El orgulloso Pico Urbión mira y contempla su privilegiado reino: el mayor pinar de la Península, las recónditas lagunas glaciares donde duermen leyendas de parricidios, misteriosas necrópolis en medio de las montañas, alocadas cascadas humedeciendo escondidos hayedos, perdidos valles de los que el ser humano ya se ha olvidado y fantasmagóricas esculturas de roca que cautivarán al caminante que aquí viene a soñar despierto.