En un futuro cercano, la tercera guerra mundial se recrudece a marchas forzadas, y la Tierra, plagada de virus y radioactividad, resulta inhabitable; al menos, eso cree la inmensa mayoría de la población que, confinada en factorías subterráneas, sólo conoce del exterior lo que ve en los informes televisivos. Pero éstos no ofrecen más que mentiras sistemáticas ideadas por profesionales del artificio, guardianes de una realidad radicalmente distinta: la guerra acabó hace años y el planeta es un gran jardín. Escrita en 1964, La penúltima verdad anticipa el uso de la televisión como medio de manipulación de masas. Dick pone de nuevo su salvaje imaginación al servicio de la denuncia de los abusos del poder y del cuestionamiento de la naturaleza de la realidad. En esta suerte de reescritura del mito de la caverna, a su vez, desenmascara la esencia del capitalismo, que necesita del sometimiento para subsistir.
Además de novelista, Philip K. Dick fue un prolífico autor de cuentos y relatos, muchos de los cuales han sido llevados al cine en los últimos tiempos. Él mismo reunió sus narraciones breves en cinco volúmenes que ahora recuperamos en una edición revisada. Esta segunda entrega recoge 25 relatos escritos entre 1952 y 1953, auténticas joyas literarias que destilan la magia propia de Dick y donde quedan patentes sus constantes obsesiones: la muerte, la alienación, la locura, la religión y la represión, y la naturaleza esquiva de la realidad.De lectura ágil y entretenida, este libro nos invita tanto a adentrarnos en el fascinante universo dickiano como a observar la evolución del luminoso talento de uno de los escritores más relevantes del siglo XX.
En la Federación de los Nueve Planetas, un mundo presuntamente dominado por los números y el azar, el Presentador -una suerte de presidente mundial- es elegido mediante una sofisticada lotería. Así se pretende garantizar el juego limpio y la igualdad de oportunidades. Pero pronto se evidencia que el sistema no está exento de manipulaciones de quienes persiguen tan preciado cargo.
Policías y criminales han sido siempre las dos caras de una misma moneda, pero ningún novelista ha sabido explorar esta perversa simbiosis como Philip K. Dick. Fred es el agente de policía encargado de investigar y detener a Bob Arctor, peligroso traficante de la adictiva y letal Sustancia D. Para ello Fred se adentra en un mundo donde resulta difícil diferenciar la realidad de los sueños y se sumerge en un juego perverso con Bob, en el que será a la vez cazador y presa, hasta que la pesadilla culmina con un sorprendente enfrentamiento final entre el policía y el traficante.
En la árida colonia de Marte, lo único más valioso que el agua puede ser un niño esquizofrénico de diez años llamado Manfred Steiner. Aunque para la ONU sea un niño «anómalo» destinado a la deportación y a su destrucción final, otros ?especialmente Arnie Kott, presidente del Sindicato local de Trabajadores del Agua? sospechan que el desorden de Manfred puede abrir una ventana hacia el futuro. Pero, ¿qué clase de futuro? ¿Y qué sucede con todos aquellos desafortunados en quienes Manfred confió? En Tiempo de Marte, Philip K. Dick, el genio incomparable de la ficción especulativa, usa el poder político, el tráfico con bienes extraterrestres, el adulterio y el asesinato para penetrar en los misterios del ser y el espacio.
En la Tierra, los casos de trastornos mentales aumentan exponencialmente; desbordados, los centros psiquiátricos sólo encuentran una solución: exiliar a los enfermos a una luna habitable que orbita el remoto planeta Alfa III. Sin embargo, durante dos décadas se interrumpe el contacto entre los terrícolas y los desequilibrados, quienes acaban organizándose en una sociedad donde cada clan se corresponde con una patología y un rol. Así, los psicóticos son la clase gobernante; los esquizofrénicos, los artistas y líderes religiosos; los maniaco-depresivos, los filósofos... Este orden se quiebra cuando en el planeta azul recobran el interés por los lunáticos y envían una nave para restablecer el contacto. Allí viaja el agente de la CIA Chuck Ritterford y su esposa Mary, a la que éste decide asesinar por control remoto. Para ello, contará con la ayuda de una serie de estrafalarios personajes... Sólo Philip K. Dick podría haber trenzado una historia de amor invertida con las contingencias de una comunidad de enfermos mentales. Toda una exploración de la psique humana donde se dinamita la frontera entre la locura y la cordura, Los clanes del la luna Alfana es una de las novelas más corrosivamente divertidas de este celebrado autor.
