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EL PRINCIPIO DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES UNA TAREA PENDIENTE Y UN RETO PARA LA SOCIEDAD Y LA IGLESIA (DE MIGUEL FERNÁNDEZ, PILAR)
Este folleto surgió como apoyo a la formación del Movimiento de Adultos de la Diócesis de Bilbao Helduak. En primer lugar sitúa con brevedad el principio de igualdad como valor central de las sociedades democráticas: desde la revolución francesa hasta la Constitución Europea, pasando por las cuatro Conferencias Mundiales (México, Copenhague, Nairobi y Pekín). En segundo lugar trata de seguir la implicación de las iglesias cristianas, especialmente lo concerniente al Decenio de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres (1988-1998). Nos propone apostar por una cultura de vida: las iglesias han de ser capaces de presentar alternativas en las formas y en las funciones, superar la violencia desde el seno de su estructura, en sus relaciones, su interpretación de la Biblia y su lenguaje; deben afirmar que la violencia contra la mujeres no es una parte del orden creado sino un pecado, que varones y mujeres podemos vivir existencias significativas y afirmadoras de la vida sin oprimirnos unos a otros; y todo esto es hacer visible el Reino de Dios que Jesús nos invita a descubrir entre nosotros.

¿EN QUÉ CREEN LAS MUJERES? . CREYENDO Y CREANDO (DE MIGUEL FERNÁNDEZ, PILAR)
Habla María: No fui abatida por D**s por haber desafiado a Moisés. Nuestra disputa no era a causa de su mujer, ni tampoco fui castigada por lashon hara (lengua viperina). No; el problema era que teníamos visiones distinta de la comunidad... Lo que estaba en juego era la diferencia entre una comunidad basada en el precepto dado por Moisés: No te acerques a mujer alguna (una distorsionada transmisión de las palabras divinas), y una comunidad en al que varones y mujeres son iguales, trabajan juntos para crear una comunidad justa, comparten el poder y las oportunidades, dejan atrás la herencia de la esclavitud... (E.Schüssler Fiorenza: Midrash de María la de Moisés)Este libro está concebido, de alguna manera, como continuación del anterior: Espiritualidad y fortaleza femenina. En aquel nos ocupaba especialmente desde qué parámetros y con qué instrumentos de la tradición espiritual judeocristiana, algunas mujeres habían hecho gala de una fortaleza, entendida también como resistencia, digna de elogio y casi inexplicable en situaciones muy difíciles. Asimismo nos servíamos críticamente, estudiábamos la ambigüedad posible de esta virtud de la fortaleza, de esa sabiduría, esa ciencia y ese profetismo para nuestra historia y vida contemporáneas. Pues bien, el paso de aquél a este está relacionado con el camino que hay desde la resistencia al empoderamiento. No se trata sólo de resistir y no permitir que las relaciones de dominación puedan sino de poder definir, de crecer, de transformar, de cambiar, de liderar, de autonomía, de creencias nuevas, de cambio de conciencia, de apelar a una existencia verdaderamente viva.