Esta antología bilingüe recoge, por primera vez en España, poemas representativos de la variedad de temas que Heine toca en los tres tomos de poesía publicados en su vida.
Nacido en 1797 en Düsseldorf, Heinrich Heine se trasladó a París en 1831, debido a sus numerosos problemas con la censura prusiana, con la que chocaban sus opiniones radicales. Desde Francia, donde publicó con regularidad artículos y libros en francés, continuó enviando sus escritos a Alemania, donde se editaban en alemán, algunos de ellos con gran éxito, en especial sus libros de poemas. Sólo en dos ocasiones volvió Heine a Alemania: en 1843 y en 1844. Su viaje del otoño de 1843 le llevó a Hamburgo, ciudad que había sido destruida por un gran incendio el año anterior, y en la que vivían su madre y su editor, Campe. Fruto de este viaje y del reencuentro con los diversos países alemanes (que aún no se habían unificado: de ahí la ironía del propio título) fue Alemania. Un cuento de invierno, que se publicaría en 1844. Retenido por la enfermedad, Heine ya no volvería a dejar París, donde murió en 1856. Además de un gran lírico, que renovó la poesía de su época, y no sólo en lengua alemana (Ferrán, Bécquer y Rosalía le deben mucho en España), Heine fue un poeta comprometido y satírico, crítico y mordaz. En esta faceta de su obra, Alemania. Un cuento de invierno, es su libro más logrado. Esta nueva edición española incluye grabados del maestro alemán Gerhard Kurt Müller y dibujos del español Fernando Gómez que ilustran, complementan y enriquecen el texto.
Heinrich Heine, uno de los autores más exquisitos en lengua alemana, enormemente admirado e igualmente temido como ensayista y polemista, conjura aquí el mundo romántico, con sus loreleys, mandrágoras animadas, fantasmas, golems, hechiceros, dragones, amantes muertos, sirenas, amazonas desnudas, esfinges, hadas, muertos que salen de la tumba, gigantes... para destruirlo. Y lo hace en la prosa más genial de la lengua alemana" (Thomas Mann) "El concepto supremo de lo que es un poeta me lo ha proporcionado Heinrich Heine. En vano busco en los imperios de la historia milenaria una música tan dulce y apasionada. Poseía aquella divina perversidad sin la que me es imposible imaginar lo perfecto... ¡y cómo maneja el alemán! Alguna vez se dirá que Heine y yo hemos sido, por lejos, los primeros artistas de la lengua alemana, a una incalculable distancia de todo lo que han hecho con ella los meros alemanes". (Friedrich Nietzsche)
En la amplia obra poética de Heinrich Heine conviven diversas líneas y tem¿ticas que se entremezclan y enriquecen mutuamente y que tocan la mayor parte de los asuntos de que suele ocuparse la poesía. El más conocido y difundido es el Heine lírico, cuyo magisterio es tan patente en la obra de Bécquer o de Rosalía de Castro, pero esta antología reúne otros versos, los del Heine más "radikal", menos conocido pero igual de gran poeta. Entre ellos están los poemas más representativos del Heine crítico, satírico, revolucionario, rebelde siempre, en una trayectoria que abarca toda su vida, desde antes de su primer libro hasta su muerte. Heine fue siempre un espíritu independiente, con opinión propia, nunca domesticado, y que se permitió no sólo pensar por su cuenta, sino además decirlo por escrito y en verso para que el efecto de sus palabras perdurara. Esto le acarreó muchos problemas en vida, como era de esperar, pero ha proporcionado a su obra un lugar especial, un reconocimiento y una pervivencia entre sus afines y admiradores que ni el paso de los años ni lo cambiante de las circunstancias han disminuido o borrado. Con el Heine lírico se identifican nuestras fibras más tiernas, con el Heine "radikal" nuestra rebeldía, nuestras ansias de libertad y de independencia frente a todo y frente a todos.l Su bandera roja y negra, pero también dorada, sigue ondeando al viento de la poesía.
