Una trobada ens dóna a conèixer un Kundera, en certa manera, inèdit. De fet, encara que l'autor reflexioni, com ell mateix confessa al començament del llibre, sobre els seus «vells temes existencials i estètics», al llarg d'aquesta apassionada i apassionant «trobada» amb algunes obres mestres de la literatura, la música i la pintura, l'escriptor txec aborda qüestions fins ara poc o gens transitades en els seus llibres anteriors. Així, explora allò que la novel·la i només la novel·la, aquesta «sonda existencial» pot explicar sobre l'ésser humà, i indaga també les repercussions, no sempre negatives, que l'exili té per al creador (amb una emocionant comparació entre les dues Primaveres del 68, la de París i la de Praga). També desentranya el paper de la memòria enfront de les tragèdies del segle xx i parla de la lluita desesperada del veritable artista per assumir el millor de la tradició del seu art (amb una irònica pregunta sobre què és el que la posteritat, finalment, conserva dels autors). I, per acabar, sosté que només una anàlisi profunda de la composició formal d'una obra pot revelar les intencions estètiques de l'autor (tal com demostra amb un assaig breu i fascinant dedicat a Kaputt i a La pell, de Curzio Malaparte, que qualifica d'«arxinovel·la» genial).
Este ensayo está escrito como una novela : al filo de nueve partes independientes, los mismos personajes pasan y se cruzan : Stravinski y Kafka acompañados de sus peculiares amigos, Ernest Ansermet y Max Brod ; Hemingway con su biógrafo ; Leos Janacek con su pequeña nación ; Rabelais con sus herederos : los grandes novelistas.Y eso porque el arte de la novela es la protagonista indiscutible de este libro : el espíritu del humor que lo engendró ; su misterioso parentesco con la música ; su historia, que evoluciona ( como la de la música) en tres tiempos ; la estética de su tercer tiempo (el de la novela moderna) ; su sabiduría existencial. Es precisamente a la luz de esta «sabiduría de la novela» como examina en este libro las grandes situaciones de nuestra era : los procesos morales contra el arte del siglo, desde Céline hasta Maiakovski ; el tiempo que pasa y hace que la identidad del «yo» presente se llene de incertidumbre con respecto al «yo» de ayer ; el recuerdo como una forma de olvido ; el pudor como noción esencial de una época basada en el individuo ; la indiscreción que, convertida en regla y costumbre, anuncia el crepúsculo del individualismo ; la fuerza misteriosa de la voluntad de un muerto ; los testamentos ; los testamentos traicionados (de Europa, del arte, del arte de la novela, de los artistas).
En 1972, el joven director de teatro francés Georges Werler fue a ver a Milan Kundera a Praga y a su regreso consiguió, pese a los controles de la frontera, introducir en Francia el manuscrito de su obra de teatro Jacques y su amo. Kundera la había escrito después de la invasión soviética, cuando toda su obra, pasada y futura, había quedado borrada de las letras checoslovacas. Jacques y su amo relata tres historias de amor que se entrecruzan durante el viaje que emprenden Jacques y su amo: la del amo, la de Jacques y la de Madame de la Pommeraye; tres historias que se entremezclan polifónicamente, donde cada una es, a su vez, variación de la otra, y juntas conforman una comedia sobre los problemas existenciales de la pasión amorosa.
Son muy pocos los autores contemporáneos sobre los que, en los años ochenta y hasta ahora, se haya escrito tanto como sobre Milan Kundera. Faltaba, no obstante, un estudio completo y minucioso que nos orientara en la lectura de su obra narrativa y nos brindara de ella una visión como el todo, a la vez coherente y complejo, que es. Como editores de la mayoría de sus libros, nos pareció oportuno poner en manos de sus lectores esta guía analítica de lecturas, la primera en la que el propio Kundera se reconoce. Kvetoslav Chvatik, compatriota de Kundera y prestigioso eslavista, ha estudiado sistemáticamente las novelas de Kundera, sus fuentes sociales, literarias y biográficas. Así, vuelven a revivir aquí Ludvik, Marketa, Jaromil, Tomás y Teresa, personajes ya célebres a los que la historia y el azar les han gastado bromas funestas y que, bajo la mirada curiosa y atenta de Chvatik, a la vez lector e investigador, van revelando los secretos cuyos signos engañosos puede que nos hayan pasado inadvertidos. Chvatik se ha detenido también en el análisis de la estructura narrativa musical en la obra de Kundera, a la que inscribe en la tradición de la novela europea moderna fundada por Proust, Broch y Kafka. Escribe Chvatik en su Introducción: «El mundo de la novela de Milan Kundera (...) no es un mundo que pretenda ser ?fiel imagen? de su medio y su época, ni es el de la novela social o histórica. Tampoco es el (...) de la novela-confesión, del diario o del documento personal. Es el mundo de la ficción novelesca edificada a partir del original discurso de un narrador que se impone plenamente mediante la fuerza de su imaginación y de su inteligencia. Es el que juega con el relato y disfruta dialogando con el lector (...), [es también] una meditación que, como en un laberinto, va colocando una serie infinita de espejos. ¿Cuál es el verdadero en esa serie especular de posibles sentidos (...)? Puede que sea la forma acuciante en que se plantea la cuestión (...), así como la imposibilidad de darle una respuesta unívoca y definitiva, lo que constituye la trama del mundo de las novelas [de Kundera], o, por decirlo de un modo más preciso, la base de su estrategia narrativa...».
Milan Kundera se sirve a la vez de una novela francesa del siglo XVIII y de una excursión que a él y a su mujer se les antoja hacer a un castillo de Francia convertido en hotel, para ir dando vida a una serie de personajes del pasado y del presente que terminan coincidiendo en un congreso de entomólogos que se celebra en sus salones. Personajes e historias de ayer y de hoy van entrelazándose de tal manera que a nadie sorprendera, por ejemplo, que un hombre enfundado en un casco de motociclista, azorado e impaciente, se aleje en su moto a toda velocidad, mientras otro, con una peluca blanca, adormilado y ensimismado, se sube a una calesa que parece salida de una estampa del pasado : el primero desea sin duda dejar algo tras de sí a toda prisa ; el segundo, en cambio, parece disponerse a rememorar, al paso lento del caballo, la noche que acaba de pasar con la intrigante y seductora Madame de T.
A partir del gesto encantador de una mujer de cierta edad, el escritor crea el personaje de Agnes, alrededor de la cual aparecerán su hermana Laura, su marido Paul, y todo nuestro mundo contemporáneo en el que se rinde culto a la tecnología y la imagen. Pero ¿y si el hombre no fuera sino su imagen ?, pregunta otro personaje, Rubens, quien comprueba finalmente que de la más excitante de sus amantes sólo le quedan dos o tres fotografías mentales. Esta novela transforma todos los aspectos del mundo moderno en cuestiones metafísicas. Su forma es polifónica : las aventuras de los personajes imaginarios se mezclan con la historia de dos candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina vonArmin ; la reflexión sobre el nacimiento del homo senti-mentalis en la historia de Europa alterna con las peripecias parisienses del singular profesor Avenarius, para quien el mundo de hoy no sirve sino como objeto de juego. Kundera tiene el don de decir del modo más cristalino lo que a uno le resulta más difícil decirse, y en esta novela alcanza la cima de esta facultad.