There's some bad weather out there,' Captain MacWhirr said to himself just before he sailed his ship, theNan-Shan , into the middle of the most terrible storm in the South China Sea. The typhoon brings out the best in some men on the ship, and the worst in others. Can MacWhirr bring the ship through the storm safely? And what will happen to all the poor Chinese workers travelling home down in the ship's hold?
Resting one night on a boat on the River Thames, Charlie Marlow tells his friends about his experiences as a steamboat captain on the River Congo. There, in the heart of Africa, his search for the extraordinary Mr Kurtz caused him to question his own nature and values ? and the nature and values of his society.
Los ensayos marítimos de Joseph Conrad. Un libro fascinante, de una calidez y proximidad sorprendentes. Las crónicas que conforman este libro repasan las vivencias marítimas de Conrad, primero como marinero en Francia y más adelante en la marina mercante británica. Estos textos componen un vivísimo retrato de la relación entre el hombre y el mar en una época en que la llegada del vapor supuso el fin de la hegemonía de los barcos de vela. Considerado como el cruce entre un cantar de gesta sobre la navegación a vela y la biblia del oleaje, El espejo del mar es la insuperable reminiscencia de una forma de vida y una obra imprescindible para comprender a su autor. Reseña:«Todo el libro es Conrad cien por cien, y, además, el mejor Conrad, el que sabía dibujar un hecho del mar con la más perfecta forma literaria, y el que sabía ilustrar un acontecimiento narrativo con la más acertada imagen marinera.»Juan Benet
Los duelistas es una de las obras capitales de Conrad, la historia de una interminable contienda entre dos oficiales de la Grande Armée, enzarzados en una insensata guerra privada, en los intervalos y escenarios de las guerras napoleónicas. La lucha contra el otro se convertirá así, sin paradojas, en la metáfora del verdadero fin de toda existencia.
Whaley, que ha asistido al nacimiento de las grandes compañías comerciales de Oriente y la aparición de los buques de vapor, ve profundamente alterada su vida a los sesenta y cinco años al perder toda su fortuna. Para hacer frente a esta difícil situación, el viejo cuenta con dos armas: su altura moral y su sentido del deber, que le llevarán a embarcarse en una difícil aventura en un mundo que reniega de los valores morales de hombres como él.
En 1912, Joseph Conrad reunió en un volumen que tituló Entre tierra y mar tres largos relatos que había escrito y publicado con anterioridad y cuyo nexo de unión, aparte de los mares del Índico, era "el carácter, la visión y el sentimiento de los primeros veinte años que fui independiente en mi vida".
Prólogo de Juan Benet Nota sobre el texto de Javier Marías Nueva traducción de Javier Marías«En El espejo del mar no hay una sola página de estilo menor, no hay un solo personaje o frase de reputación dudosa, nadie viene de fuera con voz propia. Todo el libro es Conrad cien por cien, y, además, el mejor Conrad, el que sabía dibujar un hecho del mar con la más perfecta forma literaria, y el que sabía ilustrar un acontecimiento narrativo con la más acertada imagen marinera.» Juan Benet «Las razones por las que alguien puede volver a traducir el libro que más trabajo le dio en su vida y le supuso más dificultades -pero quizá también más íntimos orgullo y satisfacción- son de variada índole, y una de ellas será sin duda el inalterado e inconmovible entusiasmo del traductor por dicho libro.» Javier Marías«He intentado aquí poner al descubierto, con la falta de reserva de una confesión de última hora, los términos de mi relación con el mar, que habiéndose iniciado misteriosamente, como cualquiera de las grandes pasiones que los dioses inescrutables envían a los mortales, se mantuvo irracional e invencible, sobreviviendo a la prueba de la desilusión, desafiando al desencanto que acecha diariamente a una vida agotadora; se mantuvo preñada de las delicias del amor y de la angustia del amor, afrontándolas con lúcido júbilo, sin amargura y sin quejas, desde el primer hasta el último momento [...]. Este libro escrito con absoluta sinceridad no oculta nada... a no ser la mera presencia corpórea del escritor. En estas páginas hago una confesión completa, no de mis pecados, sino de mis emociones. Es el mejor homenaje que mi piedad puede rendir a los configuradores últimos de mi carácter, de mis convicciones, y en cierto sentido de mi destino: al mar imperecedero, a los barcos que ya no existen y a los hombres sencillos cuyo tiempo ya ha pasado.» Joseph Conrad Reseñas: «Un libro que releo todos los años.» Arturo Pérez-Reverte «Todo el libro es Conrad cien por cien, y, además, el mejor Conrad.» Juan Benet Blog de Javier Marías: https://javiermariasblog.wordpress.com/category/reino-de-redonda/
De origen polaco, Joseph Conrad (1857-1924) pasó los primeros veinte años de su juventud navegando por el mundo, y los treinta años restantes escribiendo en su casa. A los diecisiete años, se enroló como marinero en Marsella, y prestó servicio en diversos
En 1902, recluido en su cottage del condado de Kent (Pent Farm), Joseph Conrad (1857-1924) consagró varios meses a rehacer y completar la novela Seraphina, que su amigo Ford Madox Ford (1873-1939) acababa de terminar. Era una novela sobre piratas cubanos,
Joseph Conrad fue marino antes que escritor. El mar recorrió su obra y le imprimió carácter. Cuando el 15 de abril de 1912 el Titanic se hundió en poco más de dos horas, el hombre de mar y gran moralista que fue Conrad no pudo permanecer ajeno al drama y reflejó su visión del asunto en los dos textos que aquí se recogen y que cuestionan la labor de las comisiones de investigación cuyos trabajos fundamentaron una sentencia final sospechosamente favorable a los armadores. Ambos textos son inestimables por su calidad literaria, por su lucidez en medio de la confusión y por su dimensión moral. Entre consideraciones técnicas sumamente atinadas, Conrad cuestiona la soberbia del armador, de la prensa, de los investigadores comisionados y de la sociedad toda que generó tan infladas y poco fundadas expectativas alrededor del Titanic, con tan dramáticos resultados. El Titanic fue, por voluntad de sus propietarios, todo un símbolo, y el símbolo se volvió contra quienes lo concibieron. Conrad suscita la verdadera dimensión humana y moral del drama que 100 años después sigue dando tanto que hablar. Esta edición contiene infografía especial y elementos de material gráfico histórico.