Del baúl que Fernando Pessoa legó a la posteridad?de donde salen los papeles manuscritos o mecanografiados, firmados por diferentes personajes, que conforman buena parte de su obra?surgió un misterioso cuaderno de tapas negras atribuido al Barón de Teive, que comenzaba con una decidida afirmación de voluntad suicida y que iba encabezado con el subtítulo «la imposibilidad de hacer arte superior». Más que un manual teórico o una guía de consejos prácticos para la vida?o para la muerte?, La educación del estoico es crónica personal de todo un camino voluntariosamente dispuesto: el ejercicio de la razón y sus armas para erradicar el dolor y, consecuentemente, la abdicación?lúcida, implacable, irónica? ante la vida.
Libros del Zorro Rojo publica las Cartas a Ophélia de Fernando Pessoa en un volumen prologado por Antonio Tabucchi e ilustrado por Antonio Seguí, una de las mayores figuras del arte contemporáneo. La reedición de este epistolario (publicado por LZR en 2011) recupera una correspondencia forjada en los años decisivos de la producción literaria de Fernando Pessoa, el mayor poeta portugués del siglo XX. El libro se divide en dos partes; en la primera, «Cartas a Ophélia Primera etapa 1920», descubrimos un amor puro, inocente y sublime, que roza lo juvenil, que hace que cada carta sea inolvidable. La segunda parte corresponde a la «Segunda etapa 1929 1930»; ya para esta época Álvaro de Campos domina completamente la relación entre ambos y la cordura de Pessoa está casi por completo en manos de su heterónimo más complejo y exaltado.
Fernando Pessoa es, sin lugar a dudas, el escritor más importante en lengua portuguesa. Su abundante obra poética y en prosa, una de las respuestas más interesantes y lúcidas al aislamiento y el desencanto propios de la experiencia de la modernidad, sigue siendo relativamente desconocida para el público español. Pessoa / Lisboa propone un acercamiento a su obra a través de dos herramientas: en primer lugar, el documental de título homónimo dirigido por Alberto Ruiz de Samaniego y José Manuel Mouriño, un ensayo cinematográfico que, a través de un recorrido por Lisboa, va confrontando distintos fragmentos de la obra de Pessoa con una serie de lugares importantes en la vida del escritor. Y en segundo lugar, el Atlas Pessoa, una herramienta informática que, como si de un mapa o una guía de viajes se tratara, permite navegar por su obra favoreciendo nuevas lecturas. Además del DVD con el documental y el Atlas en formato CD, este libro incluye textos de David Sánchez Usanos, Alberto Ruiz de Samaniego y José Manuel Mouriño, así como el guión de la película, y funciona como guía con la que acceder tanto a la obra de Pessoa como a las dos herramientas mencionadas.
De todos los Fernando Pessoa posibles, el autor de los textos sobre Iberia es uno de los más desconocidos y más frecuentemente olvidados. Un Fernando Pessoa entrañado en la realidad de su tiempo, que participa activamente en el debate sobre la siempre candente cuestión peninsular no corresponde, sin duda, al paradigma tradicional que tantas veces se nos ha impuesto, y que dibujaba un retrato del poeta portugués como alguien recluido en sí mismo y distante con respecto a los movimientos sociales que le tocó vivir. Nada, probablemente, más lejos de la realidad. Pessoa no fue ajeno a ninguno de los grandes sucesos históricos, ni ahorró esfuerzos a la hora de escribir sobre los mismos. La cuestión ibérica es uno de ellos, un signo de los tiempos sobre el que el autor de Mensagem reflexionó y escribió, llegando a imaginar un libro titulado como éste que el lector tiene ahora entre sus manos, en el que hiciese su personal aportación a la rica y plural tradición iberista en la Península. Tenemos un nuevo Pessoa entre las manos, un Pessoa sorprendente y poco conocido, preocupado por asuntos que se aproximan a la sociología política y que acaba transformando estos textos en un mapa de la identidad de un territorio, el ibérico, marcado por el mismo signo de pluralidad que se convirtió en el código genético de su autor.
