Dagerman se erigió como una nueva y rutilante estrella literaria con la publicación de esta historia protagonizada por siete náufragos, angustiados ante la perspectiva de su inminente muerte en una isla desierta. La desolación del paisaje es geográfica y metafísica, y los descarnados e insomnes pensamientos de los personajes fluyen como aguas negras hacia el sumidero final. Con su estilo sombrío y devastador, Dagerman escribe una fábula opresiva y nihilista del fin de los tiempos (y del hombre), a través de la cual asoman muchas de las ansiedades y de los miedos de una Europa que ha sufrido el horror de la Segunda Guerra Mundial, y ha perdido, definitivamente, la inocencia. Sólo quedan la soledad y el más radical desamparo ante el vacío y el sinsentido de la existencia.
Stig Dagerman, el joven escritor, de las letras suecas, emprende en 1946, como corresponsal del Expressen, un viaje por la Alemania destruida. Otoño alemán es este reportaje que, fuera de prejuicios y libre de un periodismo políticamente correcto, se adentra en la vida de estos supervivientes alemanes que ahora viven en la humillación y en la miseria.
Este libro reúne los mejores cuentos del escritor sueco Stig Dagerman. Un tema central recorre toda su obra y toda su vida: la solidaridad como idea suprema, principio ético y compromiso responsable. Hijo de la clase obrera, desde niño pudo saborear la dicha de la fraternidad en medio de los estragos de la Gran Depresión; en algún lugar escribe que toda su infancia fue un interminable convoy de pordioseros. En este contexto merece especial mención su solidaridad con la España republicana y con los represaliados de la dictadura franquista. Su casa fue lugar de encuentro de numerosos antifascistas y miembros de las Brigadas Internacionales. Los veinticinco relatos que componen este libro reflejan los conflictos y angustias que definieron a toda una generación: la que fue testigo del último suspiro de una forma de vida eminentemente agrícola y que vivió los desastres de la II Guerra Mundial. «Su literatura tradujo un estado de ánimo, una crisis profunda: demasiado joven para saber esperar; demasiado absoluto en sus sentimientos y pensamientos, Stig fue de los que no pudiendo creer en Todo, no pudieron creer en Nada. » Federica Montseny