Imagina que un tipo se despierta por la mañana en el puerto de San Francisco con una herida en la cabeza, un revolver a su lado (un .38 Special) y el cadáver de una mujer a unos metros de distancia. A pesar del aturdimiento y del dolor de cabeza, entiende al instante que está con la mierda hasta el cuello y que tendrá a los policías encima inmediatamente. Debería largarse cuanto antes para no acabar en la silla eléctrica, pero ¿Adónde huir? De repente, se da cuenta de que ha perdido la memoria por completo. No recuerda su nombre ni el más mínimo detalle de su vida. Es por ello que se ve obligado a huir de la policía al mismo tiempo que investiga sobre sí mismo y este viaje le llevará, cuando menos, de sorpresa en sorpresa.