La Jurisdicción contencioso-administrativa constituye una jurisdicción especializada directamente destinada al control de la actuación de los Poderes Públicos. Solo esta referencia nos permitiría apuntar la importancia de la misma y la necesidad de que funcione para el conjunto del Estado de Derecho. La publicación en 1998 de una nueva Ley de la Jurisdicción contencioso-administrativa que actualizase el marco jurídico de los años cincuenta inspiró la primera de la Ediciones de este Tratado concebido para integrar la regulación procedimental de carácter especial como la de carácter común representada por la LOPJ y, sobre todo, por la LEC. Los cambios continuos que ha tenido la Ley de 1998, primero, para introducir la reforma de la oficina judicial y, posteriormente, los cambios que tienen por objeto producir una agilización en la tramitación procesal han justificado, por sí solos, la nueva Edición y la reconfiguración del propio Tratado con el fin de cumplir el proceso de actualización y de mantenimiento del marco jurídico procesal del contencioso-administrativo.
La Jurisdicción contencioso-administrativa constituye una jurisdicción especializada directamente destinada al control de la actuación de los Poderes Públicos. Solo esta referencia nos permitiría apuntar la importancia de la misma y la necesidad de que funcione para el conjunto del Estado de Derecho. La publicación en 1998 de una nueva Ley de la Jurisdicción contencioso-administrativa que actualizase el marco jurídico de los años cincuenta inspiró la primera de la Ediciones de este Tratado concebido para integrar la regulación procedimental de carácter especial como la de carácter común representada por la LOPJ y, sobre todo, por la LEC. Los cambios continuos que ha tenido la Ley de 1998, primero, para introducir la reforma de la oficina judicial y, posteriormente, los cambios que tienen por objeto producir una agilización en la tramitación procesal han justificado, por sí solos, la nueva Edición y la reconfiguración del propio Tratado con el fin de cumplir el proceso de actualización y de mantenimiento del marco jurídico procesal del contencioso-administrativo.
Al Baix Ebre, el Montsià, la Terra Alta i el Matarranya el visitant només trobarà edificis del final del romànic, ja que aquestes terres foren conquerides quan finia l'esplendor d'aquest estil.Sobre la Suda de T
Introducción: En la sociedad actual, el envejecimiento poblacional aumenta de manera progresiva. La patología con más repercusión en el adulto mayor es el insomnio. Esta causa alteraciones a nivel somático y merma su desarrollo en las actividades intelectuales y de la vida diaria.Objetivos: Explicar los aspectos más revelantes de esta patología y sus tipos de tratamiento, diferenciando el farmacológico del no farmacológico.Metodología: Hemos realizado una revisión bibliográfica en la que buscamos información acerca de los trastornos del sueño, el insomnio y su relación con el envejecimiento.Insomnio: Es la percepción subjetiva de sueño insuficiente o no restaurador, debido a la dificultad para iniciar o mantener el sueño, como mínimo durante un mes.Se debe diagnosticar el tipo de insomnio de forma individualizada, para así poder aplicar el tratamiento en base a sus causas y síntomas. Las herramientas más útiles para diagnosticar este trastorno son la polisomnografía y la anamnesis.El tratamiento farmacológico es el más utilizado por su efectividad a corto a plazo, pero debido a sus efectos adversos es necesaria la búsqueda de una alternativa. La más adecuada es el tratamiento no farmacológico, que consiste en el uso combinado de terapias cognitivas y conductuales. Con éstas se consiguen resultados más tardíos, pero la ventaja que presenta es su ausencia de efectos perjudiciales a priori y el ahorro económico de los pacientes y el sistema sanitario. Estos dos factores son muy beneficiosos para los adultos mayores, ya que ellos suelen estar polimedicados.Conclusiones: Para realizar un abordaje terapéutico completo, es recomendable el uso de fármacos y terapias no farmacológicas de forma sinérgica. Esta estrategia permite al paciente participar de forma activa en su tratamiento, ya que le dota de las herramientas necesarias para ampliar sus opciones de tratamiento y saber cuál es la más eficaz en base a su patología.