"Una de las muchas razones de este libro es protestar contra esa desaparición del humanismo grecolatino, mostrando a la vez, en un diccionario muy personal, mi pasión por ese mundo y muchos de sus autores, intentando ver (y no es difícil) lo que aún tienen de nuevo, y de materia espléndida para construir el futuro más libre y más hedonista. Para hacer este libro, invitador y que se busca ameno, he utilizado múltiples ayudas y muchos libros, bastantes citados al azar de cada entrada, pero hay otros más que no cito, porque este es un libro de gusto erudito, pero no académico. El autor, ferviente neopagano, se sentirá satisfecho si esta Biblioteca de clásicos para uso de modernos atrae nuevos lectores a un mundo fascinante, desde el principio al fin. Luis Antonio de Villena
El presente volumen, Corsarios de guante amarillo, rescata el texto publicado en 1983, con una nueva presentación sobre el dandysmo ahora mismo, en el que Villena aborda uno de sus temas más queridos, el de los «elegantes disidentes», los dandys. Tras una lúcida y extensa introducción que nos sitúa perfectamente en el poco y mal comprendido fenómeno del dandysmo, Villena nos cuenta el «movimiento» a través de sus «santos», se sirve de las semblanzas biográficas de cinco «elegantes rebeldes», cada uno en su estilo: Beckford, Byron, Wilde, Hoyos y Vinent, y Luis Cernuda, para explicarnos con bien escogidos ejemplos cómo actúa y qué piensa un dandy, pues el dandysmo es, en lo esencial, una actitud vital, un arte de la personalidad, más que un movimiento estético. «Corsarios de guante amarillo (frase de Balzac para acercarse a aquella estética inquietante) ?cuenta Villena en la presentación? fue mi primer paso ?entre 1973 y 1982? en el mundo romántico/finisecular, al cual he ido ?y sigo yendo? después, abundantemente». Con este volumen se completa la trilogía de escritos críticos y artículos dedicados por Villena a la amplia constelación estética del Fin de Siglo (la Edad Simbolista) y sus protagonistas. Los títulos que los reúnen, todos ellos aparecidos en esta misma colección, son: Máscaras y formas del Fin de Siglo (CD 191) y Los andróginos del lenguaje (CD 166). Diccionario esencial del Fin de Siglo (CD 163) sirve de introducción y utilísima guía de personajes y conceptos que se tratarán más in extenso en los tres volúmenes citados.
Hymnica y estos pocos poemas del mismo ciclo poético titulados Hymnica Abscondita fueron para mí muy importantes. Abrieron plenamente el contacto entre mi poesía y mi realidad y me permitieron (casi en un estado de inocencia pagana) vincular el sexo homoerótico, la cultura clásica o simbolista son sus dos grandes pilares y la desenfrenada vida nocturna que yo hice en el Madrid de aquellos años, quizá más pobre que el de hoy pero muchísimo más esperanzado y feliz. L.A.V.
«Este librito, concebido como un interesado homenaje a André Gide, pretende reivindicar -frente a los dogmatismos y los crueles gobiernos que han hecho de la economía una ideología conservadora- su muy plural figura no sólo como un clásico europeo, sino como un hombre que con singular captación de la modernidad, supo siempre cuestionarse todo lo que le impedía la realización de sí mismo Gide buscó con pasión la libertad individual, porque entendió que sólo ésta puede ser la base sólida de una necesaria libertad colectiva. Gide no es por tanto el pasado sino que debiera ya ser el presente y si todo no va muy mal, sin duda será el futuro más claro. A ese Gide busco homenajear y explicar de cara a un tiempo más luminoso. Gide puede bien ser el futuro.» Con testimonios de Oscar Wilde, Marcel Proust, Maurice Sachs, Klaus Mann, Pierre Herbart y Luis Cernuda.
Este libro, tan personal y didáctico, y al tiempo mismo tan transmisor voluntario de múltiples fuentes, no tiene otra misión que devolver la mitología clásica (su embrión) al lector actual, invitándolo a poner al día su cultura con una fuente necesaria, atractiva y fundamental, al tiempo que le recuerda no sólo cuanto del viejo paganismo subsiste en nuestra cotidianidad sino, y más especialmente, cuánta de nuestra hoy anhelada libertad moral (no política) tiene su origen en el politeísmo antiguo, en la variedad de su pensar filosófico, y a la postre, en los enunciados líricos y plurales de sus fábulas, de las que yo ofrezco una muestra esencial. A esa voluntad de pluralidad y cambio (en un crecimiento de la cultura) lo dedico. LUIS ANTONIO DE VILLENA
Los placeres del arte compila algunos de los artículos sobre arte que Luis Antonio de Villena ha publicado, entre 2006 y el verano de 2013, en la revista catalana Bonart. Los 49 artículos que forman el libro en su original redacción en castellano, ofrece
«El culturalismo esteticista que impregna los libros de Villena (Madrid, 1951), no ahoga, sin embargo, el intimismo, la búsqueda de la plenitud erótica y el vitalismo, constantes de una obra que pretende la identificación de vida y literatura, y en la que la exaltación de la belleza y el deseo no representa sino un afán de afirmación del yo en el mundo.» (Ricardo Gullón. Diccionario de Literatura Española e Hispanoamericana). Para la presente antología, Luis Antonio de Villena ha elegido un título en plural, Alejandrías. Abre así un espacio y muchas épocas. Grecia y Roma en Egipto. Puerto mediterráneo, faro, biblioteca y museo... Alejandría es el nombre de una ciudad solar. Su gentilicio afecta a la literatura más que a la geografía, y lo mismo coincide con el nombre de un verso (algunos hay, y magníficos, en este libro), que se convierte en adjetivo perfecto para un modo de concebir la literatura, la que se forja sobre más literatura hasta darle intensidad insuperable. Alejandría suma refinamientos y barbaries, oriental y africana, pero griega... Es Cavafis y Durrell Calímaco y Forster... Es, en fin, la ciudad de las antologías y de los comentarios que unos poetas hicieron a la obra de otros. Juan Antonio González Iglesias