En este libro se reúnen los fragmentos que Pessoa dedicó al genio, la locura, la degeneración y la psicopatología. «El genio es la mayor maldición con la cual Dios puede bendecir a un hombre», afirmó. El problema de las relaciones entre el genio y la locura fue para Pessoa una preocupación a lo largo de toda su vida. En el fondo pessoano de la Biblioteca Nacional de Lisboa han aparecido recientemente numerosos textos, en gran parte inéditos, así como proyectos de diverso tono sobre esta cuestión, que hoy se nos revelan como importantísimos, en especial por su carácter especulativo en el terreno estético, pero también por lo que nos muestran sobre la construcción de la personalidad artística del poeta. Jerónimo Pizarro los ha reunido y organizado en un volumen que pretende responder a la pregunta «¿depende el genio de la locura?».
Ya hemos apuntado en otra parte que Libro del desasosiego es un libro interminable, podría considerarse como una sucesión de libros o capítulos descabalados, susceptibles de gavillarse y ordenarse de una manera unitaria pero también fragmentada (el propio Pessoa, abrumado por su frondosidad, se plantea tal posibilidad). Lo que hoy conocemos por Libro del desasosiego, sin duda uno de los hitos literarios del siglo XX, no es obra construida y acabada por Fernando Pessoa. Como jamás sabremos qué libro nos hubiera dejado el propio artífice, no nos queda más que aceptar el libro tal cual lo conocemos (y amamos), pero también rebelarnos ante él. Esto último es lo que, en cierto modo hemos hecho con esta selección intencionada del libro. Esta edición se acerca mucho a la herejía, pero también pretende convertirse en una de las posibles ventanas que posibiliten adentrarte en el universo pessoano y más concretamente en el siempre fascinante pero a ratos abrupto Libro del desasosiego. En esta breve pero meditada selección hemos querido colocar el énfasis en los fragmentos que se centran en la oficina del cuarto piso de Rua dos Douradores, donde transcurre la vida rutinaria de Bernardo Soares y cuyos 62 fragmentos forman un delgado hilo, una especie de sendero con apariencia de novela estática, en la que acaso puedas encontrarte con un Pessoa más humano y desnudo. Libro del desasosiego está lleno de personajes anodinos, que experimentan su vacío radical, ignorando que habitan un mundo en descomposición, crepuscular, que acabará por devorarlos, disolviéndolos en la nada. Aun así, tras la impávida huella del fracaso, el contable Moreira, el patrono Vasques, el lotero, el cajero Borges, el barbero, las modistillas, el mozo de almacén, cada uno de los tipos que se dan cita en este retablo vivo de la desazón de ese pequeño mundo, forman un tejido humano que aun condenándolo, defiende al propio Pessoa del frío y de la angustia que lo corroe por dentro.
Tras los dos primeros libros de Alberto Caeiro, éste el cuarto del heterónimo Álvaro de Campos, que representa el volumen VI de la obra poética de Fernando Pessoa que viene publicando ABADA Editores en edición bilingüe y anotada.
Hay ciudades, como Lisboa, cuya magia pervive en la memoria del viajero, donde el tiempo parece haberse detenido en sus bellos y acogedores rincones, en sus edificios y plazas, en el suave trasiego de sus tranvías, en la luz que reflejan las aguas del Tajo. Hay ciudades con alma que, con su hechizo, nos invitan a perdernos y a reencontrarnos con ellas una y otra vez. Lisboa es una de ellas. Lisboa. Lo que el turista debe ver es un breve ensayo sobre la ciudad del Tajo, un viaje pormenorizado por su historia y su cultura, un recorrido por sus monumentos, sus cálidos cafés, sus pequeños pero maravillosos rincones. Fernando Pessoa nos guía por su ciudad, su amada Lisboa, por los lugares y calles que él transitó, nos conduce por sus barrios, nos desvela su encanto y nos imbuye, con sus palabras, en el mítico y literario espíritu de la capital de Portugal. Pocos autores han sintetizado el alma de una ciudad como Fernando Pessoa. Recorrer Lisboa, saborear sus encantos en compañía de tan insigne cicerone, descubrir sus secretos, convierten la visita a la ciudad atlántica en un placer inolvidable.
