"Fue un aventurero, un hombre de acción y un gran escritor, como pocos lo han sido. Sus historias son inolvidables" GEORGE ORWELL Estos relatos de los mares del sur conservan la fuerza narrativa del primer London, con el fondo del nuevo paisaje feraz y marino, pero tan inhóspito y ominoso como el desolado norte. Como si quisiera encarnar involuntariamente el tópico de que uno puede huir de cualquier sitio, pero no de sí mismo, el autor desplaza sus obsesiones unos miles de millas al sur, entre islas y atolones, traficantes de esclavos y comerciantes de perlas, caníbales y cazadores de cabezas. Este tortuoso viaje interior se plasma en unas narraciones en las que la naturaleza sigue siendo cruel e indiferente al sufrimiento humano, y en las que el autor se desplaza hacia la amargura. Tal vez no sea el London de la fiebre del oro, pero pocos autores han retratado con más pasión y convencimiento esos mares en los que, tarde o temprano, todos acabamos siendo náufragos. "Jack London, por suerte, es uno de los autores americanos más leídos en el mundo." E. L. DOCTOROW, The New York Times Book Review. "Nos mostró una tierra incógnita con las palabras precisas, con imágenes y personajes inolvidables." NORMAN MAILER Jack London (San Francisco, 1876-1916) hace mucho que ocupa un lugar de honor en el panteón de los «clásicos norteamericanos». Numerosos son los hitos que jalonan una obra prolífica y multiforme: de la casi autobiográfica Martin Eden, a La llamada de lo salvaje o Colmillo Blanco, pasando por las series de relatos sobre el Gran Norte o los mares del sur. Referencia ineludible de la literatura de aventuras, vivió como escribió, con la pasión de los que saben que «vivir no es solo existir».
Dos homes caminen envoltats d'un paisatge majestuós, desfets i encorbats pel pes dels seus farcells. Mentre travessen un riu ple de roques, un d'ells cau i pren mal. El seu company no s'atura i l'abandona... Els vuit relats parlen de voluntat, de força vital i d'instint de supervivència.
Tiempos de ira es el título que le hemos dado a esta antología de relatos y de escritos del Jack London socialista militante, compañero de Eugene V. Debs. Los primeros son de signo autobiográfico y describen la trayectoria del Jack London como trabajador
Un boxeador fracasado se enfrenta al más difícil combate de su vida, el que marcará la diferencia entre la supervivencia y el hundimiento. En un velero que ha perdido su aparejo, los marineros, sin comida ni agua, irán poco a poco perdiendo sus últimos vestigios de humanidad hasta convertirse en animales salvajes. Un pobre trabajador chino en una plantación de algodón de los Mares del Sur va a conocer en carne propia la justicia de los blancos, la aplastante lógica de un mundo abusivo y despiadado en el que sólo existen amos y esclavos. Abandonados a la intemperie, los protagonistas de esta colección de relatos de Jack London saben que no pueden esperar la ayuda de los hombres ni de los dioses y que juegan una partida cuyas cartas están marcadas. Cuartuchos miserables en barrios obreros, fábricas en las que se trabaja de sol a sol, buques azotados como juguetes por invencibles temporales u hospitales en los que un enfermo sólo es un conejillo de indias son los escenarios habituales de estas desoladoras historias que tratan de la crueldad del hombre hacia el hombre. No faltan, sin embargo, cuentos sobre la naturaleza de las relaciones amorosas, como el que da título al volumen, e incluso alguna pieza de corte plenamente humorístico. Todos tienen en común la fuerza y la potencia expresiva característica de la obra de Jack London, con toda justicia, uno de los grandes clásicos de la literatura norteamericana del siglo XX.
No outono de 1894 o descubrimento de ouro en Klondike levou ata as rexións xeadas de Alaska a homes de todas as partes do mundo. A chamada da selva é a historia destes homes, desta epopea vivida no espello da aventura dun can, Buck, que tras catro anos de cómodo vagar na granxa do xuíz Miller, preto de San Francisco, ten que comezar unha vida rexida pola lei do vergallo e da loita pola existencia para, ao cabo, sentir a chamada do atávico, o achegamento ao lobo, o seu irmán salvaxe, que ha cantar co seu ouveo a canción do mundo primitivo.
