"En cada época -dice Luis Villoro en la introducción- hay algunos, raros, pensadores cuya vida puede señalarse como ejemplo de una actitud filosófica. Bertrand Russell ha sido uno de ellos. No sabríamos decir cuál es la parte de su actividad que más llama a nuestra imaginación, si sus decisivas contribuciones a la lógica, a la semántica filosófica ya la epistemología, o su realización de un proyecto de vida en el que podemos reconocer lo más genuino de la filosofía". La antología de Fernanda Navarro pretende abarcar este segundo aspecto de la obra "filosófica" de Bertrand Russell, aspecto que incluye tanto las ideas como las acciones de una vida dedicada lo mismo al diálogo académico como a la protesta activa contra la guerra en las ruidosas calles de Londres, para terminar constituyendo el Tribunal de Crímenes de Guerra. En su actividad política, igual que en su filosofía, la vida de Russell estuvo consagrada a liberarse a sí mismo y a los demás de las creencias mistificadoras que oprimen a las multitudes. Ésta ha sido mi vida -dijo una vez-. La he hallado digna de vivirse; y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciese la oportunidad