«Estos son los años de la plenitud de la vida. Y todo se llena de sol diurno y nocturno: Cuerpos, libros, amigos, escritores, literatura. La noche como diaria aventura. La Belleza como una insoslayable y muy anhelada búsqueda? La noche era el poema que se iba a escribir, el libro nuevo que ibas a leer (Djuna Barnes, por ejemplo) . La noche era asombrosamente un extenso reino? Brines, Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, Benet, María Asquerino, la propia y ya anciana Rosa Chacel, Bousoño, Paco Nieva, Martín Gaite, Haro Ibars, los Panero; tantos jóvenes al asalto de la urbe, todos, todos éramos noche fundamental, con sexo y múltiples ambrosías. ¿Qué significa que, prácticamente, haya muerto la noche caliente, inteligente, sensitiva y maga? Fui feliz muy a menudo en esos tiempos ?en el fondo como todos desdichados? a veces sólo mirando la belleza, pero a menudo más. Como cuando lloré delante de un precioso modelo sueco ?Willy? al saber que decía que sí, que estaba encantado de venir conmigo? Estetas, raros, bohemios, grandes artistas, chicos de la calle y de la vida, viajes iniciáticos plurales, éxitos y búsquedas literarias? El imposible y necesario ?plus ultra?. Todo eso y tanto más. Veranos eternos que incluyen inviernos. Soles de noche, de arte y de belleza. Y el Tiempo, ?el flagelo de dios?. Fuera el que fuere ese dios que abaja, enaltece y destruye.» Luis Antonio de Villena Luis Antonio de Villena, nacido en Madrid en octubre de 1951, es licenciado en Filología Románica. Realizó estudios de lenguas clásicas y orientales, pero se dedicó, nada más concluir la universidad, a la literatura y al periodismo gráfico y después al radiofónico. Además, ha dirigido cursos de humanidades en universidades de verano y ha sido profesor invitado y conferenciante en distintas universidades nacionales y extranjeras. Publicó, con diecinueve años, su primer libro de poemas, Sublime Solarium. Sus últimos libros son Cuerpos, teorías, deseos (Poemas escogidos), Lúcidos bordes de abismo: Memoria personal de los Panero (ensayo), Imágenes en fuga de esplendor y tristeza y Nueva York / Babilonia. Los años de la edad maldita. Su extensa obra creativa ?en verso o prosa? ha sido traducida, individualmente o en antologías, a muchas lenguas, entre ellas, alemán, japonés, italiano, francés, inglés, portugués o húngaro. Ha recibido el Premio Nacional de la Crítica de Poesía (1981), el Premio Azorín de Novela (1995), el Premio Internacional Ciudad de Melilla de Poesía (1997), el Premio Sonrisa Vertical de Narrativa Erótica (1999) y el Premio Internacional de Poesía Generación del 27 (2004). En octubre de 2007 recibió el II Premio Internacional de Poesía Viaje del Parnaso. Desde noviembre de 2004 es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lille (Francia). Ha escrito y escribe artículos de opinión y crítica literaria en varios periódicos españoles desde 1973. Ha participado en numerosos programas televisivos y sobre todo radiofónicos. Actualmente colabora en El Mundo y en Radio Nacional de España. Ha hecho distintas traducciones, antologías de poesía joven y ediciones críticas.
Fallecido el último de los hermanos que quedaba con vida, la saga de los Panero ?Juan Luis, Leopoldo María, Michi, la madre Felicidad Blanc y la figura ausente del padre, Leopoldo Panero Torbado? sigue atrayendo a los lectores interesados por una mezcla agónica e irrepetible de talento, poesía, excesos y transgresiones. ?¿Cómo empezar una memoria viva de todos ellos? Acaso evocando la posible única vez que los vi juntos. Fue en el estreno de El desencanto, el hoy famoso documental de Jaime Chávarri, en la primavera de 1976 y en el cine Palace (que no existe ya) en Madrid?. Contada en primera persona, esta semblanza colectiva se construye a partir de los recuerdos de Luis Antonio de Villena, que sigue el rastro de los integrantes de la familia desde la escenificación pública del drama que supuso el estreno de la película hasta la muerte de cada uno de ellos, en un relato sincero y apasionado que rescata tanto los momentos de lucidez como las bajadas al infierno.
La sofisticación y «perversidad» de Luis Antonio de Villena poco tendrían que ver a priori con la del hombre del gabán austero y boina calada que pasea por el Retiro madrileño. Sin embargo, el autor de Un anarquista de derechas se siente barojiano, no precisamente porque lo sea a tiempo completo, sino porque desde su juventud vuelve a Pío Baroja y se identifica con el «animal literario» que lleva dentro, con su férreo individualismo, con su integridad y coherencia, con su escepticismo sobre la condición humana y también porque aquellos impertinentes niños le llamaban «el hombre malo de Itzea»