Este libro recoge el testimonio del único superviviente que quedo de aquella media decena de universitarios entusiastas de la Semana Santa, que le invitamos a que se uniera a nuestra cuadrilla callejera, para enseñarle nuestras cofradías como deben admirarse. El lunes supe que la Hiniesta se volvió con presteza a su templo a causa de la lluvia, y que la Amargura no efectuó su estación. ¿Cómo, pues, incluyó el P. Cué el capítulo titulado Las Hermanas de la Cruz, si la del año 1947 era la primera Semana Santa que vivía en nuestra ciudad, y no salió la Amargura? Si dicho capítulo lo escribió en el verano de 1947 En la páginas de este libro encontrará este y otros entrañables secretos, de la Semana Santa que el Padre Cué vivió en 1947 y de cuya experiencia brotó su universal obra Cómo llora Sevilla.