En 1953, tres años antes de la aparición de su novela Producciones García, S.A y cuatro de La piedrecita angular, Edgar Neville publicó en la colección «La novela del sábado» una novela corta que no ha vuelto a ser reeditada, La niña de la calle del Arenal. En ella se aprecia claramente su inclinación hacia la búsqueda de una literatura y un cine que arraigado en la tradición cultural española ofrezca un toque postmoderno, una visión mucho más abierta de las cosas similar a la que logrará años después con su cine Pedro Almodóvar. Reivindicado actualmente por su importancia decisiva para modernizar el cine y la literatura española durante los años terinta, La niña de la calle del Arenal ofrece especial protagonismo a Madrid, ciudad presente en la mayoría de las creaciones de Neville, que intentó actualizar generos como el sainete y ofrecer una versión potmoderna del casticismo. Su paso por Hollywood, su amiatad con Charles Chaplin y Douglas Faibanks y con importantes creadores internacionales le permitió afrontar con una nueva mirada géneros prácticamente en desuso siempre dentro del humor y abanderando un odio visceral a lo cursi.
Mercedes, que acaba de enviudar de Ramón, rememora con nostalgia sus años de matrimonio para llegar a la conclusión de lo infeliz que fue. Doña Tomasita, una extraña vidente le hace ver que su vida habría podido ser diferente y, sin duda, mucho mejor, si un día, a la salida de una tienda de flores, hubiera aceptado la invitación del joven Miguel Ángel a compartir un taxi.
En junio de 1922 Edgar Neville asistió en Granada, invitado por Federico García Lorca, a un certamen de flamenco organizado por Manuel de Falla. En ese encuentro destacó la aparición de un jovencísimo cantaor que con el tiempo sería conocido como Manolo Caracol. Aquella experiencia granadina fue el germen de una serie de ensayos sobre el cante jondo firmados por Neville, publicados únicamente en 1963 en una tirada corta para coleccionistas. Esta nueva edición de esa rareza bibliográfica, a cargo de José María Goicoechea, recupera la obra de uno de los grandes conocedores de este cante, al que dedicó la película musical española Duende y misterio del flamenco (1952), donde dirigió a Antonio el bailarín. El periodista José María Goicoechea, uno de los mejores conocedores de la obra de Neville, se ha hecho cargo de esta edición, en la que rastrea la pasión flamenca del gran escritor y humorista español, hace un repaso a su bibliografía, su vida y su dedicación al cine y el teatro, campos en los que exploró nuevos caminos que por su imaginación y modernidad en muchos aspectos todavía hoy no han sido superados.
A mediados de los años 50 del siglo pasado, Edgar Neville viajó a Inglaterra para comprar un Aston Martin un modelo similar al que aparecía en las películas de James Bond, con el que, de regreso a España, emprendió un recorrido por la península. Así nació esta guía arbitraria de los caminos turísticos y gastronómicos de España que no ha vuelto a publicarse desde 1957 y que se ha convertido en uno de los libros más buscados y apreciados de su autor. En ella, con su inconfundible sentido del humor, destaca los lugares histórico-artísticos que se han de visitar, dónde dormir, dónde comer, qué carretera tomar y define magistralmente las características socioculturales de cada región con una agudeza que hoy, más de cincuenta años después, no ha perdido vigencia. Por tanto, Mi España particular no es una simple guía (arbitraria o no) de viajes. Es un retrato de España a través de su gastronomía, de la oferta hotelera y hostelera, del arte, de las costumbres y tradiciones Neville comenta, con ironía si lo cree necesario, las peculiaridades de las gentes que pueblan las regiones y ciudades que visita en su itinerario automovilístico, trazando las principales rutas que pueden realizarse.
Trata del oficinesco Don Eusebio, mortalmente aburrido de su vida marital y por tanto muerto para cualquier otro deseo. Su esposa, Doña Encarnita, acuciada por preocupaciones abismalmente insignificantes y firme defensora del orden establecido. Y Luisito, un muchacho disidente del comportamiento de sus progenitores aunque no sea más que por razones de edad, pero que sabemos que acabará repitiéndolos si no le salva la catástrofe o el amor. El será finalmente el protagonista de la novela.Se trata de una muestra depurada de la fusión de costumbrismo, humor y crítica social implícita. En este caso son los valores y costumbres de la burguesía madrileña, a la que él pertenecía por derecho propio.
Edición conmemorativa del 35 aniversario de la colección Clásicos Castalia, en formato mayor y encuadernada en tela con sobrecubiertas de papel y acetato.PRODUCCIONES GARCÍA, S.A., es una novela de humor plena de alusiones irónicas en la que Neville describe el desalentador panorama del cine español, tanto en los iniciales años treinta, cuando sitúa la acción, como en la primera posguerra, momento en el que escribe Producciones Mínguez, S. A., comedia teatral que es el antecedente de esta novela publicada en 1956. La narración, además de ser extraordinariamente divertida, plantea el interés de reunir dos mundos a los que el autor dedicó gran atención a lo largo de su vida: la literatura y el cine. Dividida en tres capítulos, presenta el proceso de creación, producción, rodaje y difusión en las pantallas de una película en la temporada de 1932-1933. En el primero, iremos conociendo a los personajes que pueblan el peculiar microcosmos de la productora de García y asistiremos a la llegada de un esperado mirlo blanco, un financiero (en este caso don Benito, olivarero extremeño), ya que la realización de una españolada llena de tópicos se encuentra suspendida por falta de dinero. En el segundo, asistimos a un día de rodaje en unos estudios que no son más que un almacén en desuso: el travelling es una jardinera de tranvía, a la que le faltan las vías para moverlo y que será sustituido por un cochecito de niño, que un operador transporta con patines; sólo queda un rollo de película (y ninguna posibilidad de adquirir más), así que sólo se puede hacer una y definitiva toma de la escena culminante En el tercer y último capítulo se desmantela la productora, ya que todos esperan la catástrofe que se organizará cuando don Benito vea la película que se va a estrenar en Extremadura, y que contiene escenas de gitanas, toreros, niñas abandonadas y un banquete que comienza con los actores vestidos con ridículos trajes de noche y acaba con los mismos personajes ataviados como en el siglo XVII. Inexplicable y sorprendentemente, lo que se anuncia como un estrepitoso fracaso se convierte en un rotundo éxito y con ello se comenzará a pensar en un próximo rodaje, que se titulará En torno al amor.
El índice de preocupación del autor que se evidencia a través de los modelos semánticos operantes textualmente son: en primer lugar, el campo de referencias amorosas, en cuanto a un amplio marco de relaciones hombre-mujer y en cuanto a la dicotomía entre el mundo masculino y el femenino; segundo, el campo de referencias de las relaciones sociales, en cuanto a una recurrencia a los tópicos con un claro propósito desmitificador; tercero, el campo de la dualidad entre la realidad y la imaginación o irrealidad, en cuanto a una dialéctica en el paso de lo lógico a lo irracional; cuarto, el campo de referencias a la vida y a la juventud, en cuanto a la valoración de lo vital entendido como lo juvenil y arollador; quinto, el campo de referencias a la mitificación geográfica, a la elevación de lo americano, exactamente de la ciudad de Nueva York, como símbolo de los tiempos modernos; y sexto, el campo de referencias al destino, a su inexorabilidad y a otras múltiples variables.