Es poco probable que en los últimos dos siglos haya existido un autor en lengua alemana tan influyente como Heinrich Heine. No sólo tuvo justa fama como poeta, crítico y ensayista exquisito, sino que el rastro de su pensamiento y su obra puede encontrarse en todas las grandes figuras de la Alemania del siglo XIX: Marx y Engels le citan como un visionario por sus opiniones filosóficas y religiosas; Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche acreditan su influencia en sus textos, y Richard Wagner, entre otros, empleó temas heinianos para dos de sus óperas. Es justo decir que Heine, con su ingenio, su agudeza y su fino sentido de la sátira, fue una de las grandes luminarias del Romanticismo y, a pesar de ello, también su verdugo. En este volumen se publican tres de las obras narrativas más ácidas e íntimas de este genio singular.
El rabino de Bacherach, un hombre austero, bondadoso y recto, se ve obligado a huir precipitadamente de su casa junto con su bella esposa Sara: alguien ha dejado el cadáver de un niño oculto bajo la mesa familiar y él sabe lo que eso significa. Empiezan así una fuga errante que les llevará a vivir extraordinarias aventuras y conocer pintorescos y excéntricos personajes.
En 1854, postrado y enfermo de esclerosis múltiple en París, Heinrich Heine se quejaba de ser una víctima -él, que toda la vida había presumido de ser un hombre de humor- de las «bromas» superiores y «espantosamente horribles» de Dios. El humor y la recon
Junto a Goethe, Nietzsche y Rilke, tres personalidades que prueban la existencia del " perpetuum mobile " en el ser humano, Heine es uno de los grandes clásicos alemanes que han hecho del viaje forma de vida y fuente de inspiración. De Heine se ha llegado a decir que sus viajes fueron su trabajo de campo literario. Quizás por eso, su vida fue un constante ir y venir por la geografía alemana, italiana, inglesa y francesa. Su peregrinación por las ciudades y paisajes europeos va a ser incesante: de su natal Düsseldorf al París en el que fallece, su vida será una sucesión de etapas y un continuo moverse en busca de inspiración, asentamiento social o salud. El enorme material literario que Heine puso bajo el título de «cuadros de viaje» comprende diversas obras independientes que se refieren a distintos destinos de sus numerosos viajes. Hemos seleccionado algunos de los cuadros que forman un conjunto compacto en su obra: el " Viaje al Harz " y los " cuadros " a los que dio el título " Italia " . Se incluye además el ensayo " Los dioses en el exilio " , unas reflexiones y variaciones sobre temas de mitología comparada que adopta formas innegables del relato y la leyenda.
En 1831, Heine decidió exiliarse a Francia, al sentir que en Alemania el clima se volvía cada vez más asfixiante para él. En París se convirtió en el líder del grupo radical «Joven Alemania» y actuó como puente entre la cultura alemana y francesa. La presente obra reúne tres de los ensayos de contenido conceptual más importantes que escribió en esta etapa: Sobre la historia de la religión y la filosofía en Alemania, La escuela romántica y Espíritus elementales, tres trabajos que le otorgan un puesto de máxima relevancia en la historia del pensamiento y en el debate filosófico, político y periodístico de su tiempo. En el primer ensayo, satiriza agriamente los regímenes despóticos y feudales de los reinos y ducados alemanes. En el segundo ensayo, somete al Romanticismo a un despiadado análisis, y en el tercero presenta una recopilación de cuentos y leyendas de tradición centroeuropea, especialmente germana, con un gran valor histórico.
Poema multifacético, de gran riqueza temática, extravagante en el mejor sentido, soñador, lleno además de detalles humorísticos, irónicos, sarcásticos, que no perdonan ni a alemanes ni a franceses, ni a cristianos ni a judíos, pero también de fragmentos líricos su propósito fundamental sería, según el poeta, defender «los imprescriptibles derechos del espíritu, sobre todo de la poesía», de puntos de vista originales, de destellos de futuro y de inteligencia creativa, Atta Troll. El sueño de una noche de verano, al que su autor llamó «pequeña epopeya humorística»,lo empezó a escribir Heine en 1842, tras su estancia en un balneario de los Altos Pirineos franceses, y tras diversas redacciones, fue publicado definitivamente en 1847. Junto con Alemania. Un cuento de invierno, sintetiza lo mejor de la obra de su autor, uno de los mayores poetas de la lengua alemana, con un universo propio muy distinto, pero en nada inferior a los de sus contemporáneos Goethe o Hölderlin.