Rybys y Herb son los únicos colonizadores humanos de un lejano planeta pero viven completamente aislados entre sí, hasta que Herb es llamado por Yah (Dios o el espíritu del planeta) para que acuda en ayuda de Rybys. A Herb le iba bien pasarse el día escuchando a Linda Fox, su cantante favorita, pero Dios le destroza el equipo de música. Cuando Rybys queda en estado (y no precisamente por los esfuerzos de Herb), deben volver a la Tierra y enfrentarse al malvado Belial, que ha corrompido la pureza del planeta y de sus habitantes. En su misión colaborará Elias Tate, un anciano místico que es la expresión terrena de Elías, el amigo de la humanidad.
Además de novelista, Philip K. Dick fue un prolífico autor de cuentos y relatos, muchos de los cuales han sido llevados al cine en los últimos tiempos. Él mismo reunió sus narraciones breves en cinco volúmenes que ahora recuperamos en una edición revisada. Esta quinta entrega recoge 24 relatos escritos entre los años 1963 y 1980. Se trata de auténticas joyas literarias donde quedan patentes las constantes obsesiones del autor: la muerte, la alienación, la locura, la religión y la represión, y la naturaleza esquiva de la realidad. De lectura ágil y entretenida, este libro nos invita a adentrarnos en el fascinante universo dickiano.
Además de novelista, Philip K. Dick fue un prolífico autor de cuentos y relatos, muchos de los cuales han sido llevados al cine en los últimos tiempos. Él mismo reunió sus narraciones breves en cinco volúmenes que ahora recuperamos en una edición revisada. Esta cuarta entrega recoge 18 relatos que Philip K. Dick escribió entre los años 1954 y 1964. En ellos encontraremos las primeras exploraciones de algunos de los temas centrales de su obra. Se trata de auténticas joyas literarias que destilan la magia propia de Dick y donde quedan patentes sus constantes obsesiones: la muerte, la alineación, la locura, la religión y la represión, y la naturaleza esquiva de la realidad. De lectura ágil y entretenida, este libro nos invita tanto a adentrarnos en el fascinante universo dickiano como a observar la evolución del luminoso talento de uno de los escritores más relevantes del siglo XX.
En un futuro no muy lejano, lo único que hace soportable la vida a los seres humanos son las drogas. Obligados a huir de un planeta Tierra casi inhabitable, los colonos de Marte viven bajo el dominio de Leo Bulero, propietario de Equipos P. P., la compañía que fabrica las miniaturas y administra el alucinógeno ilegal (Can-Di) que les permite evadirse trasladándolos a universos y cuerpos de muñecos tipo Barbie. El monopolio de Bulero se ve seriamente amenazado cuando Palmer Eldritch regresa de un largo viaje trayendo consigo una droga nueva y legal (Chew-Zi) que anuncia bajo el lema «Dios promete la vida eterna. Nosotros la proporcionamos».El antihéroe de esta novela, Barney Mayerson, empleado de Equipos P. P., se verá inmerso en una trepidante intriga que le enfrentará a conflictos de lealtad, justicia y amor. A su vez, se acercará al núcleo de un misterio: ¿qué pretende Palmer Eldritch? Ya no parece humano, ¿qué clase de metamorfosis ha sufrido? ¿Se ha convertido en una divinidad o en un ser infernal?Ésta es una novela absorbente donde se despliegan motivos constantes en la narrativa de Dick: la mezcla de drogas y religión, el malestar psicológico de los personajes, el poder y la locura, la presencia de un demiurgo cruel y, sobre todo, la multiplicidad de niveles de la realidad y la difusa frontera entre ésta y la ilusión.