Silvestre y su padre están de vacaciones. Una noche asisten a un desagradable espectáculo: a unos negros se les impide entrar en una discoteca. Tras el consiguiente tumulto, se hacen amigos de ellos. Poco después el hermano de uno de sus nuevos amigos es acusado de un robo y, una vez más, padre e hijo se encontrarán en situaciones de máxima tensión.