Jacinto Benavente formó parte de los grupos más avanzados de la cultura nacional de su época y frecuentó las tertulias literarias en las que se encontraban los autores pertenecientes a la Generación del 98. Alabado por unos y denostado por otros, Benavente se encontró en la primera fila de la renovación teatral de principios del siglo XX. Su género más propio fue la alta comedia de salón y pocas son las piezas de su teatro que se localizan en espacios no urbanos. Sin embargo, " Señora Ama " y " La Malquerida " , evidentes dramas rurales, se encuentran dentro del mejor teatro del autor. Sus personajes, extraídos del mundo rural, colocados en situaciones límite, afectados por grandes conflictos de honra y sentimientos, desarrollan su peripecia ante un público burgués, ávido de encontrar en el teatro la emoción de lo que le es ajeno. El tema de la maternidad frustrada, de la mujer estéril, es el núcleo oculto sobre el que se estructura el comportamiento de la mujer en " Señora Ama " . La intertextualidad de " La Malquerida " con las tragedias clásicas es de todo punto manifiesta, en una obra que narra la desgraciada historia de una pasión y sus consecuencias.
Dentro del amplio corpus teatral de Jacinto Benavente, La malquerida (1913) es una obra que junto a Señora Ama y La Infanzona forma parte de la considerada por muchos estudiosos trilogía rural del autor. Coronada Pichardo, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, realiza en esta edición un análisis crítico de la significación de este texto dentro de la trayectoria del dramaturgo. El estudio ofrece al lector la contextualización de la obra en el marco de la amplia tradición española de los llamados dramas rurales. Éste es un trabajo que analiza la posible actualidad del texto y que valora aquellos aspectos que destacan la contribución del autor a la escena española fuera de los márgenes que lo canonizaron como el representante de un único tipo de teatro burgués: el de la alta comedia.
Benavente abre una época en el teatro español, dando comienzo nuestro teatro contemporáneo y renovando la escena mediante una sencillez y naturalidad plenas de matices, que se manifiestan tanto en la acción como en el diálogo, con claro predominio de la palabra. (...)Posee una obra fecunda, y, también, diversa: de géneros, de temas, de ambientes, de personajes, de lenguaje... Y si toda la creación dramática del escritor revela la naturaleza consustancial al autor de teatro, rasgo específico suyo es la perfección del diálogo. En éste se apoya y vive fundamentalmente la producción benaventiana.(De la Introducción de José Montero Padilla)
Esta obra maestra va sobre un príncipe que, de tanto leer cuentos de hadas, se cree un príncipe azul. Su padre, el Rey, para hacerle ver que la vida no tiene que ver con los libros que el príncipe lee, le encomienda emprender un viaje para sacarlo de su engaño. Pero en el trascurso del viaje, el príncipe lo confunde todo con seres fantasiosos y situaciones como las que ha leído en sus libros de cuentos. Una vieja es un hada madrina, un señor gruñón y gordo es un ogro, la hija de un rey es la mejor de las princesas, etc. Parece que el príncipe ha perdido la cabeza completamente, y sus dos acompañantes en el viaje tampoco parecen mucho más cuerdos... Pero al final de su aventura, quizá estaremos de acuerdo con el príncipe cuando dice: «Aprendí que es preciso soñar cosas bellas para realizar cosas buenas. ¡Gloria a mis cuentos de hadas! ¡No maldeciré nunca de ellos! ¡Felices los que saben hacer de su vida un bello cuento!».
La comedia teatral El príncipe que todo lo aprendió en los libros es una obra perfecta para ser representada en el teatro para niños o por niños. Presenta la historia de un príncipe que ha leído muchos cuentos de hadas y que en su primer contacto con la realidad cree que todo es como en los cuentos. Esto le acarrea algunos contratiempos, pero todo termina bien y al final reconoce que la imaginación es una base necesaria y que, en el fondo, los cuentos son un espejo de la realidad. Jacinto Benavente (1886-1954) fue uno de los más eminentes dramaturgos del siglo xx. En 1922 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Sus obras más famosas son La noche del sábado, La malquerida y Los intereses creados.
Uno de los subgéneros dramáticos más cultivado enla prime-ra mitad del siglo XX fue el drama rural. A él rindieronculto, además de Benavente, García Lorca, Marquina, Valle,Inclán, Casona... Benavente, con la trilogía publicada enestevolumen, alcanza una de las cimas del género. De manera parti-cular, La Malquerida (1913),como ha demostrado un recientereestreno, lejos del melodramatismo con que algunos la enturbian,presenta una sólida estructura y gran fuerza en lacaracterizaciónde los personajes, sin duda, la pieza ocupa un lugar importanteen la historia de nuestro teatro.
Tanto el planteamiento teatral de " Los intereses creados " como el diseño de caracteres han sido manejados con una habilidad nada común. Quizá el mayor acierto de Benavente fue el de dar forma de farsa guiñolesca a su pieza y encuadrarla en la tradición de la " commedia dell´arte " . El acopio de fuentes literarias extranjeras y, sobre todo, españolas ha servido en este caso para crear una obra de carácter universal.