Escrito en 2005 y debatido ampliamente tras la muerte del autor, este discurso es un legado conciso de uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo. Transido con su humor único, su intelecto preciso y su filosofía práctica, Esto es agua muestra los retos de la vida diaria y ofrece consejos que nos renuevan con cada lectura. Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez mayor que nadaba en dirección contraria; el pez mayor les saludó con la cabeza y les dijo: «Buenos días, chicos. ¿Cómo está el agua?» A los seis años de la muerte de David Foster Wallace publicamos Esto es agua, la legendaria conferencia que impartió en la ceremonia de graduación de la Universidad de Kenyon, ante un auditorio plagado de alumnos embelesados. Escrito en 2005 y ampliamente debatido tras su muerte, este discurso es el conciso legado de uno de los más grandes autores de nuestro tiempo, que se quitó la vida en el momento álgido de su fama y con tan solo cuarenta y seis años. Reseña:«Era mi favorito.»Zadie Smith
Laclamat i malaguanyat escriptor David Foster Wallace reflexiona sobre alguns dels aspectes més importants de la vida en aquest manifest agut i profund. A mesura que busca respostes a preguntes gens senzilles, plasma les seves creences i deduccions sobre la naturalesa humana i dissecciona sense complexos una de les decisions més importants i alhora inconscients que prenem constantment: què pensem del món que ens envolta i de quina manera ho fem. Escrit amb lintel·lecte i lhumor inconfusible de lautor, Laigua és això ens interpel·la sobre els reptes de la vida diària i ens ofereix reflexions provocadores que ens renoven a cada lectura.
En 1989 David Foster Wallace se trasladó a Boston para cursar el posgrado en filosofía estética de Harvard. Se mudó al apartamento de su antiguo compañero de piso en la universidad, Mark Costello. Viviendo juntos descubrieron un interés común por la entonces naciente música rap, y DFW se aventura a escribir un ensayo en el que intenta desmenuzar el ADN cultural de este género. Costello escribe pequeñas réplicas que luego extiende a ensayos completos, entrelazados con los de Wallace. El resultado será 'Ilustres raperos', una especie de tratado que intenta encontrar el sentido del rap a partir de la sociología, la economía, la filosofía, la ley y otras tantas disciplinas en las que los autores son solventes.
Escritos con el corazón en la mano y con un entusiasmo contagioso, estos ensayos nos muestran la belleza, complejidad, perfección, brillantez y exigencia del deporte preferido de Wallace. «La belleza humana de la que hablamos aquí es de un tipo muy concreto; se puede llamar belleza cinética. Su poder y su atractivo son universales. No tiene nada que ver ni con el sexo ni con las normas culturales. Con lo que tiene que ver en realidad es con la reconciliación de los seres humanos con el hecho de tener cuerpo.» David Foster Wallace fue en su juventud un avezado jugador de tenis y durante un tiempo llegó a plantearse incluso la posibilidad de inscribirse en el circuito profesional de su país. No es extraño, por consiguiente, que dedicara al deporte de la raqueta tantos textos a lo largo de su vida. Escritos con la pasión desbordada y el entusiasmo contagioso tan propios de Foster Wallace, en los dos estupendos artículos que reunimos en este volumen, publicados en 1996 y 2006, nos asomamos a los entresijos del US Open y asistimos a la rivalidad entre Roger Federer y Rafa Nadal, dos tenistas con personalidades y formas de jugar opuestas. La opinión de la crítica:«Estos ensayos nos recuerdan el arsenal de talento de Foster Wallace: su incansable ojo para encontrar el nudo central de una historia y contarla, su capacidad para transmitir la verdad física o emocional de las cosas con un par de rápidos movimientos de muñeca, y su capacidad para saltar de lo mundano a lo metafísico con una velocidad y una pasión deslumbrantes.»Michiko Kakutani, The New York Times «Uno de los mejores escritores de nuestro tiempo [...]. Si nunca has leído a David Foster Wallace, su magistral estudio de Roger Federer incluido en esta antología es ideal para empezar.»Steph Opitz, Marie Claire