Shingen el conquistador, volumen quinto de la monumental obra de Terje Solum La saga de los samuráis, recorre una década encarnizada cuya principal característica es la desmedida ambición e insaciable sed de conquista del clan Takeda. Una década en la que el conflicto por la supremacía sobre Shinano alcanzará su punto álgido en la cruenta e impredecible cuarta batalla de Kawanakajima (1561), testigo del duelo personal real o legendario entre los archienemigos Shingen y Kenshin, al tiempo que el fragor y la devastación de la guerra se extenderá por doquier, alcanzando al Echigo de los poderosos Uesugi, al norte, Kozuke al oeste y Suruga al sur, feudo de los Imagawa. Siempre alerta de cualquier amenaza externa o conjura interna, Takeda Shingen desarrollará una compleja y tupida red de espías o shinobi, de cuya labor da cuenta el presente volumen, así como de otra de sus estratagemas a medio camino entre la realidad y el mito, el kagemusha o general sombra. Con 6 láminas a color, mapas de la región, ilustraciones en blanco y negro y fotografías de la colección del autor, Shingen el conquistador continúa la emocionante historia de uno de los clanes samuráis más famosos de Japón. El autor, Terje Solum, ha investigado durante más de una década la historia de Japón, especialmente el periodo Sengoku Jidai. Además de haber estudiado la lengua japonesa en un instituto cerca de Nagoya, ha viajado por todo el país en busca de información relacionada con los samuráis. Además de ilustraciones entintadas y fotografías del propio autor, el libro contiene fantásticas ilustraciones a todo color de Dag R. Frognes, historiador y profesor noruego conocido por su faceta de ilustrador especializado en temas históricos. La saga de los samuráis la serie de varios volúmenes que recrea las historias menos conocidas de las familias más relevantes durante el Sengoku Jidai (1467-1615), un periodo de 150 años de conflictos prácticamente constantes en Japón-, es una valiosa fuente para aquellos lectores interesados en la historia militar japonesa, en los Takeda y, por supuesto, en el propio Japón.