La convivencia de un grupo de personas que deciden llevar a cabo una experiencia de vida comunitaria permite a IRIS MURDOCH hacer una exploración filosófica sobre el origen de la moralidad y de los comportamientos humanos a través de la confrontación entre los impulsos carnales y los religiosos. A la sombra y amparo de un convento habitado por una pequeña comunidad de monjas, cuya superiora ejerce una omnipresente función de orientación y control de vidas ajenas, un grupo de homosexuales, esquizofrénicos y alcohólicos enfrentan sus represiones, sus miedos y sus culpas con la inocencia de la juventud. Iris Murdoch desarrolla armoniosamente el pasado y el presente de los personajes, dejando patente su sensibilidad y talento para crear tipos humanos en un ambiente opresivo y enfermizo. Trata sus problemáticas con un humor distante que permite asistir a los conflictos de conciencia sin caer nunca en el tópico. LA CAMPANA se sitúa a medio camino entre la novela de tesis y la figuración simbólica. Comparada en su día con Virginia Woolf, el mundo literario de Iris Murdoch está animado fundamentalmente por el deseo de recuperar una concepción humanista de la novela mediante la plasmación de personajes autónomos, distantes del autor y no reducibles a simples categorías sociológicas o a tipos psicológicos determinados. El amor, la culpa, la responsabilidad, las posibilidades de hallar la felicidad en la sociedad contemporánea, nuevamente aparecen en LA CAMPANA con la dimensión filosófica que adquieren en el resto de la obra de Iris Murdoch.
Las primeras etapas del pensamiento filosófico de Iris Murdoch, una escritora excepcional en el panorama intelectual del siglo XX. Existe en nuestra época un vacío grave y creciente sobre cuestiones morales: por primera vez en la historia, el ser humano siente la pérdida de la religión como consuelo y guía. Hasta hace poco, varios sustitutos se perfilaban como posibilidad en el horizonte: el comunismo, el pacifismo, el internacionalismo... Pero el hecho de que hayan fracasado no invalida la gran paradoja que la situación plantea: necesitamos elaborar teorías sobre la naturaleza humana y, aunque ninguna lo explica todo, es el deseo de explicarlo todo lo que da impulso a la teoría. Murdoch consideraba que necesitamos un refugio que nos ampare del frío campo abierto del empirismo benthamiano: un marco, una estructura, una casa de teoría. También tenía claro que el enemigo de la libertad está en la fantasía, en el mal uso de la imaginación, algo inexorablemente natural en los seres humanos y contra lo cual la «razón pura» tiene poco que hacer. De este modo, aunque la ética y la estética no sean la misma cosa, el arte se postula como la gran vía de acceso hacia la moral. En estos ensayos destacan además sus reflexiones sobre el movimiento socialista en el Reino Unido y sobre figuras tan decisivas como Simone Weil, T. S. Eliot o Elias Canetti.
Como en la comedia de Shakespeare, con la excusa de una fiesta de antiguos alumnos de Oxford, un grupo de amigos se reúne bajo el cielo estrellado de una noche de verano. Allí se encuentran el carismático Gerard Hernshaw y Rose Curtland, enamorada de él en silencio desde hace años; Duncan Cambus y su infatigable esposa Jean; Tamar Hernshaw, la atormentada sobrina de Gerard; y, por último, David Crimond, el extravagante genio marxista. Hace años, todos ellos decidieron crear una hermandad con el único propósito de financiar un libro de filosofía en el que Crimond, su carismático líder, se encargaría de plasmar sus ideas políticas. Pero con el paso del tiempo las lealtades han cambiado y durante esa velada los vengativos fantasmas del pasado se presentan para sacudir el presente y destruir la plácida existencia de unos amigos que quizá ya no lo sean tanto. Inteligente, bella e ingeniosa, esta novela, finalista del Premio Booker y considerada una de las cumbres de la narrativa de Murdoch, es un agudo análisis de los estragos del tiempo en las aspiraciones individuales y las antiguas relaciones.
La escritora y filósofa Iris Murdoch bucea en la Teoría de la Belleza de Platón y proyecta su filosofía sobre las ideas de otros pensadores. En este libro, basado en las conferencias que dictó en Roma en 1976, Iris Murdoch examina la visión de Platón sobre el arte y, en particular, las razones de la manifiesta hostilidad del filósofo hacia él. Para ello la autora, al tiempo que realiza un sintético recorrido por los elementos que fundamentan las teorías platónicas sobre la Belleza, busca una explicación al hecho de que el pensador griego atribuyera tanta importancia en su obra al papel que desempeña la Belleza, pero, paradójicamente, denigrara a los artistas. Apoyándose en el contraste entre las engañosas sombras del fuego de la Caverna y la luz del sol, iluminadora de la Verdad, Murdoch pone de relieve la labor primordial que desempeñan los creadores en la revelación de lo trascendente. Su certero examen se ve además enriquecido con las ideas sobre esta inagotable y apasionante cuestión de figuras tan destacadas como Kant, Kierkegaard, Freud, Tolstói o Jane Austen.
