Sylvia Plath conoció al poeta inglés Ted Hughes iniciándose para ambos una época de proyectos, vida y literatura en común que duró seis años. Tras ser abandonada por Ted y sin poder superar su problemática existencial, Sylvia se suicida a los 31 años.
Sylvia Plath conoció al poeta inglés Ted Hughes iniciándose para ambos una época de proyectos, vida y literatura en común que duró seis años. Tras ser abandonada por Ted y sin poder superar su problemática existencial, Sylvia se suicida a los 31 años.
Sylvia Plath es una de las poetas más conocidas y controvertidas del siglo XX. Desde su muerte en 1963, el debate crítico sobre su obra ha sido animado y, en ocasiones, incluso hostil. Esta obra ilustra cómo leer a Plath desde una perspectiva alternativa, utilizando la teoría de Julia Kristeva sobre el lenguaje político, y que permite una apreciación de los poemas que va más allá de lo biográfico al hacer énfasis, en cambio, en los textos; de ese modo, se engrana con la primera persona como una herramienta heurística compleja e inestable. Al explorar los poemas en términos de su trascendencia en lugar de centrarse exclusivamente en su significado explora la manera en la que la obra de Plath produce una crisis de subjetividad oratoria y, a partir de ahí, emerge la naturaleza «revolucionaria» de la voz poética.
La madrugada del 11 de febrero de 1963 se produjo un suicidio en una casa de Londres. La víctima, una mujer de treinta y un años, era madre de dos niños de corta edad, y al parecer desde hacía unos meses sufría una fuerte depresión motivada por su separación matrimonial Una noticia más en el periódico, que habría pasado inadvertida si la protagonista no se llamase Sylvia Plath. Desde el día de su muerte la fama de la escritora estadounidense no ha dejado de crecer y hoy constituye un verdadero mito. Pero ¿cómo fueron los últimos días de Sylvia Plath? ¿Dejó entrever algún indicio que hiciese presagiar su fatal decisión? Una de las pocas personas que pueden responder a estas preguntas es la autora, en cuya casa vivió la poeta las jornadas previas al suicidio. Con sinceridad y sin caer en lo melodramático, Jillian Becker no sólo recuerda aquellas horas sino que ofrece su visión de quienes estuvieron más cerca de Sylvia Plath, en particular su marido, Ted Hughes. El relato es un testimonio directo y conmovedor que aporta nueva luz sobre la obra, la vida y la muerte de una de las voces poéticas más importantes de nuestro tiempo.
Detrás de la apariencia, casi publicitaria, de la bella y rubia ama de casa norteamericana, con la que a la poeta Sylvia Plath le gustaba presentarse en sus años de mayor éxito, se esconden los rasgos trágicos y problemáticos de una mujer frágil, apasionada y ambiciosa, que no se integran con facilidad en su mito. Separada de su marido Ted Hughes, se suicidó por celos a los 30 años. A la fama de sus poemas se sumó la notoriedad de la tragedia, que tentó a muchos a escribir sus versiones de la historia. Janet Malcolm interroga a diversas personas que alguna vez tuvieron que ver con Silvia Plath para reconstruir la trama de recuerdos, especulaciones y habladurías. Sus encuentros con los biógrafos de Plath, la extraña manipulación del legado de la poeta celosamente vigilada por su esposo, los recuerdos de una amiga que estuvo con ella los últimos días de su vida, todo ello se lee como una novela de suspense en la que Janet Malcolm se involucra apasionadamente para conocer la verdad. La autora desenmascara la indiscreción, la avidez de escándalo y las medias verdades sobre la poeta y su matrimonio en una lección crítica y brillante sobre la biografía como género literario. Pero, finalmente, esta lección desemboca en un nuevo género: una meta biografía, construida como un sutil tejido de fragmentos de poemas, cartas, relatos y diálogos, que revela a una Silvia Plath totalmente diferente a la que hasta ahora nos han presentado.
Pocos meses antes de morir, Ted Hughes sorprendió al mundo con la publicación de Cartas de cumpleaños, un libro donde se reunían los poemas que, a lo largo de las últimas décadas, le había escrito en silencio a su primera esposa, la poeta norteamericana Sylvia Plath, quien se suicidó en febrero de 1963. A lo largo de las páginas de este libro, Ted Hughes, desde el centro de la intimidad, recuerda su relación con Plath, empezando por el día en que se conocieron, durante una fiesta en Cambridge, en 1956, pasando por su boda, su luna de miel, el nacimiento de sus dos hijos y los constantes y fatales tormentos que desembocaron en el suicidio de la poeta. Más allá de la anécdota biográfica, Cartas de cumpleaños es ya uno de los poemarios fundamentales de finales del siglo XX, una valiente conversación con una amada sombra en el quieta contraluz del recuerdo, una celebración de la vida, de la pasión extrema, lo mismo que una poderosa meditación sobre la muerte. Y, por encima de todo, esta obra constituye la fulgurante despedida de uno de los mayores poetas de nuestro tiempo. «Este libro irrumpe con la fuerza de una emoción que surge de una fuente desconocida. Y leerlo es como sufrir la descarga de un rayo. Su poder, su fuerza es a veces tierno, a veces humorístico, a veces angustiado y surge siempre de un presente abrasador e inmóvil. Quienes pensaron que la reticencia de Hughes era una prueba de insensibilidad se darán cuenta inmediatamente de que los insensibles eran ellos. Estamos ante un libro escrito por alguien obsesionado, herido y que estuvo profundamente enamorado. Nunca se había visto nada parecido en literatura.»Andrew Motion
Original catálogo de camas que no entienden de reglas, y sobre las cuales uno puede surcar mares o alcanzar el espacio exterior. Camas que sirven de escenario a trapecistas y que pueden ensuciarse sin temor a reprimendas. Muchas camas especiales, todas ellas ilustradas por el gran Quentin Blake y recogidas en este magnífico poema.