El camino del encuentro nos habla sobre el descubrimiento del otro, del amor, del sexo, llevándonos de la risa a la reflexión mientras nos muestra la ruta del encuentro verdadero. «El camino hacia la realización personal es difícil y continuo», nos dice Jorge Bucay en sus libros. En esta serie de caminos, el autor nos ofrece unos mapas de territorio para que cada uno de nosotros recorra el suyo propio, a su ritmo y eligiendo el trayecto. «Ser feliz -afirma- no es un derecho solamente; también es, de muchas maneras, una obligación contraída con la vida.» En El camino del encuentro Jorge Bucay nos invita al compromiso, al contacto y a compartir con los demás. A lo largo de sus inteligentes y provocadores comentarios, nos lleva de la risa a la reflexión mientras nos muestra la ruta del encuentro verdadero en la amistad, en la familia, en el amor y en el sexo. Siendo como es un libro de entretenida lectura, nos atrevemos a asegurar que nadie después de leerlo seguirá pensando igual que antes de hacerlo.
Cuenta Jorge Bucay que detrás del enojo de muchas personas a menudo se encuentra una tristeza profunda. Una aflicción disfrazada de rabia e incapaz de aflorar, que nos confunde y nos hace sentir furiosos. Pero si nos tomamos el tiempo suficiente, podremos darnos cuenta de que las emociones no son siempre como parecen y que quizás, cuando creemos estar enfadados, lo que ocultamos es precisamente la pena. En esta fábula, llena de realidad y ternura, Jorge Bucay nos explica la historia de la abuela de Lucía, una mujer con un carácter agrio y el corazón endurecido que, desde hace años, transforma el dolor por una pérdida en una irritación permanente. Jorge Bucay nos ofrece, una vez más, una lección vital imprescindible y nos propone una pauta clara. Descubrir nuestros verdaderos sentimientos es la clave para ser más felices.
Una obra de referència per transitar pel camí més difícil, el de conviure amb la pèrdua d’algú estimat. En aquest llarg viatge que és la vida, la responsabilitat, l’amor, les llàgrimes i la felicitat són els quatre camins inevitables que, segons Jorge Bucay, tot ésser humà ha de recórrer. Quatre trajectes que cadascú ha d’a frontar des de l’experiència personal i al seu propi ritme. El camí de les llàgrimes és el més dur dels camins, el del dol i les pèrdues, però és un camí imprescindible per poder seguir endavant quan els nostres éssers estimats ja no són amb nosaltres.