En la obra de Carmen Martín Gaite el concepto de "lo real" es una noción muy amplia, que abarca los sueños, los recuerdos transformados por el paso del tiempo, la imaginación y la literatura. Para sus personajes, lo leído tiene inequívocos atributos de veracidad. La literatura es, por tanto, para ellos una realidad "viva" que es renovada continuadamente al integrarla como parte fundamental de su existencia, de la constitución de su identidad y de su relación con los otros.
Un día, me encontré con Carmen Martín Gaite, que iba cantando por las calles de Nueva York con Caperucita y la señora Miss Lunatic, la maga de la libertad. Miranfú me susurró al oído. Era una palabra mágica que sólo ella conocía porque Carmiña que así la llamaban quienes la querían se inventaba palabras y también otras cosas, como la Isla de Bergai, un sitio donde puedes ir con solo cerrar los ojos cuando sientas que no te quieren mucho o que no te entienden muy bien. Desde aquel día, voy de la mano de las palabras. Con ellas, el mundo es más grande y más divertido. Si quieres, puedes venir con nosotras a descubrir el Reino de la Libertad. Sólo hay una condición: que no tengas miedo a la aventura.
Cuando se cumplen diez años de su muerte, presentamos el tercer volumen de sus Obras Completas. Con prólogo de Carmen Valcárcel, contiene: El libro de la fiebre, Cuentos completos, Dos cuentos maravillosos, Después de todo, La hermana pequeña y A palo seco, además de un anexo con otros cuentos y poemas publicados en prensa y revistas.
En un solo volumen, todos los cuentos de una de las escritoras más personales de la literatura española del siglo XX. «Martín Gaite era una bebedora de sueños, por eso su realismo es de tan alta calidad. Paul Éluard decía: ;Hay otros mundos, pero están en este;. Y añadía: ;Hay otras vidas, pero están en ti;. Podría ser una buena definición de la mirada de Carmiña». MANUEL RIVAS «Todos los libros de Martín Gaite son una conversación, pues para ella escribir nunca fue distinto a hablar. Hablar con alguien ausente, puede que desconocido, pero, en definitiva, una conversación en toda regla». GUSTAVO MARTÍN GARZO «No resulta fácil encontrar, en la logia mayor de la literatura española contemporánea, una observadora de la cotidianidad tan aguda, profunda y lúcida como Carmiña Martín Gaite. Nadie como ella para reparar en ese detalle, aparentemente nimio, que revela una dependencia, subraya un ejercicio de poder, señala con el dedo un terror, un ataque de angustia o de soledad». LUIS ALBERTO DE CUENCA «Esta edición reúne todos los cuentos de Carmen Martín Gaite desde su primera juventud hasta los últimos años de su vida. Los cuentos juveniles publicados en la revista Trabajos y Días revelan las preocupaciones existenciales de la primera fase de su obra. Los últimos confirman la libertad imaginativa y la capacidad de experimentación de quien ya había consolidado su trayectoria literaria con un doble reconocimiento de público y premios. El cuento fue un género decisivo en la formación de la escritora salmantina y lo cultivó, con mayor o menor intermitencia, a lo largo de toda su singladura. El hilo de continuidad de su narrativa breve fue la extrañeza ante lo cotidiano. El cuento respondió a su amor por todo lo inaprensible, por atender a un trozo de vida irrelevante y por explorarlo demoradamente. Fue sin duda un formato propicio por su brevedad para recoger, a través de la técnica del apunte impresionista, el tono menor de la existencia, ese material minúsculo y en continua mudanza al que cuadran mal las nociones de principio y final. Por ello el relato breve frente a la novela tendrá otro tempo, donde no es preciso buscar antecedentes ni fijar consecuentes». Del prólogo de JOSÉ TERUEL
En Retahílas, el viaje que realiza una anciana al pazo familiar para morir, acompañada de su nieta Eulalia, y la llegada sorpresa de Germán, el sobrino de Eulalia, producirá durante esa noche un intenso diálogo entre los dos que dará lugar a seis monólogos, en los que cada uno reconstruirá y contará qué ha sido su vida hasta entonces. «Carmen Martín Gaite era una bebedora de sueños, por eso su realismo es de tan alta calidad. Paul Éluard decía: ;Hay otros mundos, pero están en éste;. Y añadía: ;Hay otras vidas, pero están en ti;. Podría ser una buena definición de la mirada de Carmiña.» Manuel Rivas
Premio Nacional de Literatura 1978. El libro de memorias y la reflexión sobre el propio quehacer literario. En una noche de insomnio y de tormenta, la escritora, inopinadamente, recibe la visita de un desconocido vestido de negro, cuya identidad permanece ambigua a lo largo de todo el relato. La extraña relación que se va creando entre ellas y ese interlocutor desconcertante, que en nada se parece a los entrevistados de oficio, mantiene en suspenso el ánimo del lector, pendiente de las piestas del enigma y de su posible desenlace. La autora se sirve de este esquema argumental para romper el hilo de una serie de recuerdos de infancia y juventud, que se desgranan confundidos con sus reflexiones sobre los sueños, el amor y la memoria.
Visión de Nueva York, diario inédito de la escritora Carmen Martín Gaite, fue elaborado en forma de collage durante su estancia en esta ciudad entre septiembre de 1980 y comienzos de 1981. Este diario es un recorrido de la autora (a través de imágenes y pequeños comentarios) en su día a día neoyorkino y en sus contactos con la sociedad norteamericana de la época. Una obra original, y una original narración, con una visión íntima y sensible de una escritora cuya faceta de contar a través de collages era desconocida hasta ahora por sus lectores.
El cuento de nunca acabar permite al lector, como ningún otro libro, conocer y disfrutar el rico pensamiento y el extraordinario mundo que caracterizaron la obra y la vida de esta autora salmantina. «Lo que Carmen Martín Gaite se propone es dirigirse al lector de su libro como ese niño que ha de aprender a leer y se resiste... La autora nos invita a almorzar literatura, no a sentarnos ceremonialmente a la mesa de la literatura. Por eso su texto adquirirá el aire de divagación que no deja de recordar a sus cuadernos de todo, esos cuadernos en donde iba apuntando y explayando lo que se le ocurría al paso de la vida y de la escritura y cuyo nexo de unión era, naturalmente, la mirada del narrador. En verdad hay que decir que El cuento de nunca acabar es, además, el diario de una escritora.» José María Guelbenzu