En estos textos Marcel Proust (1871-1922) se vale de dos artistas para ilustrar lo que para él son los fines del arte: enseñar a mirar lo que nos rodea con frescura y admiración, sabiendo hallar su belleza oculta incluso entre los sencillos objetos, y el poder del genio para crear con sus pinturas un cosmos cerrado y perfecto.
En aquest desè volum de la cèlebre «A la recerca del temps perdut» les sospites que l'Albertine manté relacions amoroses amb altres noies determinen el narrador a sotmetre-la a interrogatoris cada vegada més inquisitius, a partir dels quals ell reflexiona a l'entorn de la possessió, l'enamorament i la gelosia.
Con la excelente traducción de la escritora argentina Estela Canto (1920-1994), la obra de Marcel Proust ingresa por primera vez a una lengua familiar, cercana, distinta de las traducciones españolas que incluyen giros y modismos en ocasiones tan perturbadores durante la lectura. Estela Canto trabajó durante muchos años sobre la obra del autor francés y lo hizo con paciencia, rigurosidad y un preciso conocimiento de las dos lenguas. El resultado de ese trabajo puede apreciarse ya en los tomos primero y segundo de la monumental novela de Proust, cuyas cinco partes restantes irá publicando Losada. Tapa rústica