Junto con " El fantasma de Canterville y otros cuentos " y " El retrato de Dorian Gray " , el presente libro, que reúne " El Príncipe Feliz " (1888) y " Una casa de granadas " (1891) completan prácticamente la recopilación de la obra narrativa de Oscar Wilde (1854-1900) en El libro de bolsillo. Si los relatos reunidos en el volumen mencionado en primer lugar dan idea del Wilde más satírico y humorístico, próximo a la vena que desarrolló en su teatro, los aquí recogidos, plenos de belleza y lirismo, están escritos en un estilo más cercano al de los tradicionales cuentos de hadas, lo cual no ha de llevar engañosamente a confinarlos -especialmente por lo que se refiere a Una casa de granadas- en la literatura infantil. " El Príncipe Feliz " engloba, además del cuento que le da título, «El Ruiseñor y la rosa», «El Gigante egoísta», «El amigo fiel» y «El Cohete ilustre». Una casa de granadas, por su parte, comprende «El joven Rey», «El cumpleaños de la Infanta», «El Pescador y su Alma» y «El Hijo de las Estrellas».
En palabras de Oscar Wilde, estos cuentos " están dirigidos a todos aquellos que han conservado sus facultades infantiles de sorprenderse y de gozar, y que además encuentran sencillas las más sutiles maravillas".
Acabar con la propiedad privada, tal y como preconiza el Socialismo, es para Oscar Wilde la mejor garantía de alcanzar el Individualismo, que para él supone el estado ideal del hombre. Mientras argumenta esta tesis aprovecha para destilar una serie de paradojas ingeniosas: «Sólo hay una clase que piense más en el dinero que los ricos, y eso son los pobres. Los pobres no pueden pensar en nada más». «El hambre, y no el pecado, es la progenitora del crimen moderno». «En los viejos tiempos los hombres tenían el garrote. Ahora tienen la prensa». «El público tiene una curiosidad insaciable por saberlo todo, excepto lo que merece la pena saberse». «Los resultados de los errores de los gobiernos son francamente admirables». «Los puntos de vista de la mayoría serán probablemente estúpidos».
Lord Arthur Savile recibe una fuerte impresión durante una fiesta a la que acude junto a su prometida. Un quiromántico lee en su mano que va a cometer un asesinato. Como no hay nada como el deber cumplido, lord Arthur decide posponer su matrimonio para después de cometido el crimen e inicia una estretagia urgente para matar a algún familiar próximo, camuflando el delito como si fuera un accidente. El ilustrador Emilio Urberuaga ha elegido esta deliciosa y mordaz novela corta de Oscar Wilde para ilustrarla a todo color y con plena libertad. Premio Nacional de Ilustración 2011, Urberuaga, padre gráfico de Manolito Gafotas, retrata minusiosamente la época victoriana donde se desarrolla la acción y ofrece una lectura clara y alegre de uno de los textos más ingeniosos de Wilde.
"El fantasma de Canterville / The Canterville Ghost" narra la historia de una familia estadounidense que se traslada a vivir a una mansión inglesa habitada por un fantasma. Lejos de dejarse amedrentar por este sorprendente inquilino, la familia se burla constantemente de él y muestra gran indiferencia hacia sus tretas, lo que aboca al fantasma a un inesperado final. La colección Bilingual Classics reúne la versión completa bilingüe de grandes clásicos de la literatura universal e incluye ejercicios al final del libro para reforzar el vocabulario y las estructuras aprendidas.
Una selección de las mejores narraciones de Wilde, además de El fantasma de Canterville, este volumen incluye: El crimen de lord Arthur Savile, El modelo millonario, El joven rey, El cumpleaños de la infanta, El niño estrella, El príncipe feliz, El pescador y su alma, y otros relatos breves. Dotado de un fino espíritu crítico, el autor desprecia la moral burguesa y busca en sus obras la provocación mediante el humor fino e irónico, creando una atmósfera alegre que le permite dominar la técnica dramática. En El fantasma de Canterville , una familia americana adquiere Canterville Chase, un castillo inglés embrujado; pero lejos de asustarse, la familia hace todo lo que puede para desembarazarse de este fantasma. Con suma maestría, Oscar Wilde parodia el cuento de terror y aprovecha para criticar el materialismo burgués.
Basil Hallward había terminado el retrato. El joven Dorian, al verlo, no pudo más que desear, desde su frívola inocencia, que fuera su imagen la que envejeciera y se corrompiera con el paso de los años mientras él permanecía intacto. Y así fue: a partir de entonces, Dorian Gray conservó no sólo la lozanía y la hermosura propias de la juventud, sino la pureza de los inocentes. Pero ¿a qué precio? Publicada por primera vez en 1890, la única novela de Wilde es un rompecabezas diseñado de manera brillante para mofarse de las mentes convencionales con su intensa exploración de la miríada de interrelaciones entre el arte, la vida, y las consecuencias. Desde el provocativo «Prefacio», en el que reta al lector a creer en la teoría esteticista de lart pour lart, hasta su sensacional conclusión, el relato explora la conciencia del propio pecado como fuente del arte. «Tal vez sea El retrato de Dorian Gray la obra fundamental de la fama de Wilde. Es un libro lleno de fascinación y encanto, fácil y difícil a la vez, y cuyo único protagonista y tema esencial es la Belleza. Una de las pasiones que hacen vivir y dan sentido y fuerza al mundo.» Luis Antonio de Villena
A pesar de ser conocido fundamentalmente como el irreverente e ingenioso dramaturgo y cuentista y autor de El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde fue también un crítico literario visionario. Defendió la crítica como una disciplina independiente de la literatura y enfatizó el rol esencial de ésta en el proceso creativo. En este volumen incluimos dos de sus más importantes ensayos, que se publicaron en el volumen Intenciones en mayo de 1891. En El crítico como artista Gilbert y Ernest conversan sobre la distinción entre el arte y la crítica. Para Wilde, la creación artística sólo puede proceder de un espíritu crítico. La decadencia de la mentira presenta, también en forma de diálogo socrático, a los personajes Vivian y Cyril que, extravagantes y divertidos, debaten sobre el valor del arte, defendiendo el esteticismo y el «arte por el arte».
De Oscar Wilde se dijo que no conversaba, sino que contaba cuentos. Este volumen recoge sus relatos más conocidos, y podemos imaginárnoslo perfectamente, encantador, irónico, contándolos a un reducido círculo de devotos oyentes, con una taza de té en la mano. Un público que se reiría con «El fantasma de Canterville»; se sentiría intrigado con la resolución del caso de «El crimen de lord Arthur Savile», y se conmovería hasta las lágrimas con «El Príncipe Feliz», «El ruiseñor y la rosa» y «El gigante egoísta», cuentos de hadas protagonizados por seres frágiles y vulnerables. Son por tanto, como Alejandro Palomas explica en su prólogo, cuentos cercanos, vivos, que nos interpelan, como los memorables personajes de sus obras de teatro. Cuentos, cuya lectura a pesar del paso del tiempo no se agota nunca, pues nos hablan de emociones cercanas y reconocibles, en resumen, nos hablan de nosotros mismos. Este libro incluye actividades recomendadas para profundizar en la lectura de los cuentos.