Boccaccio comenzó a componer hacia 1361 su tratado latino «De mulieribus claris (Mujeres preclaras)» que retocó hasta poco antes de su muerte. En este tratado culmina un aspecto de su pensamiento que aparece también en el resto de sus obras: el interés por la mujer. Desde sus primeros escritos hasta el final de su vida, el tema femenino es un hilo que aflora con regularidad. La principal innovación del tratado latino reside en que las mujeres son tratadas por la relevancia de sus hechos, lo que constituye una reivindicación de la autonomía femenina, un rasgo de modernidad muy característico de Boccaccio, autor profundamente innovador de géneros y estilos. En el prólogo de «Mujeres preclaras» insiste Boccaccio en la enseñanza moral de la que es portadora cada una de las figuras femeninas elegidas y denuncia el poco interés que los escritores han mostrado por las mujeres frente a los numerosos escritos sobre las vidas y hechos de ilustres varones. De este modo él se proclama el autor del primer tratado sobre mujeres célebres.
Huyendo de la peste de 1348, diez jóvenes florentinos -tres hombres y siete mujeres- deciden refugiarse en la villa de uno de ellos situada en el campo. A lo largo de su ausencia de catorce días, para pasar el rato durante las calurosas horas de sobremesa deciden contarse diariamente -salvo sábado y domingo- cuentos por turno. De ello resulta una colección de cien relatos deliciosa y que reúne los más diversos aspectos de la vida humana, muchas veces con humor, otras con espanto o con un delicado guiño lascivo, mas siempre de una forma que no deja indiferente. El " Decamerón " es una de las grandes obras de la literatura universal.
Estos Cuentos del Renacimiento italiano resultan especialmente indicados en estos tiempos en que el hombre posmoderno parece haber olvidado la virtud que le aleja de la posible felicidad. Como en las artes plásticas y en las ciencias, asistimos en la literatura a la reivindicación del hombre como ser completo, a la exaltación de las virtudes humanas, y al intento de crear una sociedad en la que la razón no puede apartarse de la poesía, la inteligencia de la naturaleza, el conocimiento del amor y del humor. Los genios renacentistas cuyos textos nutren este libro son hombres que multiplicaron sus campos de interés, sus habilidades y sus conocimientos. Arquitectos, arqueólogos, físicos, matemáticos, clérigos, hombres de Estado, que reflejan en toda su obra su interés por el hombre, por la naturaleza, por la observación libre, y que no conocieron límites a su actividad intelectual. Genios como Boccaccio, Leonardo da Vinci, Leon Battista Alberti, Lorenzo de Medici o Maquiavelo nos abren los ojos a la sociedad del Renacimiento en Italia, cuna de buena parte de nuestra civilización.
Huyendo de la peste de 1348, diez jóvenes florentinos -siete mujeres y tres varones- deciden refugiarse en la villa de uno de ellos situada en el campo. A lo largo de su ausencia de catorce días, para pasar el rato durante las calurosas horas de sobremesa deciden contarse diariamente -salvo sábado y domingo- cuentos por turno. De esta colección de cien relatos que forman " El Decamerón " y de los que están proscritos el puritanismo y el pesimismo, en los que resplandece la alegría y que son un canto al deseo y a la belleza, el presente volumen, seleccionado y presentado por Gustavo Martín Garzo, recoge los más populares, hermosos y llamativos.
Se ha dicho que Vida nueva sirvió de preparación a la obra cumbre de Dante. Se le ha descrito como poema, canto nuevo o novela corta con 31 poemas diseminados, libro polifónico y polivalente, de argumento plural y muchos rostros. 'A las veces parece un elenco de sueños y de visiones apunta Francisco Montes de Oca, ora una autobiografía lírica, ora un comentario profano a poesías místicas, ora un manual de amorosa y religiosa piedad, ora la guía para el devoto de una nueva santa.' Acompaña a Vida nueva un texto de Giovanni Boccaccio (1313-1375), Breve tratado en alabanza de Dante. Biografía históricamente la primera y fiel retrato psicológico del poeta, proyectado sobre la pantalla de su época y de las encendidas pasiones políticas.
Escrita entre 1349 y 1351, el Decamerón es una colección de cien cuentos que narran siete damas y tres jóvenes de igual condición que, para protegerse de la epidemia de peste que asolaba Florencia en 1348, se refugian en una villa de las afueras de la ciudad. Allí, para entretenerse, se reúnen a contarse historias, a cantar y bailar. Cada día un rey o reina de la reunión impone un tema sobre el que cada uno de los compañeros relatará un cuento... y esto será así cada día durante 10 días (de ahí el titulo griego de la obra), excepto el viernes y el sábado, dedicados a la oración. Con muy variados temas en cada relato, el Decamerón logró superar hasta tal punto el género de las colecciones de cuentos que le habían precedido que nada explica suficientemente la impresionante modernidad del libro y el enorme placer que produce su lectura. En esta edición Juan Varela propone una selección de los mejores cuentos en una nueva traducción.
Estos Cuentos del Renacimiento italiano resultan especialmente indicados en estos tiempos en que el hombre posmoderno parece haber olvidado la virtud que le aleja de la posible felicidad. Como en las artes plásticas y en las ciencias, asistimos en la literatura a la reivindicación del hombre como ser completo, a la exaltación de las virtudes humanas, y al intento de crear una sociedad en la que la razón no puede apartarse de la poesía, la inteligencia de la naturaleza, el conocimiento del amor y del humor.
El Decamerón es el libro europeo más difundido después de la Biblia. Es un homenaje a la tradición oral y a la magia del arte de narrar. Esta magna obra constituye el equivalente occidental de Las mil y una noches. Azotada por la peste negra, la Florencia del siglo XIV es el marco en el cual siete mujeres y tres hombres se reúnen para exaltar los deleites de la vida y hacerle frente al triunfo de la muerte. Retirados al campo, en los jardines de un castillo abandonado, este grupo se entregará a la narración de historias sensuales y pícaras ya que «en una buena historia obtienen tanto placer quien la narra como quien la escucha». Sobre esta obra homenaje a la mujer, el propio Boccaccio sostuvo: «¿Quién osará negar que esto se aviene más a las bellas mujeres que a los hombres?