«No comparéis vuestras fuerzas físicas con las enemigas, porque no es comparable el espíritu con la materia. Vosotros sois hombres, ellos son bestias, vosotros sois libres, ellos esclavos.» Simón Bolívar Conocido en toda América Latina como El Libertador, el revolucionario venezolano Simón Bolívar fue uno de los líderes más importantes en las guerras de independencia de las colonias españolas. Recientemente rescatado por el presidente venezolano Hugo Chávez para su propio programa político, que él ha llamado «la revolución bolivariana», el mensaje de Bolívar sigue siendo tan estimulante en las actuales luchas políticas y sociales como lo fueron en su tiempo.
En el estudio preliminar y en la antología se analizan y presentan fundamentalmente los principales proyectos político-jurídicos de Bolívar en los que concretó sus ideas de Estado y de Gobierno. Entre ellos se deben señalar los proyectos de Constitución para la República de la Gran Colombia de 1819 y para la República de Bolivia de 1826; las propuestas para la Convención de Ocaña de 1828, encargada de redactar la Constitución para Colombia; el Decreto que establece en 1828 el Régimen del Libertador Presidente en Colombia, con el cual aplicó por primera vez en el mundo moderno el modelo de dictadura del derecho público público republicano romano, y el proyecto de creación de una Unión Americana de Repúblicas presentado al Congreso de Panamá de 1824, convocado por el mismo Bolívar. El análisis y los documentos demuestran el genio político de Bolívar y hacen apreciar muy bien la riqueza de sus conocimientos del constitucionalismo moderno. Son ideas precisas, constantes, pragmáticas de las cuales sale un Estado fuerte y bien organizado, sólido, estable, como lo requerían los países que apenas se iniciaban en el ejercicio de la libertad. Pero el Estado fuerte bolivariano no es arbitrario ni absolutista, es un Estado de derecho, pensado para crear el estado nacional, para combatir a la vez el caudillismo personalista, la pasión partidista y el anarquismo individualista, tres inmensos obstáculos que han impedido el crecimiento de la democracia en los países latinoamericanos.
«No comparéis vuestras fuerzas físicas con las enemigas, porque no es comparable el espíritu con la materia. Vosotros sois hombres, ellos son bestias, vosotros sois libres, ellos esclavos.» Simón Bolívar Conocido en toda América Latina como El Libertador, el revolucionario venezolano Simón Bolívar fue uno de los líderes más importantes en las guerras de independencia de las colonias españolas. Recientemente rescatado por el presidente venezolano Hugo Chávez para su propio programa político, que él ha llamado «la revolución bolivariana», el mensaje de Bolívar sigue siendo tan estimulante en las actuales luchas políticas y sociales como lo fueron en su tiempo.
En el estudio preliminar y en la antología se analizan y presentan fundamentalmente los principales proyectos político-jurídicos de Bolívar en los que concretó sus ideas de Estado y de Gobierno. Entre ellos se deben señalar los proyectos de Constitución para la República de la Gran Colombia de 1819 y para la República de Bolivia de 1826; las propuestas para la Convención de Ocaña de 1828, encargada de redactar la Constitución para Colombia; el Decreto que establece en 1828 el Régimen del Libertador Presidente en Colombia, con el cual aplicó por primera vez en el mundo moderno el modelo de dictadura del derecho público público republicano romano, y el proyecto de creación de una Unión Americana de Repúblicas presentado al Congreso de Panamá de 1824, convocado por el mismo Bolívar. El análisis y los documentos demuestran el genio político de Bolívar y hacen apreciar muy bien la riqueza de sus conocimientos del constitucionalismo moderno. Son ideas precisas, constantes, pragmáticas de las cuales sale un Estado fuerte y bien organizado, sólido, estable, como lo requerían los países que apenas se iniciaban en el ejercicio de la libertad. Pero el Estado fuerte bolivariano no es arbitrario ni absolutista, es un Estado de derecho, pensado para crear el estado nacional, para combatir a la vez el caudillismo personalista, la pasión partidista y el anarquismo individualista, tres inmensos obstáculos que han impedido el crecimiento de la democracia en los países latinoamericanos.