Cuando Henry Marshalson y Cato Forbes se encuentran en Inglaterra después de varios años sin verse, su existencia no se halla en un momento precisamente fácil. Tras la muerte de su hermano mayor, Henry regresa de los Estados Unidos convertido en el heredero de una fortuna que no desea, de modo que decide deshacerse de todos sus bienes para disgusto de su madre. Cato, por su parte, se ve inmerso en una profunda crisis de valores que le lleva a replantearse cada una de sus creencias tras haberse enamorado de un seductor muchacho del barrio marginal de Londres en el que ejerce el sacerdocio. De manera inesperada, las vidas de estos dos hijos pródigos vuelven a mezclarse en una espiral de despropósitos y venganzas que van a desembocar en una sorprendente verdad: ninguno de los dos puede huir de sí mismo. De la mano de una de las autoras más brillantes del pasado siglo, asistimos a un estimulante recorrido por los paisajes más sórdidos y también más generosos del alma humana.
Cuando Marian Taylor acepta un empleo de institutriz en el castillo de Gaze y llega a ese remoto lugar situado en medio de un paisaje terriblemente hermoso y desolado, no imagina que allí encontrará un mundo en que el misterio y lo sobrenatural parecen precipitar una atmósfera de catástrofe que envuelve la extraña mansión, y nimba con una luz de irrealidad las figuras del drama que en ella se está representando. Hannah, una criatura pura y fascinante, es el personaje principal de ese pequeño círculo de familiares y sirvientes que se mueven en torno a ella como guiados hacia un desenlace imprevisible. Pero Marian no puede saber si ese divino ser es en realidad una víctima inocente o si estará expiando algún antiguo crimen. Una historia que combina con magistral eficacia la intensidad de la novela gótica y la fascinación del cuento de hadas. Una novela impresionante en la que Iris Murdoch explora las fantasías e indecisiones que gobiernan a todos aquellos que han sido condenados a una entrega apasionada, aunque sin esperanza.
Una novela divertida y profunda a un tiempo, y con un elemento de suspense que explora con maestría los temas que desde siempre han preocupado a la autora: el amor, la amistad y la perversa frontera que separa el bien y el mal. El eco de un tiro en los despachos de Whitehall, el complejo administrativo que el gobierno inglés posee en el centro de Londres, no anuncia tan solo la extraña muerte de un alto funcionario, sino también el principio de una sutil intriga. Kate y Octavian, jefe del departamento donde trabajaba el difunto, forman un matrimonio aparentemente feliz que alberga en su casa de Dorset a un extravagante grupo de personajes: un excéntrico tío que abandonó la India bajo sospecha, un atormentado amigo superviviente de Dachau, el abogado responsable del caso y amante platónico de Kate, hijos de distintos matrimonios, conocidos, visitantes ocasionales... Y todos ellos relacionados de un modo u otro con el muerto en una deliciosa comedia de errores, donde las sonrisas esconden a menudo pecados de mucha hondura. Reseña:«Un originalísimo mundo novelístico de una interminable seducción.»El País
«Murdoch posee el don de la dramatización, la capacidad de hacer figurativo el acto del pensamiento». George Steiner Este volumen recoge los principales ensayos que Iris Murdoch dedicó a las dos disciplinas entre las que bascula su obra: la filosofía y la literatura. Tomando a Kant como principal interlocutor, la autora se ocupa sobre todo ;como buena heredera de un Romanticismo tamizado por los grandes escritores modernistas; de las interrelaciones entre categorías estéticas como el bien y lo sublime o la belleza y el arte. Al mismo tiempo, su extraordinaria capacidad para formalizar el pensamiento cristaliza en una guía de lectura de autores tan fundamentales como aparentemente contradictorios: Shakespeare, Tolstói, Eliot o Dostoievski... Existencialistas y místicos que conocen, bajo su mirada, una síntesis que los hace más cercanos, al reconocer en ellos, y en toda la historia del arte occidental, una continua línea defensiva frente a las amenazas de deshumanización que suponen el totalitarismo o el progreso basado en la tecnología. Murdoch clama, en definitiva, contra las cosas sin gracia ;en el sentido amplio del término;, ofreciéndonos a cambio, como ayuda y enseñanza vital, la que quizá sea la única salvación posible: la que nos ofrecen las palabras.