El escritor alemán Ernst Toller (1893-1939) fue una de las figuras más destacadas de su época como autor dramático y activista político y un típico representante de la generación de entreguerras. Por su implicación en la República de Soviets de Múnich (1918/19) fue condenado a cinco años de prisión Allí escribió sus primeros y principales dramas, que fueron aclamados dentro y fuera de Alemania. Tras su puesta en libertad en 1924, Toller continuó recibiendo el reconocimiento internacional por su trayectoria literaria y política. Esta carrera fulgurante se vio truncada por el ascenso del nazismo al poder, al que combatió activamente desde el exilio a partir de 1933 hasta su suicidio en 1939. Toller viajó por primera vez a España en 1931/1932 para conocer de cerca la II República. Los reportajes que publicó en 1932, a su regreso a Alemania, dan fe de su gran empatía con el país y reflejan una visión certera de los problemas políticos y sociales de la II República, que le hacen temer y presagiar la aparición del fascismo. En 1938 volvió a la España en guerra para colaborar en la causa de la República. El ham
El texto que aquí se presenta es la autobiografía de Ernst Toller desde la infancia hasta su salida de la prisión en 1924, cuando es puesto en libertad y desterrado de Baviera. Sin embargo, la obra está escrita poco antes de su publicación en 1933, un momento en que triunfa la barbarie, como dice en la introducción de la primera edición aparecida en Holanda, precisamente coincidiendo con la quema de sus libros en Alemania. Como el mismo Toller afirma, sin ninguna pretenciosidad por su parte, no se trata simplemente de su historia personal sino del tiempo y del espíritu de una generación. Es por eso que se trata de un testimonio consecuente con su compromiso político y humano ya que «quien calla en un tiempo como este, traiciona la tarea que hay que hacer». [ ] Pero Una Juventud en Alemania es también la génesis de la toma de conciencia de un joven que oscila entre la rebelión y el espíritu bohemio y aventurero. Su desencanto personal, que le lleva a denostar la guerra como lo que realmente es; algo sucio y embrutecedor, miserable y asqueroso, como reseña en su autobiografía, es asimismo la decepción y desengaño de una juventud burguesa encandilada por el delirio belicista que enseguida se vuelve hacia las ideas de Max Weber y el compromiso moral.