De sus siete novelas, para la presente edición se ha seleccionado una tríada que representa con soltura los temas y experimentaciones formales que construyeron el núcleo escritural del trabajo de Sarduy. Su segunda novela De donde son los cantantes (1967), es un crisol de las influencias culturales que han conformado el alma del pueblo cubano tal y como lo conocemos. Maitreya (1978), la menos cubana de sus novelas hasta ese momento, gira en torno al misterio de la reencarnación y a un grupo de curiosos lamas que busca interpretar los signos que anuncian una presencia mística que transforma al mundo. Cierra la edición Pájaros en la playa (1993), donde la muerte, el desgaste de los cuerpos y las aves del título delimitan el espacio de la narración.
Si el lector se preguntara sin inhibiciones si en alguna ocasión sintió, por ejemplo, el oculto deseo de liquidar a toda su familia con matarratas, de simular ante posibles «inquisidores» una incurable catalepsia, de querer ser otro a toda costa, o de prendarse de una niña con visos de hada olorosa ; si recordara sin trabas cuándo y cómo fumó su primer cigarro, asistió a una sesión de magia, descubrió que la niña no era un ángel sino el signo de algo profundamente perturbador, se emborrachó, visitó los primeros burdeles ?que finalmente tanto se parecen al mundo exterior, «normal»? y buscó bondad y consuelo allí donde menos podía encontrarlos, entonces el lector comprenderá la verdadera naturaleza de este sinuoso recorrido iniciático de Cocuyo?niño precoz, cabezón, perverso y fisgón? y será Cocuyo en toda su exuberante vitalidad, a veces grotesca y risible, otras casi demoníaca, otras pícara y tierna, otras simplemente miserable.
De sus siete novelas, para la presente edición se ha seleccionado una tríada que representa con soltura los temas y experimentaciones formales que construyeron el núcleo escritural del trabajo de Sarduy. Su segunda novela De donde son los cantantes (1967), es un crisol de las influencias culturales que han conformado el alma del pueblo cubano tal y como lo conocemos. Maitreya (1978), la menos cubana de sus novelas hasta ese momento, gira en torno al misterio de la reencarnación y a un grupo de curiosos lamas que busca interpretar los signos que anuncian una presencia mística que transforma al mundo. Cierra la edición Pájaros en la playa (1993), donde la muerte, el desgaste de los cuerpos y las aves del título delimitan el espacio de la narración.
Si el lector se preguntara sin inhibiciones si en alguna ocasión sintió, por ejemplo, el oculto deseo de liquidar a toda su familia con matarratas, de simular ante posibles «inquisidores» una incurable catalepsia, de querer ser otro a toda costa, o de prendarse de una niña con visos de hada olorosa ; si recordara sin trabas cuándo y cómo fumó su primer cigarro, asistió a una sesión de magia, descubrió que la niña no era un ángel sino el signo de algo profundamente perturbador, se emborrachó, visitó los primeros burdeles ?que finalmente tanto se parecen al mundo exterior, «normal»? y buscó bondad y consuelo allí donde menos podía encontrarlos, entonces el lector comprenderá la verdadera naturaleza de este sinuoso recorrido iniciático de Cocuyo?niño precoz, cabezón, perverso y fisgón? y será Cocuyo en toda su exuberante vitalidad, a veces grotesca y risible, otras casi demoníaca, otras pícara y tierna, otras simplemente miserable.