Este volumen presenta una selección de los Escritos políticos más representativos de Max Weber: En primer lugar «El estado nacional y la política económica» (1895), su lección inaugural de toma de posesión de cátedra, que suscitó un gran revuelo en los círculos académicos. A continuación se incluye el más importante de sus trabajos sobre las deficiencias del sistema político alemán, «Parlamento y gobierno en una Alemania reorganizada. Una crítica política de la burocracia y de los partidos» (1918), en el que la cuestión central es «cómo salvar los restos de la libertad individual» en el proceso general e inevitable de burocratización de la sociedad moderna. Por último, en «El socialismo» (1918), Weber pone de manifiesto algunas consideraciones sobre la significación del socialismo para la sociedad contemporánea y, en concreto, sobre si puede representar una alternativa a los problemas de la economía privada. La edición, traducción y estudio preliminar están a cargo de Joaquín Abellán. Cierra el volumen una relación de los nombres propios que aparecen en los textos con una breve biografía de cada uno de ellos.
Este libro contiene una investigación empírica realizada por Max Weber sobre el trabajo industrial en una fábrica textil alemana a comienzos del siglo XX, con la pretensión de descubrir el tipo de hombre que genera la gran industria moderna. Max Weber aborda el estudio del trabajo industrial desde una perspectiva sociológica y económica, que él diferencia expresamente de las perspectivas fisiológica o psicológica desde donde había sido investigado con anterioridad.
Fundamentos sociales de la decadencia de la cultura antigua (1896) es una obra extraordinariamente poco conocida de Weber. Se trata de una conferencia pronunciada en su época de catedrático de economía nacional en la Universidad de Friburgo que aborda lo que, en palabras de Weber, constituye "el problema más interesante y más importante de la historia universal". Weber, que pasa por ser un crítico de la metodología del marxismo, presenta aquí sin embargo una explicación casi exclusivamente materialista, vale decir: economicista, de las causas de la decadencia y el derrumbe de la civilización antigua. La expansión de Roma, basada en un sistema de latifundios con mano de obra escalava y cuyos excedentes constituían el motor de la vida urbana del Imperio, alcanza un punto en el que desaparecen las propias condiciones materiales en las que sustentaba su fuerza, por una parte, la conversión de los esclavos en siervos con ciertos derechos de propiedad y, por otra, causa el despoblamiento de las ciudades y la integración de sus habitantes en el sistema de trabajo servil. La caída de Roma no fue otra cosa, según el relato Weber, que la liberación de una superestructura administrativa y económica que poco tenía que ver con la sociedad y la economía reales.
En La ciencia como profesión analiza Max Weber (1864-1920), uno de los máximos pensadores del siglo xx, los caracteres de la ciencia contemporánea y la situación del científico profesional, y expone con total claridad su posición respecto a las funciones, sentido y límites de la ciencia para la vida del hombre. Weber pone de manifiesto la imposibilidad de fundamentar científicamente las propias decisiones personales respecto a los valores últimos con que cada uno orienta su vida. La política como profesión ofrece, junto a algunos conceptos básicos del pensamiento político de Weber, un análisis de los distintos tipos de políticos profesionales y de la relación existente entre la actividad política y la ética. En este acertado análisis se distingue entre ética de la responsabilidad y ética de las convicciones (o de principios absolutos), el autor cree, sin embargo, que sólo la conjunción de ambas éticas puede formar al hombre con auténtica vocación para la política. La espléndida edición de Joaquín Abellán y el apéndice de Luis Castro Nogueira, nos sitúan la vida y la obra de Max Weber en el contexto histórico de la Alemania de 1919.
Esta obra es una pieza clave para la comprensión del universo weberiano. A través de una clara y concisa exposición histórica, el autor sigue el desarrollo del espíritu del capitalismo, y establece una teoría de los estamentos que asocia los fenómenos de la organización económica con los traumas de la cultura.
MAX WEBER NACIO EN ERFURT, PRUSIA, EN 1864. FUE PROFESOR DE ECONOMIA POLITICA EN LAS UNIVERSIDADES DE FRIBURGO Y HEIDELBERG. DESDE 1904 DIRIGIO LA PRESTIGIOSA REVISTA ARCHIVO FUR SOZIALWISSENCHAFT UND SOZIALPOLITIK, EN LA QUE SE PUBLICO NUMEROSOS ENSAYOS SOBRE EL METODO SOCIOLOGICO. SUS TRABAJOS SOBRE LAS CONEXIONES EXISTENTE ENTRE LOS AMBITOS ECONOMICO, POLITICO Y RELIGIOSO ABRIERON NUEVOS CAMINOS A LA INVESTIGACION SOCIOLOGICA Y SU PENSAMIENTO EN GENERAL, EJERCIO UNA ENORME INFLUENCIA SOBRE EL DESARROLLO DE LAS CIENCIAS SOCIALES EN EUROPA. DURANTE LOS ULTIMOS AÑOS DE SU VIDA LLEXO A CABO UNA INTENSA LABOR COMO CONFERENCIANTE. LOS TRABAJOS QUE COMPONEN EL POLITICO Y EL CIENTIFICO, ESTAN BASADOS EN DOS CONFERENCIAS DADAS POR EL AUTOR EN ALEMANIA DURANTE EL DRAMATICO INVIERNO DE 1919. EN ESTA OBRA, WEBER NOS PRESENTA UN ANALISIS Y UNA REFLEXION SOBRE EL TRABAJO DEL HOMBRE DE CIENCIA, COMO CONTRAPOSICION AL COMPORTAMIENTO DEL POLITICO.