Estas crónicas son el resultado de un viaje a Israel y Palestina que Mario Vargas Llosa realizó con su hija Morgana a raíz de la decisión de Ariel Sharon de desalojar los asentamientos de Gaza. «Estos textos fueron escritos en Israel, la franja de Gaza y los territorios ocupados de Cisjordania a mediados de 2005. Fui allí con mi hija Morgana para tratar de averiguar si la decisión unilateral de Ariel Sharon de desalojar los asentamientos de Gaza abría una nueva perspectiva de paz en la región y la manera como palestinos e israelíes reaccionaban antes esta iniciativa. Aunque el territorio es tan pequeño que un viajero puede circunvalarlo entre el desayuno y la cena, en la actualidad resulta complicado recorrerlo -a veces pesadillesco- por las barreras militares y el muro que lo cuadrillan y las colas, los controles y los interrogatorios que en cada uno de estos puntos demoran el tránsito. A pesar de ello, la experiencia resultó fascinante porque en ese rincón del mundo la historia parece más potente y la vida más intensa que en cualquier otro lugar. Las leyendas son fieles en espíritu a las informaciones recogidas de viva voz de boca de sus protagonistas, pero ellas resumen en unas frases lo que a veces fueron conversaciones de muchas horas, y, a veces, confesiones sueltas y monólogos desordenados. Mis textos omiten muchas cosas y recrean otras pero no creo haber tergiversado en ellos -no conscientemente en todo caso- nada esencial de lo que palestinos e israelíes me dijeron.» Mario Vargas Llosa
Vargas Llosa crea una sátira exquisita de la literatura rosa y de la novela popular que tanto éxito ha tenido en los países de habla hispana, al tiempo que cuestiona la hipocresía, el racismo y el clasismo de la sociedad limeña de la época, con la maestría a la que ya nos tiene acostumbrados. «El género novelesco no ha nacido para contar verdades, éstas, al pasar a la ficción, se vuelven siempre mentiras.»Mario Vargas Llosa Ya en el título de esta novela de Mario Vargas Llosa, publicada en 1977, se recoge la doble historia en que se vertebra su argumento: por un lado, la relación amorosa del joven escritor Varguitas con una mujer de su familia mayor que él, la tía Julia; y por otro, la desaforada presencia del folletinista Pedro Camacho en la misma emisora de radio donde Varguitas trabaja. La noble pasión amorosa entre la tía Julia y el aprendiz de novelista, que la sociedad limeña de los años cincuenta trata por todos los medios de impedir, se combina en esta novela de Vargas Llosa con las narraciones truculentas del folletinista de las ondas. El contrapunto de una encendida pasión con aires shakesperianos y su correlato melodramático y la inesperada confluencia del devoto de la alta literatura y el escribidor rastrero son algunas claves de esta narración mayor de Mario Vargas Llosa. La tía Julia y el escribidor reúne el interés de los relatos de aventuras, donde la atención del lector queda sujeta a un final feliz continuamente postergado, y el más desternillante y grotesco pasatiempo, gracias sin duda a las divertidas aportaciones del escribidor Camacho, uno de los grandes personajes del novelista peruano.
«Martorell és el primer d'aquesta estirp de suplantadors de Déu -Fielding, Balzac, Dickens, Flaubert, Tolstoi, Joyce, Faulkner- que pretenen crear en les seves novel·les una "realitat total", el cas més remot de novel·lista totpoderós, desinteressat, omniscient i ubic.»
Columnas periodísticas en las que me esfuerzo por comentar algún suceso de actualidad que me exalte, irrite o preocupe, sometiéndolo a la criba de la razón y cotejándolo con mis convicciones, dudas y confusiones. - Mario Vargas Llosa
La obra dramatúrgica reunida en un volumen del premio Nobel Mario Vargas Llosa. «El teatro y su imaginería son un género privilegiado para representar el inquietante laberinto de ángeles, demonios y maravillas que es la morada de nuestros deseos.»Mario Vargas Llosa La creación teatral de Mario Vargas Llosa, desconocida para muchos de quienes ya han disfrutado de su narrativa, es parte imprescindible de su carrera y sus inquietudes literarias. Este género le permite ahondar en una de las constantes de su obra: la medida en que las historias que relatamos y nos relatamos, las fantasías con las que pretendemos abrillantar cada día, son una manera de ensanchar nuestra existencia más allá de los límites que impone la realidad cotidiana. La señorita de Tacna (1981), Kathie y el hipopótamo (1983), La Chunga (1986), El loco de los balcones (1993) y Ojos bonitos, cuadros feos (1996), cinco textos dramáticos donde temas tan cardinales para el ser humano como la familia, la vejez, el orgullo, el destino, el amor, los deseos, el machismo, la dinámica entre presente y pasado y la naturaleza del talento creador quedan envueltos por otro: el papel de la ficción en la vida, la rectificación de la vida que obra la ficción.
La ciudad y los perros no solamente es un ataque contra la crueldad ejercida a un grupo de jóvenes alumnos del Colegio Militar Leoncio Prado, sino también una crítica frontal al concepto erróneo de la virilidad, de sus funciones y de las consecuencias de una educación castrense malentendida. Aunada a la brutalidad propia de la vida militar, a lo largo de las páginas de esta extraordinaria novela, la vehemencia y la pasión de la juventud se desbocan hasta llegar a una furia, una rabia y un fanatismo que anulan toda sensibilidad. El libro más violento de Mario Vargas Llosa, traducido a más de treinta idiomas.