«La superficialidad es el vicio supremo.»Oscar Wilde «Nada de lo que me ocurrió en ningún período de mi vida tuvo la menor importancia en comparación con el arte.» En 1895 Oscar Wilde se encontraba en la cumbre de su carrera, pero ese mismo año, tras un escandaloso proceso, fue condenado a dos años de prisión y a trabajos forzados. Allí escribió De profundis, una epístola confesional que ilustra su proceso interior durante el encarcelamiento y uno de los textos más descarnados de la historia de la literatura. Esta edición incluye también #ofreciendo un marco contextual excepcional, apoyado en la magnífica introducción del escritor Colm Tóibín# las cartas que escribió antes y después a sus seres queridos, entre ellos su amante, lord Alfred Douglas. Completa el volumen «La balada de la cárcel de Reading», un revelador poema acerca de un hombre sentenciado a la horca.
La noche del 20 de febrero de 1885, el pintor norteamericano James McNeill Whistler pronuncia una conferencia sobre arte en el Princes Hall de Londres. Al día siguiente, Oscar Wilde, con su elocuencia e ironía habituales, escribe una réplica a la misma en un artículo publicado en el Pall Mal Gazzette. A partir de ese momento se genera una singular correspondencia entre ambos, que se hace pública al aparecer en forma de cartas a los directores de varios tabloides londinenses. Lo que comienza como un interesante debate sobre estética, prosigue con mordaces alusiones personales, llegando Whistler a acusar a Wilde de plagiario ante la indignación de este último. Controversia que nos trae a la memoria otra famosa entre el propio Whistler y el historiador y crítico del arte británico John Ruskin, o las ya celebérrimas puyas que se lanzaban Góngora y Quevedo a través de misivas. Oscar, ¿cómo se atreve usted, qué significa ese disfraz?, interpela irónicamente por carta el artista a su contrincante, tras verlo ataviado paseando por Londres con uno de sus estrafalarios atuendos que tanto contribuyeron a la fama de dandi extravagante del literato irlandés. Whistler vs Wilde muestra dos formas de entender la pintura: la del pintor que defiende la forma y la sensibilidad artísticas, y la del crítico, partidario de la importancia de la temática y la poética que esconde. Se recupera así el eterno, siempre actual y no resuelto debate sobre qué es el arte.
Todas las tardes los niños juegan en el hermoso jardín del Gigante, hasta que un día este regresa de viaje e, indignado, clausura su jardín Pero no puede impedir la llegada de unos desagradables visitantes que se instalan sin reparos.Un eterno clásico de Oscar Wilde.
De Oscar Wilde se recuerdan infinidad de frases ingeniosas, punzantes e irónicas, escritas para sus obras de teatro o pronunciadas en los elegantes salones de Londres a finales del siglo XIX, pero el escritor irlandés también supo escribir de las penurias de la prisión y del desasosiego, del abandono y la ruina. Este libro reúne tres títulos íntimamente relacionados con el paso de Wilde por la cárcel: 'De profundis', 'La balada de la cárcel de Reading' y 'Dos cartas al Daily Chronicle'. Con nueva traducción, prólogo de Alfredo Taján e ilustraciones de Cintia Gutiérrez, estas páginas exponen al Wilde más íntimo.
Este relato, publicado en "Una casa de granadas", en 1891, pertenece a una tanda de narraciones oscuras y extensas. Casi parece escrito adrede como una larga sucesión de sorpresas, donde la historia siempre desemboca en una nueva encrucijada, que nunca se resuelve como el lector espera ni simboliza cabalmente lo que él cree. Es, en definitiva, un cuento de hadas, que como todo cuento de hadas verdadero, tiene un significado claro, evidente y puntual, que uno nunca llega, sin embargo, a descubrir del todo.
La decadencia de la mentira (1898) no es sólo uno de los diálogos de mayor alcance teórico de Oscar Wilde, sino que representa su manifiesto antinaturalista y una contribución tan notable como polémica, aún hoy, al debate sobre el valor del arte. Para Wilde, cuando se exige al arte que renuncie a la bellezala más elevada aspiración humanaen pos de la verdad, se sacrifica una de las capacidades más extraordinarias del ser humano: la de transformar la realidad. Crear significa urdir maravillosas mentiras para convertir el mundo en un lugar digno de nuestro asombro. Y cuando el Arte consigue liberarse de las cadenas del realismo, no sólo no imita a la Naturaleza ni a la Vida, sino que se convierte en el modelo de ambas.
Sir Robert Chiltern is a successful politician and an honest man. He is an ideal husband for the beautiful and serious Lady Chiltern. But somebody knows a dangerous secret about Sir Robert. Can Sir Robert?s charming Society friends save his job and his marriage? This Penguin Reader play is written for acting ? making English come alive.
"Tener buen aspecto y estar bien vestido es una necesidad. Tener un propósito en la vida, no." "La moda es tan sólo una forma de fealdad tan absolutamente insoportable que debemos cambiarla cada seis meses."
