El título de este opúsculo, Del Amar y el Odiar, alude a la que su autor, sirviéndose indistintamente para nombrarla de la expresión de «emociones», «fenómenos de interés» o «fenómenos de amor», considera como una de las tres clases fundamentales de los fenómenos psíquicos. Brentano la distingue muy perspicazmente de las otras dos, que son la de las representaciones y la de los juicios.
El texto que aquí se ofrece al lector fue publicado en 1970, en la reedición ampliada del Versuch über die Erkenntnis (Ensayo sobre el conocimiento) que preparó para la casa Felix Miner de Hamburgo, Franziska Mayer-Hillebrand. Este libro de Brentano fue primitivamente compuesto, a base de escritos inéditos por Alfred Kastil, y se imprimió en 1925. Cuando Kastil lo sacó a la luz, el libro sólo contenía dos de los ensayos que hay en la edición de 1970, aunque Mayer-Hillebrand realizó su ampliación dejándose guiar, en general, por las indicaciones que había preparado su maestro, Kastil (aunque justamente, este Breve Esbozo fue incluido en la selección por iniciativa personal de la alumna).
«Tiene el lector en sus manos una versión española de la disertación con la que un jovencísimo Franz Brentano de apenas 25 años se doctoró in absentia por la Universidad de Tubinga, en 1862. La obra fue publicada ese mismo año en Friburgo, sin que desde entonces haya conocido nueva edición alemana, a pesar de lo cual se ha convertido en un clásico de referencia obligada para el estudio del problema del ser en Aristóteles. Ejemplo de ello es la admiración entusiasta de Martin Heidegger, quien encontró en ella 'la revelación de la filosofía y un estímulo en su propio camino de pensamiento. Brentano comienza su tratado recapitulando los diferentes pasajes en que Aristóteles habla de sentidos del ente, mostrando que todos ellos se dejan reconducir a una cuádruple distinción, expresada en los conceptos de lo accidentalmente ente, el ente en el sentido de la verdad, el ente en potencia y el ente en acto y, finalmente, el ente categorial. Esta división central sirve para articular la obra, que se ordena en cuatro capítulos, dedicados a cada uno de estos sentidos ». (de la Presentación)
«Es innegable que la filosofía no goza de gran confianza. Generalmente se considera el fin que ella acaricia, o bien como una imagen velada, a través de cuya envoltura no puede penetrar la mirada de ningún mortal, o bien como una madeja de hilos tan enmarañados, que no hay mano humana capaz de desenredarla. [...] Por esto creo que como mejor podría comenzar mi actividad en esta institución es con un estudio de las razones que han dado lugar a esta desconfianza general y con un examen de su fuerza y justificación».