«He conocido perros malvados y bondadosos, estúpidos e inteligentes, pero no podría vivir sin ellos. Los griegos decían que una casa no es un hogar si no tiene una golondrina anidando bajo su alero, y en mi opinión una casa no es un hogar si no tiene un perro.» Gerald Durrell «Tal vez los perros, cuya devoción excede a la de la mayoría de amantes, sean capaces de recoger las vibraciones telepáticas de sus amados dueños que piensan y se preocupan constantemente por ellos.» Jilly Cooper Que el perro sea o no el mejor amigo del hombre, según un antiguo dicho, posiblemente está todavía por saber. Lo que sí se sabe con certeza es que las relaciones de los perros con los hombres han inspirado una vasta literatura. En esta selección de relatos breves, que se abre con el magnífico prólogo de Gerald Durrell, nos encontraremos con escritores de la talla de G. K. Chesterton, Hugh Walpole, Virginia Woolf, Rudyard Kipling, Jack London, etc., que intentaron ver cuál era realmente el nexo entre seres tan distintos. Cada cual nos ofrece una respuesta diferente. Desde la épica apasionada de London hasta la amarga fábula de Walpole, pasando por el humor fresco y vital de Jerome K. Jerome, o el lirismo arrebatador con que Virginia Woolf nos cuenta el final de Flush, el perro de Robert Browning y Elisabeth Barrett Browning.
Millones de ejemplares leídos de las novelas de Jack London (San Francisco, 1876-Glen Ellen, California, 1916) dan fiel testimonio de la aceptación que siempre ha tenido entre un público muy general. El hecho de que algunas de sus novelas hayan sido llevadas a la gran pantalla ha contribuido a popularizar las aportaciones del autor. En su intensa y conflictiva vida, como autor y como agitador político, hay algunos temas recurrentes: las relaciones del ser humano con un entorno natural que es a un tiempo un ambiente hostil y una fuente para la propia subsistencia; y la lucha de todos y cada uno para sobrevivir. London exalta y admira a quienes, con su propio coraje, su fuerza de voluntad y su determinación, son capaces de superar todas las dificultades. ¿Es la naturaleza nuestra amiga o nuestra enemiga? ¿Salen adelante las personas más fuertes, las mejor dotadas, o aquellas que mejor saben cooperar con sus semejantes? ¿Son los seres humanos buenos por naturaleza? ¿Cómo debe ser una sociedad más justa? ¿Cuáles son los medios más adecuados para llegar a ella?
La huelga general (el sueño de Debs) es un cuento que escribió el genial Jack London (San Francisco, California, 1876-1916) en homenaje al sindicalista Eugene V. Debs (1855-1926), uno de los fundadores de la Industrial Workers of the World. El autor de La
Lele Vianello está considerado como uno de los mejores artistas del cómic italiano. Durante muchos años ha sido uno de los colaboradores habituales de Hugo Pratt con quien ha contribuido a la realización de muchas de las historias del célebre personaje Corto Maltés. En este primer y `prestigioso volumen de la colección 001 dedicada al autor, Vianello nos lleva hasta el Gran Norte inspirándose en las novelas de Jack London, el escritor americano que, en 1897, con sólo 21 años fue buscador de oro en Klondike. Un libro que narra a través de la tinta y de las espléndidas acuarelas cuatro historias apasionantes ambientadas en las lejanas y frías llanuras americanas, presentando una naturaleza salvaje sin contaminar en la que se encuentran y enfrentan unos protagonistas con comportamientos diferentes: los casacas rojas y los indios mostrado su lado humano, demasiado humano.
«El relato policiaco es una especie de juego de raciocinio en el que el autor debe medirse lealmente con el lector y cuyo objetivo final es aclarar un misterio, poniendo a prueba su ingenio. Ahí radica el quid de la cuestión». JUAN ANTONIO MOLINA FOIX Cuentos policiacos clásicos es una recopilación de seis magníficos relatos del género que incluye autores consagrados y otros menos reconocidos, todos ellos representativos de la literatura policiaca, desde sus inicios y su fundación a mediados del XIX hasta los años veinte del siglo pasado. Empezando con un relato de Nathaniel Hawthorne que puede considerarse precursor del género, la antología sigue con un cuento poco conocido de Edgar Allan Poe, autor que fijó los rasgos principales del relato policiaco, y luego con relatos de grandes autores que también lo cultivaron como Wilkie Collins y Jack London, ambos con un trasfondo humorístico. Recoge además uno de los famosos relatos de Arthur Conan Doyle protagonizado por el original Sherlock Holmes, y termina con otro menos conocido de Richard Austin Freeman, autor que se dedicó casi en exclusiva a la literatura policiaca y que fue muy popular en su época.
