«La dificultad de explicar ?por qué soy católico? radica en el hecho de que existen diez mil razones para ello, aunque todas acaban resumiéndose en una sola: que la religión católica es verdadera». He aquí la causa por la que el 30 de julio de 1922, G. K. Chesterton deseó ser acogido en el seno de la Iglesia católica. Sin embargo, la travesía seguida hasta entonces por este grandísimo escritor en el ámbito espiritual no fue breve ni estuvo exenta de obstáculos, lo cual muestra honestidad a la hora de encarar su conversión. En la Inglaterra de entonces, donde la Iglesia católica era muy poco popular, Chesterton hubo de responder en numerosas ocasiones por los motivos de su bautismo. No obstante, fiel a su personalidad sencilla y directa, no escamoteó la cuestión ni los ataques, y siempre defendió públicamente su fe y la racionalidad del Cristianismo. Por qué soy católico recoge sus ensayos religiosos a partir de 1922, lo que convierte a la obra en un referente del pensamiento del Chesterton apologeta de la fe. Estas páginas ponen de manifiesto su extraordinaria capacidad para discurrir sobre las cuestiones más elevadas de la manera más sencilla y atractiva posible.
"[ ] cualquiera que haya de ser la última etapa de la historia, ningún hombre cuerdo duda ya de que estamos presenciando las primeras. Ya no hay diferencia de tono ni de clase entre el orden colectivista y el orden comercial ordinario; el comercio tiene su burocracia y el comunismo su organización. Las cosas privadas ya son públicas en el peor sentido de la palabra, es decir, son impersonales y deshumanizadas. Y las cosas públicas ya son privadas en el peor sentido de la palabra; esto es, son misteriosas y secretas, y están muy corrompidas. El nuevo tipo de Gobierno comercial combinará todo lo malo con todos los planes para un mundo mejor. No habrá excentricidad, ni buen humor, ni noble desdén del mundo. No habrá nada, salvo una cosa abominable llamada «servicio social», que significa esclavitud sin lealtad. Este servicio será uno de los ideales. Olvidé mencionar que habrá ideales. Los hombres más ricos del movimiento han manifestado muy claramente que poseen cierto número de estos pequeños consuelos. La gente siempre tiene ideales cuando ya no puede tener ideas". Los límites de la cordura muestra la afinada intuición de Chesterton sobre las relaciones entre la propiedad y la libertad social. Chesterton reflexiona con su perspicacia habitual sobre el sistema social, político y económico. Ninguno puede presentarse con legitimidad sin poner en primer plano, como principio y fundamento de todo, la dignidad de la persona.
G.K. Chesterton . Los relatos del padre Brown. . . Publicada entre 1910 y 1935, la saga del padre Brown es probablemente la obra más querida y personal de Chesterton. Si el relato policiaco es la expresión más temprana de la poética de la vida y la ciuda
Todos los cuentos tiene un denominador común, y su estructura es muy similar: el rechazo de explicaciones sobrenaturales e impulsivas, y el predominio del método racional ante las situaciones más adversas: maldiciones relacionadas con hallazgos arqueológicos, familias malditas (al estilo de los Baskerville) o fantasmas que no son tales.
En este libro, fruto de cuatro años de trabajo por parte del autor, se nos presenta el Chesterton de siempre -el polemista, el escritor y el converso- junto a un Chesterton nuevo, no por ello menos verdadero: el amigo, el amante, el padre, el hermano y, sobre todo, el cristiano. A partir de sus textos, muchos de ellos inéditos, Joseph Pearce nos acerca, con amenidad y buen hacer, a una de las figuras más enigmáticas y apasionantes de la literatura inglesa y universal, forjando una obra imprescindible para la comprensión del personaje y de la Europa de este siglo.
