La vida de Carlos de Gante es la historia del joven príncipea cuyas manos llegan las herencias de Fernando el Católicoy Maximiliano I de Habsburgo. Convertido en Carlos I de Españay V de Alemania, su liderazgo se traduce en una concepción imperialque le lleva a luchar con valentía por la unidad de Europa. Rey-soldadoque encabeza sus tropas, recorre, una y otra vez, todos los caminos deEspaña y Europa y cruza el Mediterráneo hasta Túnez y Argel. Es tambiénel hombre de familia, enamorado de su mujer, la emperatriz Isabel,y preocupado por la formación de sus hijos, sobre todo,del que será su sucesor, Felipe II.
La vida de Carlos de Gante es la historia del joven príncipe a cuyas manos llegan las herencias de Fernando el Católico y Maximiliano I de Habsburgo. Convertido en Carlos I de España y V de Alemania, es además, emperador de dos mundos, por las conquistas españolas en América. Su concepción imperial le lleva a luchas por la unidad de Europa. Es también el hombre de familia, enamorado de su mujer, la emperatriz Isabel, y preocupado por la formación de sus hijos, sobre todo, del que será su sucesor, Felipe II.
La vida de Carlos de Gante es la historia del joven príncipea cuyas manos llegan las herencias de Fernando el Católicoy Maximiliano I de Habsburgo. Convertido en Carlos I de Españay V de Alemania, su liderazgo se traduce en una concepción imperialque le lleva a luchar con valentía por la unidad de Europa. Rey-soldadoque encabeza sus tropas, recorre, una y otra vez, todos los caminos deEspaña y Europa y cruza el Mediterráneo hasta Túnez y Argel. Es tambiénel hombre de familia, enamorado de su mujer, la emperatriz Isabel,y preocupado por la formación de sus hijos, sobre todo,del que será su sucesor, Felipe II.
La vida de Carlos de Gante es la historia del joven príncipe a cuyas manos llegan las herencias de Fernando el Católico y Maximiliano I de Habsburgo. Convertido en Carlos I de España y V de Alemania, es además, emperador de dos mundos, por las conquistas españolas en América. Su concepción imperial le lleva a luchas por la unidad de Europa. Es también el hombre de familia, enamorado de su mujer, la emperatriz Isabel, y preocupado por la formación de sus hijos, sobre todo, del que será su sucesor, Felipe II.