Los discursos sociales pueden acabar legitimando y normalizando hechos sociales claramente discriminatorios. Ante esta realidad, la presente obra se propone explorar cómo se construyen los discursos sobre la diferencia en América Latina y en el Caribe, qué actores participan y cuáles son las prácticas sociales relacionadas, a partir de la observación de múltiples escenarios. El libro se divide en tres partes. Mientras que la primera es de carácter más bien teórico una completa reflexión alrededor del concepto diferencia, las otras dos analizan discursos específicos. En un apartado, se trabaja sobre discursos que criminalizan a grupos sociales vulnerables y, en el otro, se abordan discursos mediáticos sobre la pobreza y el racismo.
Edición comentada y anotada de los Quinte Moderati Censorini de vita et morte Latinae linguae paradoxa philologica (1780) de Mateu Aimeric, profesor destacado de la Universidad de Cervera y miembro de la Compañía de Jesús desterrado en Italia. Un intento exitoso de entender en toda su dimensión personal e intelectual la vida, la obra y el pensamiento, de este ilustrado catalán.
La autora realiza un estudio comparativo de las reformas de mercado que partidos populistas de base laboral, que habían promovido el proteccionismo y la intervención estatal durante la posguerra, realizaron a finales de la década de 1980 en Argentina, México y Venezuela. Las reformas implementadas por gobiernos del Partido Justicialista (Argentina), del PRI (México) y de Acción Democrática (Venezuela) generaron nuevos desafíos para los sindicatos históricamente aliados con estos partidos en los tres países. Pese a que los desafíos generados por las reformas eran similares, la interacción entre los sindicatos y los gobiernos populistas de base laboral fue distinta en los tres países, e incluso varió en el seno de cada uno de ellos.Para explicar esta distinta interacción, Victoria Murillo utiliza tres variables principales: la lealtad partidaria, la competencia intersindical por el liderazgo de las organizaciones, y la competencia intrasindical por los afiliados a sus organizaciones. La autora subraya la dinámica política en el interior de las organizaciones sindicales y la importancia de la relación entre trabajadores, sindicatos y partidos políticos para comprender la reacción y la influencia de las organizaciones laborales en las políticas económicas de los años noventa. La colección Nueva Ciencia Política de América Latina, dirigida por Blanca Heredia, Ludolfo Paramio y Juan Carlos Torre se propone publicar trabajos que reflejen la importante renovación operada en los estudios de ciencia política de América Latina. En los últimos veinte años una nueva generación de especialistas, formados en sus países de origen y con estudios de posgrado en el exterior, ha iniciado la producción de trabajos caracterizados por el rigor analítico, la solidez de la investigación empírica y el diálogo con las corrientes contemporáneas de la disciplina. Estas contribuciones han enriquecido el conocimiento de los procesos políticos e institucionales que singularizan la trayectoria de los países de la región en una perspectiva comparada. La colección procurará dar prioridad a los estudios que exploren las diversas experiencias latinoamericanas, pero también estará abierta a obras que se ocupen de casos individuales cuando los problemas que examinen signifiquen un aporte directo a la teoría y el análisis comparativo. María Victoria Murillo es licenciada por la Universidad de Buenos Aires y se doctoró en Ciencia Política en la Universidad de Harvard. Actualmente es profesora asociada en la Universidad de Columbia y anteriormente fue profesora adjunta en la Universidad de Yale e investigadora postdoctoral en la Universidad de Harvard. Ha publicado artículos sobre economía política, privatizaciones, sindicalismo y partidos populistas en América Latina en libros y revistas académicas argentinas, mexicanas y estadounidenses.
La formación de nuevas clases medias en las sociedades latinoamericanas de la última década puede modificar el mapa político del continente. Entre 2009 y 2010 hubo elecciones presidenciales o generales en El Salvador, Ecuador, Panamá, Uruguay, Honduras, Bolivia, Chile, Costa Rica y Brasil, mientras que en Argentina, Colombia y Venezuela se produjeron elecciones legislativas. En algunos de estos países, ha tenido lugar una polarización política cuando no ha existido consenso entre las clases medias y las fuerzas políticas sobre la política económica y el modelo de desarrollo. Pero el apoyo de estas clases medias emergentes a los gobiernos, incluso en situaciones de alta identificación con ellos, puede disminuir si los partidos no son capaces de desarrollar políticas diferentes y dar soluciones a nuevos problemas, como la inseguridad ante el delito o la disponibilidad de una educación de calidad a precios asequibles. Junto con la continuidad del crecimiento económico, la existencia de una oferta partidaria y de políticas públicas que responda a esas nuevas demandas configura un nuevo horizonte que puede ser crucial en los próximos años para las sociedades latinoamericanas.