ÓSCAR WILDE nació en Dublín en 1854 y murió en París en 1900, ciudad en la que vivió exiliado tras salir de la prisión de Reading tras su escandaloso juicio por sodomía. La Esfinge, la obra más ambiciosa y personal de Oscar Wilde, antes de entrar en prisión, es un poema perfecto. Este joyel simbolista y barroco, con ecos de El cuervo de Poe, Las Flores del Mal de Baudelaire y Las tentaciones de san Antonio de Flaubert supone un revulsivo contra una sociedad anquilosada en sus formas de vida. Completa la entrega una precisa selección de los poemas de Oxford, donde Wilde afianzó sus convicciones y gustos y nació su pasión por el esteticismo de las artes y la belleza
El hombre que contaba historias es un precioso y breve cuento de Oscar Wilde, y da título a esta antología, que contiene relatos de ocho de los principales autores anglosajones de todos los tiempos: cuatro británicos -Daniel Defoe Charles Dickens, Robert Louis Stevenson y Oscar Wilde- y cuatro estadounidenses -Edgar Allan Poe, Mark Twain, O. Henry y Jack London-. La antología ofrece a lectores de todas las edades la posibilidad de conocer a estos grandes autores de la literatura universal, una ocasión para disfrutar de su literatura en pequeñas perlas. Algunos de los relatos están entre los más célebres de sus respectivos autores, otros son joyas poco conocidas; todos son, en uno u otro sentido, significativos de cada autor. El conjunto presenta una amplia variedad temática y una gran amenidad y calidad literaria. Encontramos aquí misterio, humor, filosofía y aventuras, una combinación de literatura de primer nivel. Las preciosas ilustraciones de Esther Saura Múzquiz iluminan los relatos.
Oscar Wilde (Dublín, 1854-París, 1900) estudió en el Trinity College de Dublín y en el Magdalen College de Oxford, donde se hizo notar por su excentricidad y su pose de esteta. Publicó su primer libro, Poems, en 1881 y al año siguiente dio una serie de conferencias en los Estados Unidos que lo hicieron célebre. Escribió varios libros de cuentos infantiles tras su matrimonio con Constance Lloyd en 1884 y publicó su única novela, El retrato de Dorian Gray, en 1891. La última década del siglo vio a Wilde ascender a lo más alto de la escena londinense, con los estrenos de El abanico de Lady Windermere (1892), Una mujer sin importancia (1893), Un marido ideal (1895) y La importancia de llamarse Ernesto (1895). Tras saltar el escándalo en torno a su homosexualidad y perder el juicio contra el marqués de Queensberry, Wilde pasó por varias cárceles donde escribió De profundis y la Balada de la cárcel de Reading. Al salir, arruinado, apartado de su familia y víctima de una amarga condena social, viajó por Italia y Francia y murió en París en 1900. Sólo publicó tres breves series de aforismos, pero dejó dispersa por su obra una gran cantidad de sentencias memorables que se reúnen aquí por primera vez en lengua española.
El libro que hasta ahora permanecía sin publicar en español, comienza su andadura cuando en 1894, el dramaturgo irlandés le sugirió al editor Arthur L. Humphreys que le pidiera a su esposa Constance una selección de pensamientos de su obra bajo el título Oscariana. Posiblemente lo hizo para dar alguna satisfacción a la desdichada esposa, madre de sus dos hijos, de presencia arrebatadora, rostro enigmático y severo. La relación amorosa entre Constance y Oscar comienza intempestivamente y acaba de forma tormentosa, convirtiéndose el elegante y distinguido matrimonio de moda, entonces objeto de admiración y de envidia de muchos, en una víctima más de la doble moral victoriana. Por entonces, el famoso escritor comenzó sus relaciones con Lord Alfred Douglas. En enero de 1895 se publicó la primera edición no venal de Oscariana, con una tirada de tan sólo cincuenta ejemplares. Pero, antes de que el mundo de las letras se hiciera eco de ella, estalló el escándalo originado por el arresto y los juicios de Oscar Wilde, al que se acusó de “sodomía y grave indecencia”, quedando eclipsado el éxito de la obra, y los ejemplares apilados en un almacén. Finalmente, el libro vio la luz en 1910, incluyendo las dos colecciones de aforismos publicadas en vida del poeta. Luis Antonio de Villena lo caracteriza como “la más genuina colección de aforismos wildeanos, entre las muchas que se han hecho”, y en él puede apreciarse el mejor Wilde, el dandi rebelde.
La decadència de la mentida (1898) no és només un dels diàlegs de més abast teòric dOscar Wilde, sinó que representa el seu manifest antinaturalista i una contribució tan notable com polèmica, fins i tot avui dia, al debat sobre el valor de lart. Per Wilde, quan sexigeix a lart que renunciï a la bellesalaspiració humana més elevadaper assolir la veritat, se sacrifica una de les capacitats més extraordinàries de lésser humà: la de transformar la realitat. Crear significa ordir mentides meravelloses per convertir el món en un lloc digne del nostre esbalaïment. I quan lArt aconsegueix alliberar-se de les cadenes del realisme, deixa dimitar la Natura i la Vida i nesdevé el model.