Cinco relatos inolvidables del célebre novelista de lengua inglesa, Joseph Conrad, reunidos por su autor, bajo el título de Cuentos de inquietud. Cinco narraciones cuyo nexo es, precisamente, el desasosiego, la zozobra que se crea en el lector al sumergirse en ellos. Conrad explora en estas magistrales historias tanto mundos lejanos y fantásticos como las oscuras fronteras del alma. La labor que trato de realizar es, por el poder de la palabra escrita, hacer que ustedes oigan, hacer que ustedes sientan..., es, ante todo, hacer que ustedes vean. Nada más que eso; y eso lo es todo. Murió en 1924 de un ataque al corazón. En su lápida del cementerio de Canterbury aparecen impresos los siguientes versos: Tras el trabajo el sueño,/ el puerto tras los mares procelosos,/_el reposo tras la guerra,/_la muerte tras la vida/ harto complacen.
Un recorrido literario por los escenarios del antiguo archipiélago malayo, donde Conrad se inspiró para algunas de sus grandes novelas ambientadas en Asia.
Este texto de Conrad es, en palabras de Borges, "acaso el más intenso de los relatos que la imaginación humana ha labrado". Estamos ante una obra maestra. La narración de un viaje en busca de Kurtz, personaje huidizo que se acaba convirtiendo en presencia enigmática, ubicua e inquietante. Relato del marino Charlie Marlow que rememora su aventura, remontando un gran río en forma de serpiente hasta encontrar a Kurtz, un viaje que se convierte en un descenso dantesco al centro del horror, al corazón oscuro y tenebroso de nuestra alma negra.
Su personalidad era poderosa e impactante y fue lo primero que atrapó mi atención. Pero no resultaba fácil juzgar su personalidad y, tras una semana desde nuestro primer encuentro, renuncié a clasificarlo y me conformé con una definición incompleta y tur
En Entre mareas (1915) se reúnen dos de los más característicos relatos de la narrativa de Joseph Conrad (1857-1924): «El colono de Malata» y «Por culpa de unos dólares». En ambos se recrean vidas solitarias, nómadas y fracasadas; gentes que se sienten más a gusto a bordo de su barco que en tierra firme, gentes de pocas palabras y de difícil comunicación con el mundo. Los protagonistas de Conrad suelen ser humanísimos antihéroes que simbolizan, sin énfasis ninguno, toda la grandeza y la miseria de la condición humana. Conrad es capaz de tallar con unas pocas frases, como en caoba, un carácter, una vida, más allá de la concreta anécdota. Relatos de ambiente marinero, colonial y un tanto cosmopolita, ambientados en el oriente asiático que en otro autor hubieran sido meros relatos de peripecia y aventura y que en Conrad adquieren una crepuscular densidad metafísica del todo inimitable.
Novela de madurez, " La línea de sombra " (1915) es una breve historia en la que Joseph Conrad (1857-1924) narra de forma inolvidable el tránsito de la juventud a la edad adulta. Los avatares de un inexperto capitán que se hace cargo de un barco por vez primera, teniendo que afrontar las numerosas dificultades y contratiempos que surgen durante la travesía por los mares del Sur, sirven al autor de " El corazón de las tinieblas " para trazar esta fábula de lucha y esperanza en la que se entrevera de forma inevitable la nostalgia que lleva aparejada la superación de toda etapa vital.
Cuando se aviva el brillo de la mirada es que hemos pronunciado la palabra aventura y con ella nos llega la posibilidad de cambio y novedad. Otras veces la aventura asoma sin permiso y nos desafía movilizando la capacidad heroica que hay en nosotros. La aventura, antes que épica, es justo una idea que configura la acción y le otorga un sentido. Podemos pensarla desde la filosofía, la historia de las ideas, o la antropología cultural; desde la geografía o la historia de nuestra cultura en sus edades doradas, la de la aventura transoceánica renacentista o la ilustrada; desde la literatura de aventuras, o la crónica de los grandes viajeros y exploradores, pero, también, desde el género, pues no ha tenido la misma significación para unos y otras. A su gozosa celebración van destinadas estas páginas.
Arran dun suggeriment amistós, Joseph Conrad exposa, amb una admirable sinceritat, el seu retrat com a home i com a escriptor. Lautor es despulla del vel propi de la ficció novellesca i, indagant en la seva memòria, descriu, amb un gran detallisme, escenes íntimes rellevants per a ell. En aquest exercici autobiogràfic Conrad interpella directament el lector, mostrant-se ben conscient de la seva presència. Hi trobem una perfecta descripció de com ha nascut el seu món fictici en parallel a la seva condició descriptor, mentre que el relat de la seva formació vital lallunyament del món familiar i les primeres experiències al mar alimenta les seves reflexions filosòfiques sobre la condició humana i el sentit de lexistència.
Escrita tras La locura de Almayer y El vagabundo de las islas, sus dos primeras novelas, en El negro del «Narcissus» (1897) Joseph Conrad vierte parte de sus vivencias como marino mercante y capitán de barco durante veinte años. La novela comienza en Bombay cuando la tripulación del velero Narcissus se embarca para una larga travesía de vuelta al puerto de Londres. Conrad narra con un vívido realismo y gran penetración psicológica las vicisitudes del viaje, incluida una terrible tormenta y la extraña enfermedad del cocinero negro ?James Wait, «el negro del Narcissus», enrolado a última hora?: también Conrad realizó ese viaje, en ese mismo velero, trece años antes. A propósito de esta novela, su autor dice en el prefacio: «Un negro en el alcázar de un barco británico es un ser solitario. Carece de amigos. Sin embargo, James Wait, temeroso de la muerte, a la que convirtió en su cómplice, era un impostor con carácter: dominaba nuestra compasión, se burlaba de nuestro sentimentalismo y salía victorioso ante nuestras suspicacias... (James Wait) representa simplemente el centro de la psicología colectiva del barco y el eje de la acción... Es el libro mediante el cual, quizá no como novelista, sino como artista que busca la máxima sinceridad de expresión, pretendo perdurar o desaparecer. Sus páginas constituyen el homenaje de mi afecto inalterable y profundo por los barcos, los marinos, los vientos y el mar inconmensurable: los forjadores de mi juventud, los compañeros de los mejores años de mi vda».
Con El negro del Narcissus (1897), su tercera obra y su primera «gran» novela, termina el aprendizaje narrativo de Joseph Conrad (1857-1924). Novela del mar y novela de aventuras, con todas las complicaciones y revueltas del género, pero novela también de la paradójica y contradictoria «condición humana», heroica a la vez que miserable. Novela alegórica, de sutil densidad metafísica, en la que el verdadero protagonista es tal vez la soledad y la muerte al tiempo que novela de la pequeñez del hombre frente a la naturaleza personificada en las grandes tormentas que barren el mar. Novela, en fin, caleidoscópica, delicada y formidable, que atrapará al lector, así ha venido sucediendo durante más de cien años, y que no habrá de borrarse fácilmente de su memoria.