En poco más de setenta años, desde 1930 hasta nuestros días, las transformaciones y los intentos de reforma experimentados en América Latina han sido de tal magnitud y de tal alcance que no es exagerado afirmar que es imposible tener una comprensión real de ellos sin un estudio detallado de sus principios y causas. Acontecimientos como la Revolución Mexicana, la aparición de movimientos agrarios, la intensa historia electoral a pesar de la presencia en algunos países de regímenes dictatoriales, las distintas corrientes indigenistas, la Teología de la Liberación o la notable trascendencia de la literatura y las artes plásticas han marcado el siglo XX en Latinoamérica. Otros hechos de escala planetaria como las secuelas del ciclo de crisis económicas, la aparición de movimientos totalitarios o el paso de un sistema multipolar a otro bipolar en la estructura de poder internacional después de la Segunda Guerra Mundial, que introdujo una lucha de dimensiones ideológicas, geopolíticas y militares, han influido también en el curso político, económico y social de la región. Han sido marcados por este esquema los numerosos movimientos revolucionarios y sociales, y los distintos tipos de intervencionismo. La implosión de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría fueron transformaciones del orden internacional que trazaron la transición de la década de los ochenta a la de los noventa. Las nuevas tendencias de la globalización, los renovados intentos de integración regional y el surgimiento de proyectos políticos independientes, fenómenos perceptibles en un mundo que ya no está delimitado por fronteras ideológicas, han acabado por modelar el panorama actual de las sociedades latinoamericanas. Este volumen, fruto de la colaboración de veintiséis historiadores y especialistas de América Latina, Estados Unidos y Europa, es indispensable para identificar y entender las principales corrientes culturales, políticas, económicas y sociales que se fusionaron para crear las sociedades latinoamericanas de nuestros días.
Desde 2003, América Latina registró un aumento sostenido en su producción que permitió mejoras en los ingresos medios por habitante. Como se analiza en este libro, los buenos resultados son fruto de la aplicación de políticas económicas que se alejan de las recomendaciones del FMI y de la agenda del Consenso de Washington. Los lectores encontrarán la exposición y el análisis de estrategias ejecutadas en varios países de la región; así como la discusión de temas sobresalientes para construir una estrategia de desarrollo. A lo largo de los diversos artículos se demuestra que, frente a la situación compleja de América Latina, es imprescindible profundizar en los procesos de transformación económica y política y avanzar en esquemas de integración que consideren la relación sur-sur.
La pobreza en América Latina lesiona el tejido social y afecta la gobernabilidad. En la medida que crece la miseria pierden viabilidad nuestros países como estados nacionales. Entramos al siglo XXI, ¿cuáles son nuestras perspectivas? En América Latina XXI, ¿crecerá o retrocederá la pobreza? quince expertos del continente reunidos por el Parlamento Latinoamericano (entre ellos Nora Lustig, Hernando de Soto y Santiago Levy) discuten y analizan las opciones para la región.
Casi nadie se ha atrevido a dudar de la calidad teológica de Jon Sobrino, a pesar de que sus escritos no han surgido de preocupaciones académicas. Casi nadie se ha atrevido tampoco a negar la eficacia transformadora de su labor teológica, hecha de cara a los pobres y perseguidos y con la intención de que los desposeídos lleguen a tener vida, y vida en abundancia. Pero sí ha habido quienes han puesto en duda su ortodoxia, así como la ortopraxis desencadenada por su producción teológica. Este nuevo libro de Jon Sobrino es, hasta cierto punto, una respuesta a estos últimos, pero sin que la respuesta pierda nada de autencticidad liberadora. Trata de esclacecer equívocos, pero intenta también obligar a sus críticos a abrirse a nuevas riquezas del saber cristológico desconocidas u olvidadas por ellos. Dice de nuevo, aunque de forma más profunda y elaborada, que Jesús es Dios, pero añadiendo inmediatamente que el Dios verdadero es sólo el que se revela histórica y escandalosamente en Jesús y en los pobres, los cuales continúan su presencia. Sólo quien mantiene tensa y unitariamente esas dos afirmaciones es ortodoxo; y sólo quien historiza adecuadamente esa unidad, que va más allá de lo definido en Calcedonia, puede hacer vivo y eficaz entre los hombres de hoy al Jesús muerto por nuestros pecados y al Cristo resucitado para nuestra salvación. Jon Sobrino ha podido hacer esto porque vive y hace lo que piensa, y piensa lo que vive y hace el pueblo de Dios, que apenas tiene figura de hombre ni de pueblo, porque ha sido asaltado a la vuelta del camino por los poderosos de este mundo; y ha podido hacerlo porque vive y piensa en ese lugar privilegiado de manifestación histórica del Dios de Jesús que son las mayorías oprimidas del Tercer Mundo en marcha hacia la construcción del Reino de Dios. IGNACIO ELLACURÍA