Pip, un niño huérfano y medroso, tiene un terrorífico encuentro con un preso evadido al que se ve obligado a procurar víveres y una lima. Poco después, es llamado a la tenebrosa mansión de una rica y recluida dama como compañero de juegos de una niña seca, hermosa y altiva. Allí el huérfano aprende que sus manos son bastas y sus botas demasiado gruesas. Poco después un protector secreto hará de él un caballero. Se trata de la penúltima creación del autor y sin duda una de sus obras maestras. Charles Dickens (1812-1870). Fue corresponsal parlamentario del Morning Chronicle. Sus artículos, luego recogidos en "Bosquejos de Boz" (1836-1837), tuvieron un gran éxito y, con la aparición en esos mismos años de "Los papeles póstumos del club Pickwick", Dickens se convirtío en un auténtico fenómeno editorial. Con "Dombey e hijo" (1846-1848) y "David Copperfield" (1849-1850) inicia su época de madurez novelística.
Grandes esperanzas (1861) apareció por primera vez publicado por entregas en un periódico editado por el mismo autor. El personaje central de Grandes esperanzas es un muchacho humilde, de una pequeña aldea, cuya vida cambia bajo la influencia de un misterioso bienhechor y la pasión desatada por unos dramáticos amores. La realidad de la vida cotidiana y la fantasía, se dan la mano en esta obra capital del autor, una de las más atractivas de la literatura inglesa del siglo XIX. El mundo extraordinariamente humano y detallista de Dickens y la psicología de sus personajes revelan la maestría del novelista.
Kent, Inglaterra, finales del siglo XIX. El huérfano Pip vive una existencia humilde con su hermana y su cuñado, a quien ayuda en su taller de herrería. Cuando la rica señorita Havisham requiere a Pip como acompañante de ella y de su bella hija, el joven se dará cuenta de las penurias de su clase social y deseará cada vez con más fuerza subir posiciones en el escalafón social. Pip recibirá entonces la visita de un abogado de Londres, quien le informará de que un benefactor anónimo le quiere convertir en un caballero. Sin embargo, Pip descubrirá que el valor de la amistad y de la moral no se puede comprar con dinero.