Traducción de Inés Bértolo y Vicente Campos. A finales del siglo XIX se descubrió oro en la recóndita cuenca del Klondike, en Alaska. La «fiebre del oro» que se desató de inmediato llevó a miles de aventureros e incautos a aquellas remotas tierras. Entre ellos iba el joven Jack London, un veinteañero procedente de San Francisco que, al cabo de unos meses, regresaría a casa enfermo de escorbuto y, como la inmensa mayoría, con las manos tan vacías como antes de partir hacia el inhóspito Norte. Pero al cabo de poco tiempo, las vivencias allí acumuladas le servirían para escribir una serie de narraciones largas entre ellas la popular La llamada de lo salvaje y breves que, a la postre, resultarían más rentables que el oro que hubiera encontrado. El presente volumen recoge, traducidos al castellano por primera vez o en nuevas versiones, ocho de los mejores relatos sobre el Gran Norte. En ellos se condensa el London más depurado: un paisaje desolado y turbador, una naturaleza implacable, protagonistas que navegan entre la heroicidad y el desamparo, entre la asunción impasible de la fatalidad y la resistencia desesperada a un destino incierto. La capacidad de Jack London para transmitir emociones para que el lector sienta la aceleración del pulso que provoca la aventura o la descarga de adrenalina causada por el miedo en pocos textos se encuentra mejor reflejada que en estos cuentos. (Prólogo de Vicente Campos
Las heladas tierras de Alaska son el escenario de una lucha suprema donde el hombre es capaz de enfrentarse a los más duros extremos. La fiebre del oro hizo que innumerables aventureros emprendieran una de las últimas hazañas en la conquista de la tierra. Así, en El silencio blanco, Kidd asumió la muerte de un compañero en una salvaje huida de la nieve. La generosidad necesaria para la supervivencia quedará reflejada en los inútiles y degradados Weatherbee y Cuthfert de En un país lejano. La avaricia es el tema de El hombre de la cicatriz. Pero frente a los sentimientos ruines contrasta el ejemplo de Koskoosh en Ley de vida o el de Bill y Kink en Demasiado oro. En Amor a la vida se trata de la lucha por la supervivencia y en Lo inesperado de la capacidad de adaptación. En La hoguera y El burlado el tema dominante es la aceptación estoica y valiente de la muerte.
Buck, un enorme perro, vive una cómoda y apacible vida en la cálida California; pero un día lo raptan y lo trasladan a las tierras del Norte, donde lo venden como perro de carga para arrastrar trineos. Allí se inicia su denodada lucha por la supervivencia en un medio hostil en el que impera la ley del más fuerte. Hasta que una llamada, la llamada de la naturaleza, procedente del bosque, empieza a sonar con más fuerza que nunca...
Publicada originalmente en la revista London Magazine en 1912, La peste escarlata es una novela postapocalíptica que desarrolla su acción en 2073, sesenta años después de que una implacable epidemia diezmara la raza humana reduciendo a los supervivientes a un nuevo primitivismo salvaje y violento. Un viejo maestro intentará desesperadamente recuperar e inculcar los valores de la civilización a sus nietos en un largo y difícil camino hacia el conocimiento. Jack London exhibe en La peste escarlata toda la desesperanza de su época que el consagrado dibujante Luis Scafati actualiza con vigorosas imágenes en una ficción tan real como posible.
El Idólatra es una de las más bellas historias de amistad de la historia de la literatura. Una amistad forjada en el peligro y la adversidad, y alimentada a lo largo de casi dos décadas por el afecto, la confianza y la solidaridad. Sorpresa, aventura, riesgo, y una alta dosis de humanidad destilan estos trepidantes relatos ambientados en los Mares del Sur, feroces e idílicos escenarios por los que discurrió, tanto en la ficción como en la vida real, el genial escritor e impenitente aventurero Jack London.