Cuento infantil inédito en España de Fernando Pessoa, en el que encontramos la historia de un elfo que se enamoró de una princesa que tenía un pequeño inconveniente: no existía. La ironía genial de Pessoa aparece tras esta pequeña historia infantil que hará las delicias de pequeños y mayores, con las maravillosas ilustraciones de Teresa Novoa, que ya ilustró Lo mejor del mundo son los niños.
Fernando Pessoa, uno de los escritores no sólo en lengua portuguesa más importante del siglo XX, que publicó en vida un sólo libro en «la lengua que era su patria», y que, según el crítico Harold Bloom El canon occidental es el más representativo poeta del siglo XX, encaja en la máxima del Nobel Octavio Paz, cuando afirma que «los poetas no tienen biografía; su obra es su biografía» y, refiriéndose a Pessoa, «nada en su vida es sorprendente, nada excepto sus poemas». Con todo, la cincuentena de cartas que aquí presentamos hoy de dominio público a la joven Ophélia Queiroz, que entró de mecanógrafa en las oficinas de la Baixa lisboeta donde él ya traducía correspondencia comercial, permiten vislumbrar la personalidad del poeta, el apasionamiento de un enamorado, su ternura, modestia, dignidad, sentido del humor y, sobre todo, la vocación por su obra literaria, así como pinceladas de una psique fragmentada, terreno abonado para la creación de los heterónimos, uno de los cuales, Alvaro de Campos, se presenta también ante Ophélia en estas cartas. De él es el poema escrito en 1935, un mes antes de la muerte de Pessoa, a los 47 años, de una cirrosis hepática «Todas las cartas de amor son ridículas», que estas misivas tan bien desmienten.
Poeta excepcional y lúcido comentarista de la literatura y el arte contemporáneos, Fernando Pessoa (1888-1935) no ocultó su interés por el relato policiaco, cuya lectura consideraba «una de las pocas diversiones intelectuales que aún le queda a lo que aún queda de intelectual en la humanidad». " El banquero anarquista y otros cuentos de raciocinio " reúne una interesante muestra de una original creación que enlaza con el género del relato de misterio y que pronto deja paso a una voz muy particular, al inconfundible estilo del propio Pessoa. El cuento que da título al volumen constituye un inestimable juego de deducción lógico-silogística, mientras que «Una cena muy original» -escrito en inglés y firmado con el significativo nombre de Alexander Search, uno de los más antiguos heterónimos del autor- y los restantes cuentos breves -algunos de ellos proyectos nunca finalizados- muestran el talento narrativo y la pasión por el raciocinio del gran poeta portugués.
Pessoa nos dice en uno de sus textos: Sólo hay dos tipos de constante disposición con los que la vida merece ser vivida: con la noble alegría de una religión o con el noble dolor de haberla perdido. Así, lo veremos, en alguna de las piezas más celebradas de Álvaro de Campos. Representativas acaso de la doble nobleza a la que hacía referencia; aquella que trasciende la condición vegetal y hace que la vida sea vivida.
Esta antología trata de ser un homenaje a cuatro de los autores más grandes de la literatura portuguesa moderna, siempre insuficientemente conocida en el ámbito de los lectores en español: Camilo Castelo Branco, José María Eça de Queirós, Fernando Pessoa y Mário de Sá-Carneiro. Se han seleccionado relatos representativos de sus autores, que pueden ser una buena introducción a su obra para aquellos lectores que no los hayan leído anteriormente, o un buen complemento a aquello ya leído, pues en varios casos se trata de textos no traducidos anteriormente al castellano. El amor es el tema de los relatos de Castelo Branco y Eça de Queirós. El primero, un relato de amor espiritual llevado al límite; el segundo, un caso de amor patológico que mezcla el drama con la ironía y el humor incomparable de Eça. Los relatos de Fernando Pessoa son un pequeño mosaico dentro del gran mosaico que es la obra de Pessoa, siempre genial. Los dos relatos de Sá-Carneiro son una excelente muestra de las inquietudes vitales del brillante amigo de Pessoa.