Los indiferentes es la primera novela de Alberto Moravia, y la que le consagró, a la edad temprana de veintitrés años, como uno de los grandes autores contemporáneos. «Si tenía algo claro cuando andaba buscando el tempo de Los indiferentes era una idea o fijación estilística: la de hacer uso de la técnica teatral de la novela.»Alberto Moravia Considerada como la primera novela existencialista, Los indiferentes narra las reacciones de una familia burguesa ante su inminente ruina. La madre, Mariagrazia, se aferra a su aburrido y poco escrupuloso amante, Leo, quien codicia sexualmente a la hija de Mariagrazia, Carla, aunque los celos de la madre se concentran en su amiga Lisa, quien a su vez persigue al hijo de Mariagrazia, Michele, verdadero protagonista de esta compleja trama de deseos, cuyas reacciones arrastrarán el drama hasta su desenlace.
«Una de las novelas más reveladoras de Alberto Moravia. La cama es el territorio del bien y del mal, porque el adolescente seriamente enfermo que fue Alberto Moravia hizo de la cama no sólo un lugar de postración y convalecencia, sino también un territorio límite del comportamiento. El sexo revela pautas de conducta y repercute en lo individual y lo social, conclusión que subyace en la novelística de Moravia. El sexo es desvelador porque desnuda a los protagonistas de sus disfraces sin que el escritor se pronuncie. El sexo como canibalismo interpersonal le lleva a un pesimismo humanista, no sólo fomentado por la brutalidad de algunos de sus personajes, sino también por la hipocresía o el conformismo que lo hacen posible, aunque siempre filtra una cierta compasión fatalista ante la imposibilidad del hombre para ser feliz o simplemente cumplir cualquier canon de ética necesaria.» Manuel Vázquez Montalbán «El amor puede hacerlo todo, y también lo contrario de todo.» Alberto Moravia
La Roma de Mussolini es el escenario de la más conocida novela de Moravia: La romana, la historia de Adriana, una muchacha sencilla, pobre y muy hermosa. «Con La romana he querido crear la figura de una mujer llena de contradicciones y errores y, no obstante, capaz -por su ingenua vitalidad y arranque afectivo- de superar esas contradicciones y de remediar esos errores para alcanzar una clarividencia y un equilibro que les son negados a los más inteligentes.»Alberto Moravia La romana narra la historia de Adriana, una muchacha sencilla y pobre, muy hermosa, que trabaja posando desnuda como modelo para un pintor, acepta regalos de los hombres y no sabe muy bien cuándo abandonó su sueño de tener un hogar e hijos para convertirse en prostituta. También es la historia de Giacomo, estudiante universitario y revolucionario fallido que rechaza la idea de estar enamorado de Adriana; de la siniestra figura de Astarita, el oficial de la policía secreta obsesionado con la muchacha; y de Sonzogno, un burdo criminal que trata a Adriana como su propiedad privada.
Con una audacia solo al alcance de los grandes maestros, Moravia sorprende al lector una vez más en El hombre que mira con su capacidad de renovar el planteamiento de los temas clásicos, en este caso la lucha del hijo contra el padre o la del amor idealizado frente a la pulsión sexual. Un adulterio fuera de lo común sirve a Alberto Moravia de pretexto argumental para conducir al lector a zonas poco exploradas del alma humana. La brillantez de su prosa traza el retrato de un universo cerrado, dominado unas veces por el exhibicionismo y otras por una curiosidad peculiar, aquella en la que el hombre que mira renuncia a llegar al fondo de las cosas porque, de conocer la entera verdad, perdería el irrenunciable placer de mirar. Manuel Vázquez Montalbán dijo...«Literatura como trasunto de la cultural del desamor.»
Històries de la prehistòria són, en primer lloc, històries. I quan les llegim hi descobrim una pila de coses dels animals, però encara més dels éssers humans, aquesta espècie que sempre es queixa de tot, fins al punt que un dia el Pa-re-tern va perdre la paciència i va dir el que feia molt de temps que havia de dir: «Nois, si us avorriu, potser és perquè sou uns avorrits».
Alberto Moravia pertenece a esa reducida categoría de escritores que han podido disfrutar inmediatamente del resultado de su actividad literaria y que se han convertido en maestros reconocidos. Desde su precoz comienzo literario, a los veintidós años, con " Los indiferentes " , es uno de los autores más populares y discutidos, que ha influido constantemente en la cultura contemporánea. Con los " Cuentos romanos " , Moravia abre su lengua " al romanesco, a un lenguaje bajo " influido por sus lecturas juveniles de Belli. En ellos no nos habla del pueblo de Roma en un sentido histórico o sociológico, sino desde su condición simplemente humana, que hay que aceptar como es. Esta vez no hay ninguna condena ni para sí mismo ni para el que, leyendo, pueda a veces reconocerse en esos pícaros.