Adrian es un niño rumano en los albores del siglo xx, pertenece a una familia humilde, pasa los veranos con su tío Dimi en el campo, donde será testigo de las penalidades y sufrimientos de los que como su tío deben buscarse la vida en un medio tan hostil
En un petit poble romanès vora el Danubi, un nen somia amb aventures i horitzons llunyans. Curiós i espavilat, treballa de valent en una taverna i de nit, amb lajuda del seu Diccionari Universal, somple de coneixements a la llum duna espelma sota un paraigua obert: «Aquelles expressions que immediatament sem van illuminar van posar en moviment la meva intelligència i van portar-me un consol al cervell i una alegria al cor. [...] Ja no podia passar de llarg duna paraula de significat obscur!» Un dia, per fi, abandona el seu país i sembarca: vol arribar a França. Els meus començaments són els records de joventut, farcits depisodis saborosos i de personatges inoblidables i acolorits, del gran escriptor i rodamón Panait Istrati.
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La narrativa de Istrati se organiza en torno a la vida de Adrian Zograffi, su alter ego imaginario que actúa como narrador, testigo o personaje. Kyra Kyralina y El tío Anghel sus dos obras cumbre forman parte del primer ciclo. Kyra Kyralina (1923) abre la epopeya balcánica y recoge la vida de Stavros, su infancia, su perversión por un turco y la búsqueda febril de su hermana Kyra por los harenes de Constantinopla. La obra, que gira en torno a la idea del viaje y de la fatalidad del destino, es un canto a la amistad verdadera y a la libertad. El tío Anghel (1924), estructurada en tres partes independientes gracias a una cronología aleatoria, presenta el devenir trágico de dos seres excepcionales por sus pasiones excesivas: tío Anghel y el bandolero Cosma. Istrati, con la espontaneidad del cuentista oriental, aspira a que sus novelas palpiten como un corazón y combina para ello las fuentes del mejor folklore balcánico con las anécdotas y personajes de su vida aventurera. Como señala Claudio Magris en El Danubio, es el poeta de la promiscuidad y de la ambivalencia de Oriente, de ese desorden del cual parece esperarse a un tiempo la redención y la violencia. Vagabundo rumano y gran escritor autodidacta, Panait Istrati nació en Braila -ciudad portuaria del Danubio- en 1884. Hijo natural de una lavandera rumana y de un contrabandista griego, sólo asistió a la escuela durante cuatro años y realizó todo tipo de trabajos para ganarse la vida. Su espíritu inquieto y aventurero lo llevó a partir a Oriente Medio en 1906 sin dinero ni pasaporte. En 1921, tras instalarse en Francia, y desesperado por la tuberculosis, la pobreza y la muerte de su madre, intentó suicidarse. Fue encontrado agonizante con una carta dirigida al escritor Romain Rolland, quien le ayudaría a convertirse en el Gorki de los Balcanes. Invitado en 1927 a visitar la Unión Soviética, su crítica feroz a las colectivizaciones le costó el rechazo de los intelectuales franceses, por lo que decidió volver a Rumanía, donde murió en 1935 sumido en el olvido.