracciones hostiles. Además, los más viejos del lugar mueren uno tras otro, y el escritor, un hedonista un poco preocupado, se enfrenta con la amenaza de ceguera y muerte.El libro, aunque se puede leer como una novela, es en realidad un egodocumento, una especio de dietario donde se mexclan reflexiones, recuerdos, memorias de infancia y también observaciones, tanto sobre los grandes acontecimientos mundiales como sobre los pequeños sucesos cotidianos en la vida del protagonista, de su familia, del pueblo y de la gata, todo esto visto con la mirada de un escéptico y no exento de humor.Refleja también la visión de un extranjero que, aún integrándose en la isla como un isleño más, sigue siendo extrajero porque esto es precisamente lo que quiere: ser extranjero en todas partes, incluso en su propio país.