La conmovedora historia de amistad entre un joven discípulo y su sensei. Una inolvidable lectura y un canto a la vida así como a la belleza de las cosas. La obra maestra de Soseki en una manga de colección que acerca al gran maestro de las letras niponas a todo tipo de lector.
Sôseki, el celebrado novelista japonés, era un escritor poliédrico: divertido, irónico, nostálgico, introspectivo, surrealista, en definitiva, cambiante. A través de sus haikus se pueden apreciar las múltiples facetas de este autor, cima de la Literatura
Sôseki, el celebrado novelista japonés, era un escritor poliédrico: divertido, irónico, nostálgico, introspectivo, surrealista, en definitiva, cambiante. A través de sus haikus se pueden apreciar las múltiples facetas de este autor, cima de la Literatura
La vida cotidiana de un estudioso japonés en el Londres de 1900, con sus conflictos culturales y sus dificultades de adaptación, es descrita por Soseki con penetrante humor y sensibilidad.
Misceláneas primaverales presenta a un Sôseki melancólico, introspectivo, surrealista y cambiante, que se erige en precursor de autores como Abe Kôbô y Haruki Murakami. Incluye "Los sueños de diez noches".
Considerada la novela puente entre las dos obras maestras de Natsume Soseki, Kokoro y Botchan (Premi Llibreter 2008), Sanshiro es una deliciosa sátira que derrocha ternura y humor a la japonesa. Sanshiro es un muchacho de pueblo que se muda a la cosmopolita Universidad de Tokio para estudiar Literatura. Durante el año que permanece en la ciudad se verá obligado a confraternizar con los esnobs tokiotas, además de con temibles muchachas occidentalizadas, afamados escritores, abnegados científicos y, sobre todo, con su mejor amigo, Yojiro, un adorable granuja, una auténtica comadreja que constantemente meterá a su tímido colega en líos. Por si fuera poco, Sanshiro acabará enamorándose locamente de una muchacha con ínfulas artísticas, y esa será su perdición. Con Sanshiro, Soseki vuelve a sorprendernos con una novela que trasciende épocas y continentes, y nos dibuja un irónico retrato de esa sociedad fronteriza que fue el Japón de la Era Meiji.
Si existe una obra en la literatura moderna japonesa capaz de producir en el lector una tensión psicológica tan profunda como para provocar una reflexión sincera sobre sus relaciones familiares y personales, esa novela es «El caminante». Un hombre atrapado que no parece encajar en ninguna parte, alienado y abatido, sumido en una lucha constante para encontrar la paz interior.
La obra del célebre autor de "Soy un gato" y "Kokoro" tiene una faceta más secreta y todavía desconocida: sus innumerables haikús y sus poemas y cartas en los que manifiesta su polifacético genio literario impregnado del aroma del zen.
En esta novela de 1914 inédita en español, Natsume Soseki, el más clásico de los autores del Japón moderno, despliega a partir de una inteligente estructura narrativa, un poético y desolador viaje hacia la auto-conciencia del protagonista, hacia una
Un gato sin nombre, narrador y protagonista, se convierte en observador y crítico de la sociedad japonesa de su tiempo. El perspicaz y sabiondo felino se interna en los escondidos recovecos de la sociedad para escudriñar conductas, escuchar conversaciones y presenciar hechos que le dan pie para sentar cátedra de filósofo. En realidad, al confiar al gato el papel de inquisidor y fustigador de los entuertos humanos, lo que el autor intenta es pasar por el tamiz modas, costumbres y formas de pensar importadas de Occidente. Bajo la implacable férula de un gato que se presenta con un yo mayestático y petulante, la novela suscita, además de sonrisas, inquietud en torno al eterno conflicto entre la horma cultural indígena y el modelo de civilización traído del exterior. Esta novela es una excelente iniciación para todos aquellos lectores que quieran comprender al pueblo japonés, siempre atento al progreso moderno y, al mismo tiempo, respetuoso con su patrimonio ancestral, que, a veces, se antoja misterioso y enigmático. Sin pretenderlo, el gato sin nombre acaso ayude también a superar barreras y enigmas culturales.
El genio literario de Soseki transforma con su mirada creativa el paisaje de la gran ciudad y lo convierte en un mundo que fluctúa entre lo real y lo onírico.
Un paseante se detiene en medio del campo, reclina su cabeza sobre la hierba y contempla el paisaje en su imperceptible movimiento. Infinidad de reflexiones acuden a su mente. A medio camino entre la novela y el ensayo, el escritor japonés Natsume Soseki ofrece al lector una visión, no exenta de humor, sobre el sentido de la vida y la belleza que no se deja apresar. Paisaje, arte y contemplación se aúnan en el interior del protagonista, un pintor poeta que se demora en la tarea singular de desvelar la realidad.
«Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre.» Así comienza la primera y más hilarante novela de Natsume Sōseki, una auténtica obra maestra de la literatura japonesa, que narra las aventuras de un desdeñoso felino que cohabita, de modo accidental, con un grupo de grotescos personajes, miembros todos ellos de la bienpensante clase media tokiota: el dispéptico profesor Kushami y su familia, teóricos dueños de la casa donde vive el gato; el mejor amigo del profesor, el charlatán e irritante Meitei; o el joven estudioso Kangetsu, que día sí, día no, intenta arreglárselas para conquistar a la hija de los vecinos. Escrita justo antes de su aclamada novela Botchan, Soy un gato es una sátira descarnada de la burguesía Meiji. Dotada de un ingenio a prueba de bombas y de un humor sardónico, recorre las peripecias de un voluble filósofo gatuno que no se cansa de hacer los comentarios más incisivos sobre la disparatada tropa de seres humanos con la que le ha tocado convivir.
Daisuke es un joven algo atolondrado que, a pesar de tener estudios, riqueza y una buena familia, descubre a los treinta años que la vida no merece la pena y, por tanto, se hunde en la desidia. Dado que le es imposible alcanzar ningún tipo de paz mental, incapaz de solucionar el conflicto que se crea en su interior entre la tradición de su país y las nuevas costumbres occidentales, Daisuke opta por entregarse a la pereza. Para él tal actitud constituye la única rebelión posible y, además, una manera más o menos fiable de mantener la lucidez. No obstante, esa refinada indolencia suya se verá trastocada cuando, sin esperarlo, se enamora locamente de la mujer de su mejor amigo. Por primera vez, Daisuke tendrá que elegir su propio destino. Traducida a numerosos idiomas desde su publicación en 1909, «Daisuke» es la segunda de las novelas de la trilogía iniciada con Sanshiro, y una de las obras más aclamadas y apasionantes del japonés Natsume Sōseki.