White Fang is a wolf from the mountains of Canada. His life is hard but he is happy in his world. Then he is taken to the world of men. There he learns to fight and to kill. White Fang knows nothing about love. But one day he meets Scott?
Escritos entre 1905 y 1911, los relatos reunidos en Knock Out comprenden «Por un bistec», «El mexicano» y «El combate». Tres historias de boxeadores, tres fascinantes narraciones cuya intensidad crece página a página hasta alcanzar la perfección. Jack London y tres combates memorables, con la épica que identifica su literatura. Enrique Breccia, uno de los mayores ilustradores contemporáneos, ha elaborado una veintena de estampas en blanco y negro que confieren un poderoso realismo a cada una de estas aventuras marcadas de emoción y coraje. Páginas donde las imágenes y las historias captan la atención hasta convertirla en emoción pura.
Un hombre en medio de la nieve. También un perro. El perro, tantas veces víctima de la crueldad humana, de las novelas de Jack London... Bosques y arroyos congelados. Y un frío (estamos muy al Norte, en el Yukón) que, literalmente, mata. ¿Es despiadada la naturaleza o lo son sólo los hombres? No hay en ninguna de las dos versiones de esta historia, que reunimos por primera vez en nuestra edición, espacio para lo «sentimentaloide», y pocas veces el carácter de los hombres ha sido tan bien radiografiado como en estas pocas pero fundamentales páginas: angustiosas, hermosísimas y terribles a la vez.
En 1902, Jack London llegó a Londres con la intención de escribir un reportaje sobre el East End, la zona este de la ciudad, donde se hizo pasar por un vagabundo, con el fin de poder penetrar en el Abismo, tal como él lo llamaba. Su curiosidad le llevó a visitar los slums, los llamados barrios pobres de la ciudad, en donde se hacinaban cientos de personas en condiciones infrahumanas, mientras que las clases acomodadas se beneficiaban de la política colonial que el Imperio llevaba a cabo en sus colonias. London descubrió la extrema pobreza, la proliferación de los sin techo que dormían en los bancos de los parques, la desesperación de los desempleados y de los enfermos sin asistencia que vivían en la más absoluta miseria.
El 22 de noviembre de 1916, hace exactamente un siglo, Jack London, acaso el escritor estadounidense más célebre de su tiempo, fue encontrado muerto en Glen Ellen, su rancho en el condado de Sonoma, California. Tenía 40 años y había escrito 21 novelas, 20 libros de cuentos, 4 volúmenes autobiográficos, 22 libros de ensayos, 4 piezas teatrales y un importante número de libros de poesía. Ladrón de ostras en la bahía de San Francisco, cazador de focas en Siberia, vagabundo en los trenes de su país, buscador de oro en el lejano norte, corresponsal de guerra. Esta antología reúne cuentos que se apoyan en sus experiencias de casi un año en el territorio de Klondike, Canadá. Por ellos desfilan buscadores de oro, cazadores, comerciantes de pieles, jugadores, hampones, truhanes y asesinos.
El vagabundo de las estrellas es la última novela que escribió Jack London. Es una feroz crítica de la tortura y de la pena de muerte, y una metáfora del placer emancipador de la lectura. Convicto por asesinato en la cárcel de San Quintín, Darrell Standing es sometido al castigo adicional de verse inmovilizado en una terrible camisa de fuerza. El tormento físico le dará acceso a otro plano de existencia en el cual puede recorrer sus vidas pasadas. La historia se desarrolla en 1913 y la novela es tan actual que no podemos sino estremecernos al leer uno de sus últimos párrafos: «He oído que Europa está en crisis desde hace dos años, y que hubo despidos masivos, y que ahora les llega el turno a los Estados Unidos. Eso significa que pronto puede haber una crisis económica, tal vez un ataque de pánico financiero, y que habrá más parados el próximo invierno, y que las colas del pan serán largas...». Por todo ello esta novela, formada por los relatos de las diferentes vidas de su protagonista, es un homenaje a la imaginación y a su enorme poder de evasión. «Pocas obras literarias son tan capaces como esta de hacernos sentir físicamente, casi dolorosamente, el peso de lo que nos encadena y el poderío de lo que nos hace infinitos. Ahora la releo y envidio a los jóvenes que vayan a conocerla por primera vez» Fernando Savater