El Padre Brown -el famoso cura-detective creado por Chesterton e inspirado por el Padre O'Connor, sacerdote al que el autor conoció en 1909 y con el que mantuvo la amistad más cercana y fecunda de toda su vida- es un sacerdote católico que se adentra en los terrenos del crimen con la misma serenidad y santa simplicidad que en el confesionario; es un hombre menudo, escasamente convencional y casi insignificante, pero tiene unos condenados ojos que todo lo ven y penetran; encarna la racionalidad; muestra su amor casi instintivo por los misterios de Dios y una profunda sabiduría del corazón -que conoce tanto las cimas del bien como los abismos del mal-, sin dejar de mostrarse nunca profundamente humano y misericordioso con los criminales convictos y confesos; en él la fe se hace amistad y/o misericordia. Al hilo de las más complicadas tramas policíacas, Chesterton desgrana sus ideas sobre el alma humana, la política y la sociedad de la época, la pobreza y la riqueza, la religión y el ateísmo, la fe y la razón, las confesiones cristianas, y en particular el catolicismo, sin ocultar en ningún momento las razones que le llevaron a adherirse vivamente a este último.
" " " La asamblea del señor Copa " " : la apariencia más terrible sólo es un ejercicio malabar. " " El paraíso de los bandidos " " : un romántico secuestro puede ocultar otro delito. " " El duelo del doctor Hirsch " " " " : una conspiración denunciada lleva a un duelo de armas, pero el militar renuncia a batirse con el sabio. " " El hombre del pasaje " " : tres testigos ven a un asesino de distinta forma. " " El error de la máquina " " : utilizar un detector de mentiras no es una prueba absoluta. " " La cabeza del César " " : ¿quién puede saber que falta una moneda en una gran colección de numismática? " " El fin de los Pendragon " " : una torre de madera y un velero que regresa, otra maldición familiar. " " El dios de los gongos " " : realmente es extraño que el dueño de un hotel sienta temor de su cocinero. " " La ensalada del coronel Gray " " : una secta hindú puede servir para los fines de un amante. " " El extraño crimen de John Boulnois " " : cuando Abel mata a Caín sin saberlo. " " El cuento de hadas del Padre Brown " " : la avaricia del príncipe Otto no es miedo, pero sus precauciones serán la orden de su muerte. "
Difícilmente una figura histórica podría encontrar mejor biógrafo que Francisco de Asís con Chesterton. Son dos personajes paradójicos y rompedores en sus actividades y actitudes vitales, que comparten una manera de estar libre ante el mundo y los prejuicios, que derrotan a base de sencillez y autenticidad el primero, y de una libertad insobornable el segundo. Esta no es una biografía al uso, llena de detalles históricos y precisiones anecdóticas. Chesterton se fija en aspectos de la vida de Francisco que definen su actitud ante la vida y su trascendente trayectoria humana, capaz, desde la humildad y la pobreza más absolutas, de transformar de verdad la historia de su tiempo y de los siglos sucesivos. A Chesterton se le ve entusiasmado y entregado absolutamente a la figura de Francisco, que presenta ante nosotros con perspectivas nuevas y originales, en una vida tan glosada y explicada biográficamente a lo largo del tiempo. Es este un libro que se puede leer más de una vez, pues es poliédrico, como la propia figura de Francisco de Asís, que cada vez que nos acercamos a ella nos presenta ángulos y perspectivas nuevas. La figura única e irrepetible de Francisco de Asís encontró en Chesterton su mejor glosador y biógrafo. Gilbert Keith Chesterton (Londres, 1874-Beaconsfield, 1936). Es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En el catálogo de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento pueden encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libro inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos, entre los que destacan los siguientes: William Blake (2007, 2010, 2017), El color de España y otros ensayos (2007, 2009), Lectura y locura y otros ensayos imprescindibles (2008), Lo que vi en América (2009), Robert Browning (2010), Chaucer (2010), El hombre que fue Jueves (2010), La cosa y otros artículos de fe (2010), Enormes minucias (2010), Tipos diversos (2011), El acusado (2012), Sobre el concepto de barbarie (2012), La eugenesia y otras desgracias (2012), El hombre corriente (2013), La superstición del divorcio (2013), La sorpresa (2014) y El amor o la fuerza del sino (2017).
