Chavales del arroyo, escrita en 1955, es la primera novela de Pasolini y es la mejor puerta de acceso a su obra. Se trata de una extraordinaria crónica de la vida en los suburbios de Roma durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, y es una obra maestra tanto por sus aspectos etnográficos como por los puramente literarios que atrapa la atención desde la primera línea. Pasolini va retratando a personas cuyas vidas siguen una lógica periférica, ajena a las ilusiones tanto de las clases altas como del obrerismo tradicional. Además, la potente mirada del que sería después un gran cineasta recorre las casas y las calles de Roma, de manera que la ciudad es otro personaje, y muy importante, del libro. Por todo esto, Chavales del arroyo es una obra clave de la literatura del siglo xx y en ella se encuentran las mejores aspiraciones del movimiento neorrealista italiano.
El poema de Pasolini me ofrecía su estética de momento límite; tenía algo que le falta a la lengua; tenía esa mínima parte de acción que refuerza a tientas nuestro apoderamiento de la realidad en este mundo. De manera que con un mismo movimiento, de helicoide que sube o baja o se deshace, me entregaba en la luz, ciegamente, imagen por imagen, eso que nos retira a cada instante del mundo: esa parte de la lengua que se exilia en el misterio de las hablas y que le falta al misterio de cada uno." Arturo Carrera
El mismo día, en la misma sala de hospital, dos mujeres de la misma aldea dieron a luz a un niño. Seis años más tarde se descubrió que hubo una confusión , un intercambio. A partir de este hecho, Per Olov Enquist, para quien cada hombre lleva consigo la carga de un «gemelo» desaparecido, escribe una novela que condensa la esencia de la literatura nórdica. Una voz enigmática, cargada de preguntas y recuerdos, fundamentalmente lírica y repetitiva como los sentimientos, intenta, con la ayuda del capitán Nemo como guía benefactor, saber quién es, encontrar el sentido de su vida. La biblioteca del capitán Nemo es una de las mejores novelas de este escritor, propuesto en numerosas ocasiones para el premio Nobel de Literatura, y, con ella, comenzaron su enorme éxito y su reconocimiento internacional.
Pier Paolo Pasolini fue un gran cineasta, un notable poeta, un extraordinario novelista y, tal como demuestra en el presente volumen, uno de los mayores ensayistas del siglo XX. Como pensador y como creador, Pasolini entendió que la auténtica provocación y una forma de escándalo que no fuera recuperable por el sistema de consumo cultural eran las armas más eficaces que poseía un intelectual. Y es precisamente este espíritu de la transgresión, entendido como reflexión lúcida, comprometida y a contracorriente, el que habita los ensayos que componen este libro incluido el que le da título, redactados a lo largo de más de treinta años e inéditos hasta ahora en nuestra lengua. En este sentido, la presente antología se compone de un conjunto de textos que, atendiendo a su vitalidad intelectual, su alcance histórico y la belleza de su escritura, son de primer orden y dan cuenta del mejor Pasolini, crítico radical de nuestra cultura y ajeno a cualquier tipo de concesiones. En ellos se abordan temas fundamentales en la reflexión y la vivencia de este autor: la violencia y su extremo, la guerra; la educación, tal como se nos impone y tal como podría ser; eso que llamamos cultura, y la dialéctica crítica que ésta exige; la sociedad, siempre junto a la soledad de aquel que toma conciencia de su deriva; o la política, que para Pasolini no podía ser sino una estrategia de la resistencia. El libro se cierra con dos documentos absolutamente excepcionales: un texto, publicado de forma póstuma apenas dos semanas después de la muerte de Pasolini, que el propio autor definió como «un testamento intelectual y espiritual»; y una última entrevista, brillante y brutal como todas, que tuvo lugar apenas cuatro horas antes de su asesinato. En ella Pasolini advertía de que «mientras nosotros estamos aquí hablando puede que haya alguien en el bar planeando liquidarnos», lo que no habla tanto de una premonición como de la estricta lucidez de quien ha tocado «la vida violenta » y conoce verdaderamente su lugar en el mundo.