Gilbert Keith Chesterton nació en Londres en 1874 y murió en Beaconsfield en 1936. Poeta, narrador y ensayista, fue un pensador original e ingenioso, cuyas obras están trufadas de sentencias, máximas y aforismos. Mantuvo fogosas polémicas con Bernard Shaw, H. G. Wells y Rudyard Kipling, que hicieron las delicias de los lectores. Su obra literaria fue muy leída y sigue siendo traducida a todos los idiomas. Sus novelas son excelentes, en particular El hombre que fue Jueves (1908) y La taberna errante (1914). Abordó el género biográfico con particular viveza en obras como Robert Browning, Charles Dickens, George Bernard Shaw, William Blake y Robert Louis Stevenson. Sus ensayos son ingeniosos y con frecuencia profundos. Sus narraciones detectivescas del Padre Brown no desmerecen respecto a las de Conan Doyle, precursor del género. Jorge Luis Borges dijo que «la obra de Chesterton es vastísima y no encierra una sola página que no ofrezca una felicidad» y añadió que «quizá ningún escritor me haya deparado tantas horas felices como Chesterton». Los editores de este volumen han espigado con esmero, página a página y libro a libro, un buen puñado de agudezas, que confiamos en que hagan las delicias también de los lectores españoles. M.N. Gilbert Keith Chesterton. Periodista, novelista, poeta, dramaturgo y crítico literario, es uno de los autores modernos más frecuentemente citados con obras maestras como Ortodoxia, Charles Dickens, El Napoleón de Notting Hill, Santo Tomás de Aquino o San Francisco de Asís. En el catálogo de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento pueden encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libro inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos, entre los que destacan los siguientes: William Blake (2007, 2010, 2017), El color de España y otros ensayos (2007, 2009, 2017), Lectura y locura y otros ensayos imprescindibles (2008), Lo que vi en América (2009), Robert Browning (2010), Chaucer (2010), El hombre que fue Jueves (2010), La cosa y otros artículos de fe (2010), Enormes minucias (2010), Tipos diversos (2011), El acusado (2012), Sobre el concepto de barbarie (2012), La eugenesia y otras desgracias (2012), El hombre corriente (2013), La superstición del divorcio (2013), La sorpresa (2014), El amor o la fuerza del sino (2017), La sal de la vida y otros ensayos (2017), Impresiones de Irlanda (2017), San Francisco de Asís (2017), El espíritu de la Navidad. Cuentos, poemas y artículos (2017) y Monstruos y lógica (2018)
Descubre la figura de Chesterton en una biografía que repasa la vida de este intelectual victoriano amante de la polémica Esta biografía es seductora porque también lo fue Chesterton, un periodista que alimentó durante toda su vida la pasión por la política y la historia, la literatura y la filosofía, el cristianismo y la familia. Le tocó vivir entre 1874 y 1936, en el Londres de la época victoriana y de la primera guerra mundial, donde bullían Bernard Shaw y H. G. Wells, el socialismo y el capitalismo, las tesis de Marx y Malthus, de Freud y Nietzsche, de Comte y Darwin. Amante de la polémica y el debate, con su deslumbrante forma de hablar y de escribir entró como un elefante en la cacharrería de esa modernidad. Pero solo tuvo amigos, pues su bondad y su sentido del humor fueron tan grandes como su corpulencia y su apetito. Conocer a Chesterton es una necesidad y un placer, porque sus argumentos son la mejor artillería, pesada y ligera, para estos tiempos de posverdad. José Ramón Ayllón ha publicado en Palabra Ética razonada, Antropología paso a paso, 10 ateos cambian de autobús y Palabras en la arena. Compagina los libros y las conferencias con las clases de Antropología en la Universidad de Navarra. [email protected] www.jrayllon.es
Biografía de santo Tomás que busca dialogar con el hombre actual. Se trata por tanto de un libro de historia y de filosofía, pero también de antropología, sociología del conocimiento y de crítica cultural. Una delicia intelectual del gran maestro de la paradoja.